OPINI脫N de Juan Torres L贸pez.- Cualquiera que se haya informado bien de lo ocurrido en los momentos finales de la Marcha de la Dignidad que lleg贸 a Madrid el s谩bado pasado ha podido comprobar que hubo lamentables momentos de violencia que desgraciadamente han provocado que varias personas (manifestantes y polic铆as) hayan resultado heridas, algunas de consideraci贸n.
Al respecto creo que lo primero que hay que manifestar es que resulta lamentable que haya ocurrido eso y que es deseable que todas esas personas se recuperen bien y cuanto antes. Ya he dicho en muchas ocasiones en esta web que me parece que la paz debe ser el lenguaje y la pr谩ctica continua de los seres humanos, no la excepcional. La violencia, venga de donde venga, la genere quien la genere y sea cu谩l sea su causa, es un fracaso de la humanidad. La paz, por el contrario y por muy imperfecta que sea, es el camino y no un instrumento que utilicemos de vez en cuando, solo cuando no tenemos problemas con los dem谩s o cuando son irrelevantes o de peque帽a factura.
Por tanto, creo que debemos condenar sin ning煤n reparo la violencia que se ejerci贸 al final de la Marcha.
Dicho eso, creo que tambi茅n hay que ser coherentes y afrontar los hechos con objetividad pues las cosas no siempre ocurren como nos dicen que han ocurrido.
Lo primero que hay que se帽alar es que todas las organizaciones y personas que convocaron la Marcha hicieron siempre una llamada permanente a la acci贸n pac铆fica. Nunca llamaron a la violencia sino que advirtieron para que nadie cayese en provocaciones.
Es cierto, sin embargo, que en la 贸rbita ideol贸gica de las izquierdas m谩s radicales hay personas o grupos que no tienen otro modo de expresar sus reivindicaciones que no sea por medio de la violencia. Negar eso es una hipocres铆a. Incluso en esta web hemos comprobado a veces la violencia verbal con que muchas de estas personas se expresan, algo que no puede llevar sino a m谩s violencia y m谩s peligrosa cuando ese tipo de personas se encuentran en situaciones de tensi贸n.
Tambi茅n es bien sabido que en ese tipo de manifestaciones hay grupos provocadores de extrema derecha que se infiltran justamente para generar el efecto contrario al que buscan los promotores pac铆ficos de las movilizaciones. De ah铆 que en muchas ocasiones se produzca una desgraciada combinaci贸n de extremismo de derechas e izquierdas que a mi juicio tiene m谩s que ver con la barbarie y la marginaci贸n que con otra cosa y, desde luego, muy poco o nada con la actividad pol铆tica.
Finalmente, no podemos olvidar que desde hace a帽os (y mucho m谩s justo cuando ha habido mayor n煤mero de manifestaciones con motivo de la crisis y de los recortes tan injustos que se vienen haciendo) es la propia polic铆a la que infiltra a sus agentes como si fueran manifestantes normales y corrientes para provocar los incidentes que justifican la intervenci贸n policial. Las pruebas de ello son abundantes e indiscutibles, pues hay multitud de fotos y videos que muestran que efectivamente los provocadores m谩s violentos son muchas veces polic铆as que hacen todo lo posible para que una manifestaci贸n pac铆fica se convierta en violenta y as铆 puedan quedar justificadas las cargas policiales. Negarlo tambi茅n es una hipocres铆a lamentable.
Estos 煤ltimos d铆as han circulado por la red fotos de encapuchados que ayudan a la polic铆a uniformada a poner esposas a detenidos o de otros mostrando sus pulseras distintivas cuando van a ser golpeados por la polic铆a, precisamente porque los hab铆an detectado siendo especialmente violentos.
Y, por 煤ltimo, creo que tampoco es una simple casualidad que las cargas policiales y los hechos m谩s violentos se produzcan siempre unos minutos antes de las noticias televisivas de la noche, lo que permite que los telediarios abran con escenas siempre impactantes y que crean un inevitable rechazo hacia las manifestaciones y hacia quienes las convocan.
Comprendo que la polic铆a debe hacer su trabajo y que su misi贸n es procurar que no se den disturbios innecesarios pero lo que est谩 ocurriendo es que los mandos al servicio de un gobierno a su vez c贸mplice y servidor de los grandes grupos financieros y de poder utilizan a los polic铆as para hacer un servicio de represi贸n vergonzosa. No para prevenir, sino para crear altercados, a veces, como ha ocurrido en esta 煤ltima ocasi贸n, incluso poniendo en peligro la integridad f铆sica de los propios polic铆as.
Hay videos que ponen de manifiesto que la polic铆a irrumpi贸 en el acto final del s谩bado pasado antes de que hubiera concluido y cuando se trataba de un acci贸n perfectamente legal y pac铆fica, lo que es natural que provocase indignaci贸n y rechazo.
No voy a justificar ning煤n acto de violencia. No me voy a rendir. Quiero que la paz sea siempre mi 煤nica expresi贸n, mi 煤nico modo de entenderme con los dem谩s seres humanos. Pero no voy a caer en el error de dejarme llevar por la sinvergonzoner铆a de unos dirigentes pol铆ticos que usan a otros seres humanos para evitar que la gran mayor铆a de la sociedad disfrute de derechos elementales que les est谩n quitando en beneficio de unos pocos.
Lamento sin ning煤n tipo de reserva la violencia y condeno los altercados y la lesiones y el da帽o que se han producido, tanto a manifestantes como a polic铆as, y a ambos en la misma medida. Pero condeno sobre todo a quienes han provocado todo ello y ahora quieren hacer pasar por violentos a cientos de miles de personas pac铆ficas que reclaman con dignidad justicia y las libertades que nos est谩n quitando.
* juantorreslopez.com