OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.-
La Iglesia cat贸lica no puede ser democr谩tica por definici贸n. Su estructura rigidamente piramidal lo impide. En la c煤spide se sit煤a el Papa-jefe supremo (con categor铆a de rey en otros tiempos), desciende por el colegio de pr铆ncipes-cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y reba帽o pastoreado y gregario.
Poseedora su jerarqu铆a del monopolio de la verdad absoluta basada en las ense帽anzas de su fundador y en la interpretaci贸n del derecho natural, se siente depositaria de la obligaci贸n de guiar a la humanidad, situando su magisterio por encima de los legisladores elegidos en cada pa铆s, de sus parlamentos y de las decisiones pol铆ticas democr谩ticamente emanadas de sus decisiones.
Braulio Rodr铆guez, Arzobispo de Toledo y Primado de Espa帽a (habr铆a mucho que hablar del origen de estos t铆tulos) acaba de condenar el divorcio expr茅s aprobado por el parlamento espa帽ol porque conlleva “dramas, odio y violencia machista” Y fundamenta esta afirmaci贸n en que los gobiernos quieren influir en el matrimonio y la familia sin que les asista ning煤n derecho ya que “la familia es anterior incluso al Estado” "Yo no pretendo decir que la legislaci贸n sobre la familia sea confesional, pero s铆 que se tenga en cuenta que se debe legislar sin olvidar la raz贸n natural de las cosas y sin despreciar la estructura primordial de esa instituci贸n natural que es la familia, que no est谩 a merced de lo que un parlamento decida por mayor铆as o minor铆as”
A la Jerarqu铆a cat贸lica le resulta dif铆cil fundamentar gran parte de su doctrina en mandatos evang茅licos. Lo consigue forzando los textos, descontextualiz谩ndolos y convirtiendo el mensaje en puro refranero a base de frases sueltas que nada tienen que ver con el conjunto. Tanto los textos atribuidos a Jes煤s de Nazaret como a los ap贸stoles son hijos de su tiempo, de su mentalidad muchas veces circunstancial y mis贸gina. Pablo de Tarso habla de la mujer con un rechazo tal que hoy ser铆a considerado poco menos que un maltratador. Y de la asunci贸n de esa mentalidad estr谩vica proviene el desprecio que la actual jerarqu铆a siente hacia la mujer reduci茅ndola a un papel secundario en el quehacer hist贸rico, arrincon谩ndola a una misi贸n reproductora de hembra m谩s que de mujer. Por el contrario el papel predominante del var贸n conlleva el ascenso a puestos directivos en exclusiva, al ejercicio de dotes de mando y a un predominio absoluto de acceso al ejercicio de dominio. (En el momento de escribir este art铆culo, hay un sacerdote italiano que justifica el maltrato a la mujer porque 茅sta provoca al hombre con su vestimenta…)
La segunda fuente en la que enra脥za su poder doctrinal es el derecho natural. La naturaleza parece impregnada por el dios creador de una capacidad de dictar normas de conducta a las que el ser humano debe estar inapelablemente sometido. La capacidad creadora del hombre y de la mujer est谩 subordinada a la oscura voluntad de la naturaleza. Ning煤n sistema filos贸fico u antropol贸gico da por v谩lidas estas premisas. El llamado derecho natural no es tomado en serio por nadie en cuanto dirigente de la conducta y de la iniciativa de la humanidad. Lo mantiene la Jerarqu铆a cat贸lica por inconfesables intereses, como es remitir el deseo de felicidad al que aspiramos a otra vida de ultratumba como consuelo de la pobreza, el hambre, la angustia de los m谩s pobres y desheredados del mundo.
Y dado que los pobres, los hambrientos, los angustiados deben esperar a la otra vida para ver satisfecha su desesperanza, la Jerarqu铆a (conste que nunca digo los cristianos) se ocupa de condenar el escalofr铆o del amor, el temblor gozoso del sexo, el v茅rtigo del encuentro que funde los cuerpos. Nada de eso tiene cabida en una visi贸n de valle de l谩grimas, de sexo exclusivamente procreador, de maldad como m茅dula de todo quehacer humano. Por eso se desentienden de la justicia y se esconden en la beneficencia (no confundir con caridad) como anestesiante de conciencias.
La urgencia prost谩tica de esta Jerarqu铆a le lleva a una atemporalidad infame, a desahogarse fuera del tiesto, a esterilizar con 谩cido 煤rico los alrededores de la existencia.
Si alguien tiene un tiesto sin destino concreto, por favor que lo deposite junto a un cepillo parroquial. Alg煤n obispo lo agradecer谩.
La Iglesia cat贸lica no puede ser democr谩tica por definici贸n. Su estructura rigidamente piramidal lo impide. En la c煤spide se sit煤a el Papa-jefe supremo (con categor铆a de rey en otros tiempos), desciende por el colegio de pr铆ncipes-cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y reba帽o pastoreado y gregario.
Poseedora su jerarqu铆a del monopolio de la verdad absoluta basada en las ense帽anzas de su fundador y en la interpretaci贸n del derecho natural, se siente depositaria de la obligaci贸n de guiar a la humanidad, situando su magisterio por encima de los legisladores elegidos en cada pa铆s, de sus parlamentos y de las decisiones pol铆ticas democr谩ticamente emanadas de sus decisiones.
Braulio Rodr铆guez, Arzobispo de Toledo y Primado de Espa帽a (habr铆a mucho que hablar del origen de estos t铆tulos) acaba de condenar el divorcio expr茅s aprobado por el parlamento espa帽ol porque conlleva “dramas, odio y violencia machista” Y fundamenta esta afirmaci贸n en que los gobiernos quieren influir en el matrimonio y la familia sin que les asista ning煤n derecho ya que “la familia es anterior incluso al Estado” "Yo no pretendo decir que la legislaci贸n sobre la familia sea confesional, pero s铆 que se tenga en cuenta que se debe legislar sin olvidar la raz贸n natural de las cosas y sin despreciar la estructura primordial de esa instituci贸n natural que es la familia, que no est谩 a merced de lo que un parlamento decida por mayor铆as o minor铆as”
A la Jerarqu铆a cat贸lica le resulta dif铆cil fundamentar gran parte de su doctrina en mandatos evang茅licos. Lo consigue forzando los textos, descontextualiz谩ndolos y convirtiendo el mensaje en puro refranero a base de frases sueltas que nada tienen que ver con el conjunto. Tanto los textos atribuidos a Jes煤s de Nazaret como a los ap贸stoles son hijos de su tiempo, de su mentalidad muchas veces circunstancial y mis贸gina. Pablo de Tarso habla de la mujer con un rechazo tal que hoy ser铆a considerado poco menos que un maltratador. Y de la asunci贸n de esa mentalidad estr谩vica proviene el desprecio que la actual jerarqu铆a siente hacia la mujer reduci茅ndola a un papel secundario en el quehacer hist贸rico, arrincon谩ndola a una misi贸n reproductora de hembra m谩s que de mujer. Por el contrario el papel predominante del var贸n conlleva el ascenso a puestos directivos en exclusiva, al ejercicio de dotes de mando y a un predominio absoluto de acceso al ejercicio de dominio. (En el momento de escribir este art铆culo, hay un sacerdote italiano que justifica el maltrato a la mujer porque 茅sta provoca al hombre con su vestimenta…)
La segunda fuente en la que enra脥za su poder doctrinal es el derecho natural. La naturaleza parece impregnada por el dios creador de una capacidad de dictar normas de conducta a las que el ser humano debe estar inapelablemente sometido. La capacidad creadora del hombre y de la mujer est谩 subordinada a la oscura voluntad de la naturaleza. Ning煤n sistema filos贸fico u antropol贸gico da por v谩lidas estas premisas. El llamado derecho natural no es tomado en serio por nadie en cuanto dirigente de la conducta y de la iniciativa de la humanidad. Lo mantiene la Jerarqu铆a cat贸lica por inconfesables intereses, como es remitir el deseo de felicidad al que aspiramos a otra vida de ultratumba como consuelo de la pobreza, el hambre, la angustia de los m谩s pobres y desheredados del mundo.
Y dado que los pobres, los hambrientos, los angustiados deben esperar a la otra vida para ver satisfecha su desesperanza, la Jerarqu铆a (conste que nunca digo los cristianos) se ocupa de condenar el escalofr铆o del amor, el temblor gozoso del sexo, el v茅rtigo del encuentro que funde los cuerpos. Nada de eso tiene cabida en una visi贸n de valle de l谩grimas, de sexo exclusivamente procreador, de maldad como m茅dula de todo quehacer humano. Por eso se desentienden de la justicia y se esconden en la beneficencia (no confundir con caridad) como anestesiante de conciencias.
La urgencia prost谩tica de esta Jerarqu铆a le lleva a una atemporalidad infame, a desahogarse fuera del tiesto, a esterilizar con 谩cido 煤rico los alrededores de la existencia.
Si alguien tiene un tiesto sin destino concreto, por favor que lo deposite junto a un cepillo parroquial. Alg煤n obispo lo agradecer谩.