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La izquierda y las nuevas viejas guerras

OPINI脫N de Javier Couso.-

En la izquierda nuestra hay cuestiones que permiten separar el grano de la paja en lo que a las actitudes morales se refiere. Cuba tiene esa capacidad. Su Revoluci贸n y como nos relacionamos con ella hace caer muchas m谩scaras entre los que prefieren la actitud “progre” de lo pol铆ticamente correcto a la defensa del b谩sico antiimperialismo.

Hoy, la mayor de las Antillas comparte con Venezuela y los pa铆ses del ALBA esa funci贸n tamizadora. Afortunadamente cada d铆a est谩 menos sola y parece que va ganando la batalla contra la inquina del mayor Imperio global conocido.

Con las nuevas guerras pasa lo mismo, asistimos a la fragmentaci贸n de la izquierda mundial con grav铆simas diferencias. Una parte de la gente de izquierda, mucha buena gente, ha sucumbido al aplauso de las operaciones de cambio de gobierno desarrolladas por actores imperiales y neocoloniales utilizando y parasitando las leg铆timas aspiraciones de pueblos enteros.

Como se demostr贸 en la agresi贸n que destruy贸 la Rep煤blica Federal de Yugoslavia, no se pueden avalar intervenciones brutales que se enmascaran en la supuesta defensa de los Derechos Humanos por parte de los que no los cumplen jam谩s y cuyos pretextos, no pocas veces, son fabricados en operaciones de bandera falsa.

Apoyar aunque sea t谩citamente el llamado “deber de injerencia” es no darse cuenta de que se est谩 ayudando a romper la arquitectura b谩sica emanada de los procesos descolonizadores, esa que dio carta de naturaleza al derecho de no intervenci贸n en los asuntos internos de los estados soberanos.

Hace 10 a帽os estaba claro, la izquierda al un铆sono y un importante n煤mero de la poblaci贸n mundial nos manifestamos contra la agresi贸n a Irak. No, no defend铆amos a Sadam, el antiguo t铆tere que se us贸 como ariete contra Ir谩n, ese que hac铆a escala en Arabia Saud铆 para bombardear, ese que utilizaba la tortura y la persecuci贸n,... NO, ninguno lo defend铆amos.

Est谩bamos contra el desmantelamiento de lo que quedaba de ese estado laico nacido del panarabismo socialista que se alz贸 contra el colonialismo en toda la regi贸n. Nos manifest谩bamos contra la destrucci贸n de la sanidad p煤blica, contra la privatizaci贸n de la industria del petroleo, contra los bombardeos que sab铆amos ser铆an la puntilla de un embargo que hab铆a matado a cientos de miles de ni帽as y ni帽os iraqu铆s.

Por eso no entiendo la comprensi贸n de parte de la izquierda ante el uso de las milicias integristas de la versi贸n m谩s reaccionaria del islam, el de las satrap铆as saud铆s y qatar铆s. A pesar de Gadafi, a pesar de Assad.

¿D贸nde est谩n ahora los que ped铆an una intervenci贸n en Libia? Los que espolearon y dieron p谩tina de moralidad a los bombardeos de antiguas potencias europeas con sue帽o de renovada grandeur, esos c铆nicos gobernantes occidentales que lanzaban a unos j贸venes contra otros como carne barata para el asador estrat茅gico.

Ya no o铆go hablar de Libia, ni de su desastre, ni de la vuelta al tribalismo, a la persecuci贸n, a los reinos de taifas en lo que antes era un estado laico, s铆, gobernado como un cortijo, pero mejor que el caos de ahora donde siguen las torturas, las ejecuciones, los bombardeos con armas qu铆micas, …

Es lo mismo que pas贸 en Irak tras la invasi贸n. Yo lo vi con mis propios ojos, en 2004, en 2005 y en 2008. Vi una sociedad destruida, con dificultades en el acceso al agua potable, con cortes en la luz el茅ctrica, con mafias, con delincuencia, con trata de blancas, vi la vuelta de enfermedades erradicadas como el c贸lera. Escuch茅 lo que me dec铆an muchos iraqu铆s: que los invasores hab铆an hecho bueno a Sadam, que cualquier cosa era mejor que ese amenaza estadounidense, hoy cumplida, de hacer retroceder al pa铆s cientos de a帽os.

En estos meses contemplo Siria con horror. Rastreo en las "informaciones" convertidas en propaganda. En nuestro lado, en nuestra prensa, esa que est谩 de parte de los llamados rebeldes, que “informa” bas谩ndose en fuentes que est谩n en Londres y que no son verificables. Del otro lado, busco a Sana, RT o TeleSur. Intento desgranar la realidad que se nos escapa en medio de tantas operaciones psicol贸gicas que son propias de cualquier guerra.

Trato de ver los v铆deos del denominado Ej茅rcito Libre Sirio y me espeluzno. Es su propio material y no dejo de ver a salafistas y a gentes del takfir. Los aspirantes al califato isl谩mico, perfectos peones usados para desestabilizar. A veces veo tambi茅n gente que parece estar luchando de buena fe, pero son los menos y la verdad, no percibo que tengan el peso protag贸nico.

Tambi茅n veo v铆deos del Ej茅rcito 脕rabe Sirio, im谩genes que se me hurtan en la inmensa mayor铆a de los informativos. Veo las miserias b茅licas, pero tambi茅n soldados de extracci贸n popular combatiendo calle a calle y como son recibidos por miles en barrios de diferentes ciudades. Y otra vez me digo, no es tan f谩cil.

Lo que me sorprende es la inopia de algunos que parecen no ver la mano negra del Golfo, de Turqu铆a, de Francia,... en su batalla contra Ir谩n y contra la resistencia libanesa o en la pretensi贸n de cortar la salida al mar Mediterr谩neo de Rusia. Todo, intereses geopol铆ticos que sustituyeron hace tiempo cualquier aspiraci贸n popular.

Y tiemblo, no por Assad, no por su cortijo de mierda, sino por el estado 谩rabe laico donde conviven distintas etnias y religiones, mal que bien, pero conviven. Y me viene otra vez a la cabeza Irak, su desastre, la divisi贸n confesional y sectaria de un tablero desmembrado y desestabilizado, como le gustaba al Imperio Brit谩nico, como le gusta a sus herederos.

Por eso, no cont茅is conmigo. No quiero formar parte de la coartada supuestamente humanitaria de las grandes potencias para decidir quien es el malvado de turno, ni ser parte de esa izquierda que tolera las nuevas formas de intervenci贸n del imperialismo, del viejo colonialismo de siempre.


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