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Un caso en que matamos menos, pero matamos mejor

Por Ra煤l Wiener  

Alan Garc铆a tiene en su haber 300 muertos en los penales en 1986 y Alberto Fujimori 51, en la operaci贸n Mudanza I, realizada en Castro Castro en 1992. S贸lo que en este caso los tiros seleccionaron a los principales dirigentes.

Uno de los procesos que la Justicia peruana requiri贸 hace poco ante la chilena, para ampliar los casos de juzgamiento a Alberto Fujimori en el pa铆s, es el referido al asesinato de dirigentes e integrantes de Sendero Luminoso, internos en el penal de m谩xima seguridad Miguel Castro Castro, entre los d铆as 6 y 10 de mayo de 1992, a un mes del golpe de Estado.

Este proceso es particularmente importante, porque a diferencia de los de La Cantuta, Barrios Altos y otros, ejecutados por el Grupo Colina, en los que el ex presidente trata de salvar su responsabilidad indicando no haber dictado las 贸rdenes directas (se le conden贸 por “autor铆a mediata”, es decir porque los cr铆menes no pod铆an haberse cometido si el no permit铆a la actuaci贸n de un pelot贸n de aniquilamiento selectivo), aqu铆 la operaci贸n se dio dentro de un plan expl铆cito de las m谩s altas instancias del Estado.

El 6 de abril de 1992, apenas al d铆a siguiente del llamado autogolpe, la dictadura reci茅n instituida aprob贸 el decreto ley 25421, que declaraba en reorganizaci贸n el Instituto Penitenciario INPE, entregando el control de los centros de reclusi贸n al ministerio del Interior, que deriv贸 en que la Polic铆a se hiciera cargo del control externo e interno de estas instalaciones. El 4 de mayo de 1992, Alberto Fujimori visit贸 obras en el penal “Santa M贸nica” en Chorrillos donde se hab铆an construido dos pabellones especiales para internas que ser铆an trasladadas de Castro a Castro.

Asimismo, el presidente repiti贸 varias veces la frase: “eliminar a los terroristas y su veneno”, que como otras que hab铆a lanzado anteriormente: Congreso corrupto, Palacio de la Injusticia, iban creando opini贸n en el sentido de sus intenciones. Eran los d铆as en que los golpistas ten铆an que demostrar que la “medida excepcional” (como ahora la llama la candidata Fujimori) serv铆a para acabar con la subversi贸n armada que produjo algunas de sus m谩s feroces acciones despu茅s del 5 de abril: ataque a comisar铆as en Lima (Villa Mar铆a, Villa el Salvador), cami贸n bomba en Frecuencia Latina, Tarata, etc.

Por todo ello y siguiendo un razonamiento parecido al de Alan Garc铆a cuando orden贸 acabar con los presos senderistas en tres penales, y derrot贸 a los que ya ten铆a derrotados, provocando 300 muertes in煤tiles, Alberto Fujimori decidi贸 golpear a las huestes de Abimael Guzm谩n donde no pod铆a fallar, en la c谩rceles, con la diferencia de en este caso orden贸 que luego de vencer las resistencias se eliminara uno a uno a los principales dirigentes, para “enviar el mensaje”, dejando vivo 煤nicamente a Osm谩n Morote, tal vez para matizar la intenci贸n o para tener alg煤n interlocutor para futuras negociaciones.

En el caso Mudanza I, Fujimori estuvo detr谩s de cada una de las decisiones que llev贸 a la matanza, control贸 la actuaci贸n de los que realizaron las ejecuciones y luego recorri贸 el patio con los prisioneros rendidos, boca abajo, en una imagen precursora de lo que ser铆a su paseo sobre los muertos despu茅s de la recuperaci贸n de la casa del embajador japon茅s, tras la crisis de los rehenes en 1997. Obviamente que el presidente cre铆a que el 谩nimo del pueblo fatigado e intimidado por la guerra estaba predispuesto a aceptar como v谩lido el m茅todo brutal de asesinar rendidos y prisioneros si eran del bando que se considera enemigo. Pero la Justicia no se gu铆a por corrientes de opini贸n temporales.

Los documentos

La Corte Suprema de Justicia y el segundo juzgado penal supraprovincial a cargo del Dr. Oscar Antonio Pimentel Calle, recogiendo la denuncia fiscal del Dr. Mario Gonzales D铆az, que acusa a Alberto Fujimori Fujimori y otros por asesinato, dispone el 29 de agosto del 2006, “abrir instrucci贸n en la v铆a ordinaria contra Alberto Fujimori Fujimori, como presunto autor del delito contra la vida, el cuerpo y la salud, en la modalidad de homicidio calificado en agravio de … (siguen 51 nombres, entre ellos Janet Talavera, directora del “Diario”, 贸rgano senderista; Yovanka Pardav茅, Tito Valle Travesa帽o, Elvia Zanabria, Deodato Ju谩rez Cruzatt, entre otros dirigentes del Comit茅 Central de la organizaci贸n subversiva)… que existen suficientes elementos probatorios que lo vinculan con el il铆cito penal…”

Y sigue el expediente: “al tiempo de acontecidos los hechos el denunciado se encontraba ejerciendo sus funciones como presidente del gobierno de reconstrucci贸n nacional y jefe supremo de las Fuerzas Armadas y Policiales, qui茅n dispuso la proyecci贸n y ejecuci贸n de un plan destinado a victimar a elementos integrantes y cabecillas de la organizaci贸n subversiva Sendereo Luminoso recluidos en el Establecimiento Penal de R茅gimen Cerrado Especial Miguel Castro Castro en el marco de la estrategia integral de lucha contra el terrorismo… existiendo claros indicios que permiten inferir que en dicha operaci贸n se produjo el uso excesivo dela fuerza, as铆 como de armas de fuego y explosivos, adem谩s de producirse ejecuciones arbitrarias, lo cual se advierte de los correspondientes protocolos de necropsia y dict谩menes periciales de bal铆stica forense obrantes en autos, as铆 como diversas declaraciones prestadas ante la Comisi贸n de la Verdad y la Reconciliaci贸n…”.

Finaliza, la resoluci贸n con una reflexi贸n sobre la gravedad de los hechos, la resistencia del encausado a someterse a la justicia (estaba en tr谩mite su repatriaci贸n) y la impone la medida de: “detenci贸n, orden谩ndose su inmediata ubicaci贸n y captura a nivel nacional e internacional”. Ese es el ex presidente que quiere volver a gobernarnos, directamente o a trav茅s de su hija, mientras tiene tremendos expedientes de grav铆simos delitos a煤n por resolver, sin contar aquellos casos por los que ya fue condenado y que pretende tambi茅n ponerlos a un lado.

Matamos mejor

Cuando escuchamos la reveladora confesi贸n de Jorge Trelles, dirigente de primer nivel del fujimorismo 2011, que dec铆a orgulloso “nosotros matamos menos”, se nos plante贸 la pregunta de a qu茅 se estaba refiriendo, si al registro de v铆ctimas por per铆odos, que efectivamente muestra que en los tramos 1980-1985, y 1985-1990, hubieron m谩s muertes totales que 1990-1993, lo que se deb铆a al tipo de guerra (arrasamiento de zonas rurales y desconocimiento del enemigo), aparte de que el 92 cay贸 Guzm谩n y amenguaron casi inmediatamente los enfrentamientos.

Pero esos datos se refieren a cifras totales que incluyen muertos en enfrentamientos y v铆ctimas de la subversi贸n. ¿Cu谩ntos mat贸 el Estado en cada gobierno excedi茅ndose de su funci贸n de reprimir a los insurrectos y restablecer la paz? Ah铆 s铆 las cifras con m谩s discutibles, porque como se ve en el caso de los penales, Garc铆a mat贸 m谩s, pero Fujimori apunt贸 mejor y elimin贸 a la dirigencia en una operaci贸n de aniquilamiento selectivo.

Al final el grupo Colina no era m谩s que eso: una maquinaria de eliminaci贸n selectiva, que incluy贸 muertes como la de Pedro Huillca m谩ximo dirigente de la CGTP, el periodista Pedro Yauri y muchos otros. Otro dato calve, es que Fujimori desapareci贸 m谩s personas, cuyos cuerpos hasta hoy no aparecen, lo que de acuerdo a la ley es un delito que no termina, y por el que ser谩 perseguido, por la ley internacional y su conciencia, hasta el d铆a de su muerte.

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