OPINI脫N de Fernando Dorado.- 30.08.13.
El movimiento social en Colombia – a 10 d铆as de haberse iniciado el Paro Nacional Agrario y Popular – nos ofrece un amplio panorama de luchas, movilizaciones, desplazamientos, encuentros entre diversos sectores de la poblaci贸n, confrontaciones con el Estado a todo nivel, y por sobre todo, la evidencia de que est谩n en desarrollo varios saltos cualitativos que han ido madurando al pasar de los a帽os.
En una semana la estrategia del gobierno fracas贸. El movimiento campesino – en una de sus vertientes (Dignidad papera y lechera de Boyac谩, Cundinamarca, Nari帽o y otras regiones) – impuso su primera condici贸n que era negociar en una mesa de car谩cter nacional. La soberbia y el cinismo del presidente Santos le aport贸 su dosis de “embarrada” al pronunciar su famosa frase de que “el tal paro nacional agrario no existe”, lo que enardeci贸 los 谩nimos tanto de los manifestantes como de amplios sectores urbanos que hicieron recular al gobierno y lo obligaron a sentarse a dialogar sin poner condiciones de levantamiento del paro (bloqueos de v铆as).
Sin embargo, el otro sector de campesinos y mineros movilizados desde regiones de colonizaci贸n y 谩reas perif茅ricas, que hoy est谩n concentrados en Florencia (Caquet谩), Villavicencio (Meta), Algeciras (Huila), El Pil贸n y El Cairo (Cauca), Barrancabermeja (Santander), Caucasia y Barbosa (Antioquia), Castilla (Tolima), varios sitios del Putumayo, Arauca y otras zonas, no ha logrado la suficiente visibilizaci贸n y no consigue – hasta ahora – un espacio de negociaci贸n con el Estado.
En este art铆culo trataremos de hacer visibles las pulsaciones sociales que contribuyen a cualificar el contenido pol铆tico, cultural y comunicacional del movimiento social colombiano y que van a generar cambios sustanciales en la vida nacional.
Esas manifestaciones de nueva cualidad en el movimiento social est谩n representadas por: 1. La insurgencia social de importantes sectores productivos agrarios golpeados por la pol铆tica neoliberal del Estado, especialmente por los TLCs. 2. El resurgimiento del movimiento campesino de regiones de colonizaci贸n que est谩n en proceso de integraci贸n con la econom铆a nacional. 3. La solidaridad activa de sectores urbanos. 4. Nuevas formas de lucha.
1. La insurgencia social y pol铆tica de importantes sectores productivos
Desde la d茅cada de los a帽os 90s del siglo pasado (XX) los productores de caf茅 hab铆an protagonizado importantes movilizaciones en torno a la lucha por la condonaci贸n de deudas bancarias que hab铆an sido causadas por la ca铆da de los ingresos cafeteros como resultado de la terminaci贸n del Pacto Internacional del Caf茅 y la implementaci贸n de la llamada “apertura econ贸mica” por parte del gobierno de Cesar Gaviria (1990-94).
Esas luchas tuvieron su concreci贸n en la organizaci贸n de Unidad Cafetera y su posterior transformaci贸n en el Movimiento Nacional por la Salvaci贸n Agropecuaria, que lograron realizar importantes manifestaciones regionales con un pliego que contemplaba aspectos cruciales de la econom铆a agropecuaria como la lucha contra las importaciones agropecuarias; por precios de sustentaci贸n; control de los precios de los insumos; por cr茅ditos suficientes, oportunos y baratos; por la condonaci贸n de las deudas bancarias; y por el apoyo estatal en comercializaci贸n, infraestructura, investigaci贸n y asistencia t茅cnica.
A pesar de tener una plataforma de lucha integral y de alto contenido pol铆tico, en el desarrollo concreto de la lucha que aglutinaba a grandes, medianos y peque帽os productores, las consignas se centraban en puntos espec铆ficos que golpeaban en determinadas coyunturas a los agricultores como el problema de los cr茅ditos impagables. Pero el movimiento no logr贸 superar la din谩mica de las marchas y concentraciones de un d铆a sin conseguir un mayor impacto pol铆tico.
Posteriormente, en la primera d茅cada del siglo XXI, el movimiento de los peque帽os productores agrarios se centr贸 en la lucha contra las resoluciones del Ministerio de Salud y del Invima que impon铆an nuevas condiciones sanitarias y de producci贸n, que se plasmaron en marchas lecheras y en diversas actuaciones de los productores de leche y panela.
El gran salto adelante que representan las actuales movilizaciones cafeteras, paperas, lecheras, arroceras, de fruticultores, cebolleros y otros productores, consiste en que, por un lado, han sido sectores golpeados directamente por la firma e implementaci贸n de los TLCs, importaci贸n de sus productos desde el exterior y otros fen贸menos relacionados con el “libre comercio” (contrabando, presi贸n de los precios internacionales), y por el otro, quienes est谩n sintiendo el golpe con mayor fuerza son los peque帽os productores agropecuarios, que son los que han resistido en sus peque帽as fincas subsidiando la producci贸n con mano de obra familiar y otros recursos propios.
Es por ello que las movilizaciones de productores – tanto las del pasado paro cafetero como las del actual – cambiaron la din谩mica de lucha hacia la b煤squeda de un mayor impacto pol铆tico y social mediante el bloqueo beligerante de las carreteras troncales para forzar negociaciones con el Estado y fortalecer su proceso organizativo para enfrentar el futuro.
Ello explica la fortaleza de los bloqueos de carreteras realizados en febrero-marzo en el Cauca y Huila, y los de agosto en Boyac谩, Cundinamarca y Nari帽o, en donde los campesinos no necesitan desplazarse de unas a otras zonas sino que obstaculizan las carreteras en las vecindades de sus pueblos y casas de habitaci贸n, garantiz谩ndose un suficiente abastecimiento de comida y sobre todo, realizando en simult谩neo los taponamientos en m煤ltiples sitios con numerosos participantes que neutralizan la acci贸n disuasiva de la fuerza p煤blica, haci茅ndose imposible desbloquearlos.
Por otro lado est谩 la negociaci贸n con el Estado. En el movimiento de los productores de papa se ha visto un avance muy importante. El pasado domingo (25.08.2013), el joven dirigente Cesar Pach贸n lo dec铆a con toda claridad: “No necesitamos subsidios, sino pol铆ticas. Pol铆ticas agropecuarias, para poder trabajar". Este paso supera la negociaci贸n cafetera de marzo que centr贸 toda la atenci贸n sobre el subsidio llamado Protecci贸n al Ingreso Cafetero PIC, que tiene la ventaja para el gobierno de salir del paso en lo inmediato y desmovilizar las fuerzas campesinas, pero que en 煤ltimas es s贸lo una pa帽o de agua tibia sobre la herida.
Independiente de c贸mo se desarrollen las actuales negociaciones con el gobierno, el movimiento campesino productor ha logrado avanzar en aspectos claves para la lucha futura, oblig贸 al gobierno a negociar en medio de los bloqueos con un paro en pleno desarrollo y activo, y no se dej贸 llevar al terreno de la desmovilizaci贸n que el gobierno buscaba.
2. El resurgimiento del movimiento campesino de regiones de colonizaci贸n
La convocatoria a la movilizaci贸n hecha por las “dignidades” cafetera, papera, lechera, arrocera, y otras, fue aprovechada por las organizaciones que act煤an en el Coordinador Nacional Agrario CNA y la Mesa de Interlocuci贸n y Acuerdo MIA, para convocar a sus bases con la consigna del Paro Nacional Agrario y Popular.
Si se analiza el pliego de exigencias de la MIA se puede observar que lo esencial de ese pliego est谩 centrado alrededor de la lucha por las Zonas de Reserva Campesina, los programas alternativos a los cultivos il铆citos y la lucha por el desarrollo integral de sus territorios.
Este programa representa los intereses de campesinos medios y pobres que han construido sus fincas en zonas de colonizaci贸n a lo largo de m谩s de 60 a帽os. Este campesinado colono ha sobrevivido y ensanchado la frontera agr铆cola de la Naci贸n en lo que se dio en denominar la “Otra Colombia”. Desde los a帽os 70s del siglo XX su principal producto es la hoja de coca, pero con el tiempo han podido construir fincas de peque帽a ganader铆a con predios de pan coger, pero requieren de carreteras, obras de infraestructura, acueductos, electrificaci贸n, educaci贸n, salud y apoyo para la producci贸n agropecuaria.
Hoy – al calor de los di谩logos de La Habana – quieren hacerse escuchar y se han movilizado a centros urbanos y hasta sitios en donde los han bloqueado por la fuerza, dependiendo de la regi贸n de donde provienen que son el Magdalena Medio, el sur del Tolima, el occidente del Cauca y Nari帽o, las zonas rurales de Putumayo, Caquet谩, Meta, Guaviare, Casanare, Arauca y otras zonas.
Decimos “resurgimiento” porque 茅ste campesinado ya se hab铆a expresado, primero, en los a帽os 70s por medio de la Asociaci贸n Nacional de Usuarios Campesinos ANUC que estuvo al frente de la lucha por titulaci贸n de bald铆os, y luego, mediante las “marchas cocaleras” de los a帽os 90s del siglo pasado (XX) en donde campesinos pobres y “raspachines” (jornaleros recolectores de la hoja de coca) pusieron en jaque al gobierno de Ernesto Samper, luchando contra la erradicaci贸n de los cultivos de coca (fumigaci贸n) y exigi茅ndole al Estado planes productivos alternativos.
Ahora sus exigencias son m谩s cualificadas. Implican un plan de desarrollo alternativo al modelo agro-exportador que se quiere imponer en Colombia. Est谩n dispuestos a consolidar amplias 谩reas de territorio nacional mediante una econom铆a agraria respetuosa del medio ambiente y basada en la econom铆a campesina parcelaria que garantice la seguridad alimentaria, dirigido a romper con el c铆rculo vicioso de migraci贸n, colonizaci贸n, conflicto y monopolizaci贸n de la tierra por grandes terratenientes, y nueva migraci贸n hacia lo profundo de la selva.
La coordinaci贸n de tan amplios sectores campesinos ha corrido por cuenta de sindicatos de trabajadores agr铆colas y asociaciones campesinas a lo largo y ancho del pa铆s, entre las que se destacan la Federaci贸n Nacional Sindical Agropecuaria “Fensuagro”, la Asociaci贸n Nacional de Zonas de Reserva Campesina “Anzorc” y asociaciones regionales como las de Catatumbo, Cimitarra, Cagu谩n, Nordeste Antioque帽o, Arauca, Casanare, Meta, Guaviare, Putumayo y muchas regiones m谩s.
3. La solidaridad activa de sectores citadinos con la lucha campesina
El Paro Nacional Agrario y Popular iniciado el 19 de agosto de 2013 es la continuaci贸n de un nuevo ciclo de luchas de productores agropecuarios, mineros, camioneros y otros sectores sociales, y ha mostrado nuevas potencialidades de la lucha popular en Colombia.
La m谩s sorprendente es la que se inici贸 en la capital del departamento de Boyac谩 con las movilizaciones impulsadas por los estudiantes el tercer d铆a de paro, que fue seguida por nutridas manifestaciones de respaldo de la poblaci贸n urbana de Tunja a la lucha campesina, que tuvo como expresi贸n m谩xima el gran cacerolazo que aglutin贸 en la Plaza de Bol铆var de esa ciudad a m谩s de 40.000 manifestantes. Siguiendo ese ejemplo se multiplicaron por todo el pa铆s los cacerolazos que el d铆a lunes (26.08.2013) se realizaron en 17 ciudades del pa铆s.
Es evidente que el menosprecio con que Santos se refiri贸 a las luchas campesinas hiri贸 en lo m谩s profundo del alma a millones de colombianos que consideran justas las luchas agrarias del momento y que se han expresado de diferentes maneras a trav茅s de las redes sociales. Este sentimiento de solidaridad y las manifestaciones de respaldo van despertando las fuerzas aletargadas de los pobladores citadinos, les dar谩 confianza en su fuerza y van a expresarse en poco tiempo alrededor de problemas acuciantes que tambi茅n se viven en el sector urbano como el desempleo, la situaci贸n de los servicios de salud, altos costos de los servicios p煤blicos, y otros.
La fusi贸n de intereses rurales y urbanos alrededor de la lucha “por la renegociaci贸n de los TLCs” va a constituir el salto cualitativo m谩s importante de las luchas del pueblo colombiano en la segunda d茅cada del siglo XXI y va a potenciar la lucha por soberan铆a nacional y popular a niveles que todos so帽amos y anhelamos, a fin de derrotar la casta olig谩rquica que nos domina.
4. Las nuevas formas de lucha
Adem谩s de los bloqueos masivos e impenetrables de carreteras debemos destacar la gran variedad de formas de lucha que se han presentado de acuerdo a las circunstancias de cada lugar. En donde no se ha acumulado suficiente fuerza para bloquear la v铆a, se han realizado marchas, plantones, concentraciones puntuales y diversas formas de hacerse notar.
Las nuevas herramientas de comunicaci贸n social (tel茅fonos celulares y redes sociales computarizadas) han sido elementos valiosos para comunicar a los manifestantes entre s铆 y mantenerse informados de lo que ocurre en el pa铆s. La convocatoria de los cacerolazos ha sido por internet y las organizaciones cuentan tambi茅n con medios alternativos de prensa para denunciar los atropellos de la “fuerza p煤blica” (ej. videos en You Tube) y orientar a sus bases.
Ese es el otro salto cualitativo a destacar. A pesar que el gobierno y los medios de comunicaci贸n al servicio de los grandes monopolios capitalistas han querido invisibilizar las acciones campesinas, no lo han logrado. Se rompi贸 el cerco informativo. La lucha por la informaci贸n es otro campo de batalla. Los esfuerzos y avances de los campesinos de Boyac谩 y Nari帽o, la solidaridad citadina, los errores del gobierno, todo ello se juega en los medios de comunicaci贸n y se convierte en incentivo para mantener y fortalecer la lucha en las regiones m谩s apartadas.
Conclusi贸n
Hoy se muestra un nuevo nivel de ligaz贸n entre lo reivindicativo y lo pol铆tico, muy por encima del paro cafetero del pasado marzo. Se maneja un nuevo lenguaje, surge el enlace entre lo urbano y lo rural. Todo ello es un paso significativo en el movimiento social-pol铆tico colombiano.
Poco a poco tendr谩 que irse dando la fusi贸n o uni贸n cualificada entre dos sectores rurales que han estado separados por m谩s de medio siglo: los productores especializados de cultivos permanentes y transitorios, y los campesinos colonos que migraron sobre todo desde Antioquia, el Eje Cafetero, Santander y Cundinamarca, hacia lo que hoy son los departamentos de la periferia.
Adem谩s, se acumulan varios elementos que ayudan a la cualificaci贸n del movimiento social. A la divisi贸n de las clases dominantes (que se va a agudizar), se suma la p茅rdida de territorio (San Andr茅s), la crisis de credibilidad en la pol铆tica tradicional, un cambio generacional en las ciudades, los cambios en los medios de comunicaci贸n masivos, y la lucha por abrir canales de participaci贸n en la vida pol铆tica del pa铆s.
Es por todo lo anterior que los movimientos y las organizaciones sociales est谩n en mora de aprobar un verdadero programa de lucha revolucionario que recoja puntos como la nacionalizaci贸n de recursos naturales, la renegociaci贸n de los TLCs, la reforma total de la Ley 100, y otros temas de impacto para la poblaci贸n en general.
Es importante que ese debate se desarrolle antes y durante el Encuentro Nacional de Organizaciones Populares que pr贸ximamente va a realizarse, que deb铆a aplazarse para poder llegar con un m谩s amplio debate. De lo contrario se va a reducir a hacer "m谩s de lo mismo": sumar reivindicaciones para negociar con el gobierno (y fortalecer el r茅gimen), y no para tumbarlo, que es de lo que se trata.
Una “izquierda social” empuja desde abajo a una “izquierda pol铆tica” que se ha acostumbrado al parlamentarismo domesticado. Los saltos cualitativos en el movimiento social deben ser complementados con saltos cualitativos en la pol铆tica de izquierda.
Popay谩n, 28 de agosto de 2013
El movimiento social en Colombia – a 10 d铆as de haberse iniciado el Paro Nacional Agrario y Popular – nos ofrece un amplio panorama de luchas, movilizaciones, desplazamientos, encuentros entre diversos sectores de la poblaci贸n, confrontaciones con el Estado a todo nivel, y por sobre todo, la evidencia de que est谩n en desarrollo varios saltos cualitativos que han ido madurando al pasar de los a帽os.
En una semana la estrategia del gobierno fracas贸. El movimiento campesino – en una de sus vertientes (Dignidad papera y lechera de Boyac谩, Cundinamarca, Nari帽o y otras regiones) – impuso su primera condici贸n que era negociar en una mesa de car谩cter nacional. La soberbia y el cinismo del presidente Santos le aport贸 su dosis de “embarrada” al pronunciar su famosa frase de que “el tal paro nacional agrario no existe”, lo que enardeci贸 los 谩nimos tanto de los manifestantes como de amplios sectores urbanos que hicieron recular al gobierno y lo obligaron a sentarse a dialogar sin poner condiciones de levantamiento del paro (bloqueos de v铆as).
Sin embargo, el otro sector de campesinos y mineros movilizados desde regiones de colonizaci贸n y 谩reas perif茅ricas, que hoy est谩n concentrados en Florencia (Caquet谩), Villavicencio (Meta), Algeciras (Huila), El Pil贸n y El Cairo (Cauca), Barrancabermeja (Santander), Caucasia y Barbosa (Antioquia), Castilla (Tolima), varios sitios del Putumayo, Arauca y otras zonas, no ha logrado la suficiente visibilizaci贸n y no consigue – hasta ahora – un espacio de negociaci贸n con el Estado.
En este art铆culo trataremos de hacer visibles las pulsaciones sociales que contribuyen a cualificar el contenido pol铆tico, cultural y comunicacional del movimiento social colombiano y que van a generar cambios sustanciales en la vida nacional.
Esas manifestaciones de nueva cualidad en el movimiento social est谩n representadas por: 1. La insurgencia social de importantes sectores productivos agrarios golpeados por la pol铆tica neoliberal del Estado, especialmente por los TLCs. 2. El resurgimiento del movimiento campesino de regiones de colonizaci贸n que est谩n en proceso de integraci贸n con la econom铆a nacional. 3. La solidaridad activa de sectores urbanos. 4. Nuevas formas de lucha.
1. La insurgencia social y pol铆tica de importantes sectores productivos
Desde la d茅cada de los a帽os 90s del siglo pasado (XX) los productores de caf茅 hab铆an protagonizado importantes movilizaciones en torno a la lucha por la condonaci贸n de deudas bancarias que hab铆an sido causadas por la ca铆da de los ingresos cafeteros como resultado de la terminaci贸n del Pacto Internacional del Caf茅 y la implementaci贸n de la llamada “apertura econ贸mica” por parte del gobierno de Cesar Gaviria (1990-94).
Esas luchas tuvieron su concreci贸n en la organizaci贸n de Unidad Cafetera y su posterior transformaci贸n en el Movimiento Nacional por la Salvaci贸n Agropecuaria, que lograron realizar importantes manifestaciones regionales con un pliego que contemplaba aspectos cruciales de la econom铆a agropecuaria como la lucha contra las importaciones agropecuarias; por precios de sustentaci贸n; control de los precios de los insumos; por cr茅ditos suficientes, oportunos y baratos; por la condonaci贸n de las deudas bancarias; y por el apoyo estatal en comercializaci贸n, infraestructura, investigaci贸n y asistencia t茅cnica.
A pesar de tener una plataforma de lucha integral y de alto contenido pol铆tico, en el desarrollo concreto de la lucha que aglutinaba a grandes, medianos y peque帽os productores, las consignas se centraban en puntos espec铆ficos que golpeaban en determinadas coyunturas a los agricultores como el problema de los cr茅ditos impagables. Pero el movimiento no logr贸 superar la din谩mica de las marchas y concentraciones de un d铆a sin conseguir un mayor impacto pol铆tico.
Posteriormente, en la primera d茅cada del siglo XXI, el movimiento de los peque帽os productores agrarios se centr贸 en la lucha contra las resoluciones del Ministerio de Salud y del Invima que impon铆an nuevas condiciones sanitarias y de producci贸n, que se plasmaron en marchas lecheras y en diversas actuaciones de los productores de leche y panela.
El gran salto adelante que representan las actuales movilizaciones cafeteras, paperas, lecheras, arroceras, de fruticultores, cebolleros y otros productores, consiste en que, por un lado, han sido sectores golpeados directamente por la firma e implementaci贸n de los TLCs, importaci贸n de sus productos desde el exterior y otros fen贸menos relacionados con el “libre comercio” (contrabando, presi贸n de los precios internacionales), y por el otro, quienes est谩n sintiendo el golpe con mayor fuerza son los peque帽os productores agropecuarios, que son los que han resistido en sus peque帽as fincas subsidiando la producci贸n con mano de obra familiar y otros recursos propios.
Es por ello que las movilizaciones de productores – tanto las del pasado paro cafetero como las del actual – cambiaron la din谩mica de lucha hacia la b煤squeda de un mayor impacto pol铆tico y social mediante el bloqueo beligerante de las carreteras troncales para forzar negociaciones con el Estado y fortalecer su proceso organizativo para enfrentar el futuro.
Ello explica la fortaleza de los bloqueos de carreteras realizados en febrero-marzo en el Cauca y Huila, y los de agosto en Boyac谩, Cundinamarca y Nari帽o, en donde los campesinos no necesitan desplazarse de unas a otras zonas sino que obstaculizan las carreteras en las vecindades de sus pueblos y casas de habitaci贸n, garantiz谩ndose un suficiente abastecimiento de comida y sobre todo, realizando en simult谩neo los taponamientos en m煤ltiples sitios con numerosos participantes que neutralizan la acci贸n disuasiva de la fuerza p煤blica, haci茅ndose imposible desbloquearlos.
Por otro lado est谩 la negociaci贸n con el Estado. En el movimiento de los productores de papa se ha visto un avance muy importante. El pasado domingo (25.08.2013), el joven dirigente Cesar Pach贸n lo dec铆a con toda claridad: “No necesitamos subsidios, sino pol铆ticas. Pol铆ticas agropecuarias, para poder trabajar". Este paso supera la negociaci贸n cafetera de marzo que centr贸 toda la atenci贸n sobre el subsidio llamado Protecci贸n al Ingreso Cafetero PIC, que tiene la ventaja para el gobierno de salir del paso en lo inmediato y desmovilizar las fuerzas campesinas, pero que en 煤ltimas es s贸lo una pa帽o de agua tibia sobre la herida.
Independiente de c贸mo se desarrollen las actuales negociaciones con el gobierno, el movimiento campesino productor ha logrado avanzar en aspectos claves para la lucha futura, oblig贸 al gobierno a negociar en medio de los bloqueos con un paro en pleno desarrollo y activo, y no se dej贸 llevar al terreno de la desmovilizaci贸n que el gobierno buscaba.
2. El resurgimiento del movimiento campesino de regiones de colonizaci贸n
La convocatoria a la movilizaci贸n hecha por las “dignidades” cafetera, papera, lechera, arrocera, y otras, fue aprovechada por las organizaciones que act煤an en el Coordinador Nacional Agrario CNA y la Mesa de Interlocuci贸n y Acuerdo MIA, para convocar a sus bases con la consigna del Paro Nacional Agrario y Popular.
Si se analiza el pliego de exigencias de la MIA se puede observar que lo esencial de ese pliego est谩 centrado alrededor de la lucha por las Zonas de Reserva Campesina, los programas alternativos a los cultivos il铆citos y la lucha por el desarrollo integral de sus territorios.
Este programa representa los intereses de campesinos medios y pobres que han construido sus fincas en zonas de colonizaci贸n a lo largo de m谩s de 60 a帽os. Este campesinado colono ha sobrevivido y ensanchado la frontera agr铆cola de la Naci贸n en lo que se dio en denominar la “Otra Colombia”. Desde los a帽os 70s del siglo XX su principal producto es la hoja de coca, pero con el tiempo han podido construir fincas de peque帽a ganader铆a con predios de pan coger, pero requieren de carreteras, obras de infraestructura, acueductos, electrificaci贸n, educaci贸n, salud y apoyo para la producci贸n agropecuaria.
Hoy – al calor de los di谩logos de La Habana – quieren hacerse escuchar y se han movilizado a centros urbanos y hasta sitios en donde los han bloqueado por la fuerza, dependiendo de la regi贸n de donde provienen que son el Magdalena Medio, el sur del Tolima, el occidente del Cauca y Nari帽o, las zonas rurales de Putumayo, Caquet谩, Meta, Guaviare, Casanare, Arauca y otras zonas.
Decimos “resurgimiento” porque 茅ste campesinado ya se hab铆a expresado, primero, en los a帽os 70s por medio de la Asociaci贸n Nacional de Usuarios Campesinos ANUC que estuvo al frente de la lucha por titulaci贸n de bald铆os, y luego, mediante las “marchas cocaleras” de los a帽os 90s del siglo pasado (XX) en donde campesinos pobres y “raspachines” (jornaleros recolectores de la hoja de coca) pusieron en jaque al gobierno de Ernesto Samper, luchando contra la erradicaci贸n de los cultivos de coca (fumigaci贸n) y exigi茅ndole al Estado planes productivos alternativos.
Ahora sus exigencias son m谩s cualificadas. Implican un plan de desarrollo alternativo al modelo agro-exportador que se quiere imponer en Colombia. Est谩n dispuestos a consolidar amplias 谩reas de territorio nacional mediante una econom铆a agraria respetuosa del medio ambiente y basada en la econom铆a campesina parcelaria que garantice la seguridad alimentaria, dirigido a romper con el c铆rculo vicioso de migraci贸n, colonizaci贸n, conflicto y monopolizaci贸n de la tierra por grandes terratenientes, y nueva migraci贸n hacia lo profundo de la selva.
La coordinaci贸n de tan amplios sectores campesinos ha corrido por cuenta de sindicatos de trabajadores agr铆colas y asociaciones campesinas a lo largo y ancho del pa铆s, entre las que se destacan la Federaci贸n Nacional Sindical Agropecuaria “Fensuagro”, la Asociaci贸n Nacional de Zonas de Reserva Campesina “Anzorc” y asociaciones regionales como las de Catatumbo, Cimitarra, Cagu谩n, Nordeste Antioque帽o, Arauca, Casanare, Meta, Guaviare, Putumayo y muchas regiones m谩s.
3. La solidaridad activa de sectores citadinos con la lucha campesina
El Paro Nacional Agrario y Popular iniciado el 19 de agosto de 2013 es la continuaci贸n de un nuevo ciclo de luchas de productores agropecuarios, mineros, camioneros y otros sectores sociales, y ha mostrado nuevas potencialidades de la lucha popular en Colombia.
La m谩s sorprendente es la que se inici贸 en la capital del departamento de Boyac谩 con las movilizaciones impulsadas por los estudiantes el tercer d铆a de paro, que fue seguida por nutridas manifestaciones de respaldo de la poblaci贸n urbana de Tunja a la lucha campesina, que tuvo como expresi贸n m谩xima el gran cacerolazo que aglutin贸 en la Plaza de Bol铆var de esa ciudad a m谩s de 40.000 manifestantes. Siguiendo ese ejemplo se multiplicaron por todo el pa铆s los cacerolazos que el d铆a lunes (26.08.2013) se realizaron en 17 ciudades del pa铆s.
Es evidente que el menosprecio con que Santos se refiri贸 a las luchas campesinas hiri贸 en lo m谩s profundo del alma a millones de colombianos que consideran justas las luchas agrarias del momento y que se han expresado de diferentes maneras a trav茅s de las redes sociales. Este sentimiento de solidaridad y las manifestaciones de respaldo van despertando las fuerzas aletargadas de los pobladores citadinos, les dar谩 confianza en su fuerza y van a expresarse en poco tiempo alrededor de problemas acuciantes que tambi茅n se viven en el sector urbano como el desempleo, la situaci贸n de los servicios de salud, altos costos de los servicios p煤blicos, y otros.
La fusi贸n de intereses rurales y urbanos alrededor de la lucha “por la renegociaci贸n de los TLCs” va a constituir el salto cualitativo m谩s importante de las luchas del pueblo colombiano en la segunda d茅cada del siglo XXI y va a potenciar la lucha por soberan铆a nacional y popular a niveles que todos so帽amos y anhelamos, a fin de derrotar la casta olig谩rquica que nos domina.
4. Las nuevas formas de lucha
Adem谩s de los bloqueos masivos e impenetrables de carreteras debemos destacar la gran variedad de formas de lucha que se han presentado de acuerdo a las circunstancias de cada lugar. En donde no se ha acumulado suficiente fuerza para bloquear la v铆a, se han realizado marchas, plantones, concentraciones puntuales y diversas formas de hacerse notar.
Las nuevas herramientas de comunicaci贸n social (tel茅fonos celulares y redes sociales computarizadas) han sido elementos valiosos para comunicar a los manifestantes entre s铆 y mantenerse informados de lo que ocurre en el pa铆s. La convocatoria de los cacerolazos ha sido por internet y las organizaciones cuentan tambi茅n con medios alternativos de prensa para denunciar los atropellos de la “fuerza p煤blica” (ej. videos en You Tube) y orientar a sus bases.
Ese es el otro salto cualitativo a destacar. A pesar que el gobierno y los medios de comunicaci贸n al servicio de los grandes monopolios capitalistas han querido invisibilizar las acciones campesinas, no lo han logrado. Se rompi贸 el cerco informativo. La lucha por la informaci贸n es otro campo de batalla. Los esfuerzos y avances de los campesinos de Boyac谩 y Nari帽o, la solidaridad citadina, los errores del gobierno, todo ello se juega en los medios de comunicaci贸n y se convierte en incentivo para mantener y fortalecer la lucha en las regiones m谩s apartadas.
Conclusi贸n
Hoy se muestra un nuevo nivel de ligaz贸n entre lo reivindicativo y lo pol铆tico, muy por encima del paro cafetero del pasado marzo. Se maneja un nuevo lenguaje, surge el enlace entre lo urbano y lo rural. Todo ello es un paso significativo en el movimiento social-pol铆tico colombiano.
Poco a poco tendr谩 que irse dando la fusi贸n o uni贸n cualificada entre dos sectores rurales que han estado separados por m谩s de medio siglo: los productores especializados de cultivos permanentes y transitorios, y los campesinos colonos que migraron sobre todo desde Antioquia, el Eje Cafetero, Santander y Cundinamarca, hacia lo que hoy son los departamentos de la periferia.
Adem谩s, se acumulan varios elementos que ayudan a la cualificaci贸n del movimiento social. A la divisi贸n de las clases dominantes (que se va a agudizar), se suma la p茅rdida de territorio (San Andr茅s), la crisis de credibilidad en la pol铆tica tradicional, un cambio generacional en las ciudades, los cambios en los medios de comunicaci贸n masivos, y la lucha por abrir canales de participaci贸n en la vida pol铆tica del pa铆s.
Es por todo lo anterior que los movimientos y las organizaciones sociales est谩n en mora de aprobar un verdadero programa de lucha revolucionario que recoja puntos como la nacionalizaci贸n de recursos naturales, la renegociaci贸n de los TLCs, la reforma total de la Ley 100, y otros temas de impacto para la poblaci贸n en general.
Es importante que ese debate se desarrolle antes y durante el Encuentro Nacional de Organizaciones Populares que pr贸ximamente va a realizarse, que deb铆a aplazarse para poder llegar con un m谩s amplio debate. De lo contrario se va a reducir a hacer "m谩s de lo mismo": sumar reivindicaciones para negociar con el gobierno (y fortalecer el r茅gimen), y no para tumbarlo, que es de lo que se trata.
Una “izquierda social” empuja desde abajo a una “izquierda pol铆tica” que se ha acostumbrado al parlamentarismo domesticado. Los saltos cualitativos en el movimiento social deben ser complementados con saltos cualitativos en la pol铆tica de izquierda.
Popay谩n, 28 de agosto de 2013