OPINI脫N de Eduardo P茅rsico, Argentina.-
…y hoy algunos populistas de sindicato demuestran un poder econ贸mico jam谩s permitido antes.
La irrupci贸n de Per贸n en la pol铆tica argentina en 1945, conmovi贸 las expresiones m谩s conservadoras y tambi茅n a las progresistas, seg煤n entonces socialistas y radicales de la l铆nea irigoyenista m谩s el Partido Laborista que sustentara el inicial peronismo. Tres l铆neas no muy opuestas ante la problem谩tica entonces sobre educaci贸n p煤blica y defensa del patrimonio nacional, dos perfiles recurridos por algunos en el discurso. M谩s otras diferencias emerger铆an tras el lanzamiento de Per贸n en Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945, quien con un discurso-arenga fijara un nuevo eje al debate conceptual y pol铆tico del pa铆s. Con imprevisto efecto sobre la actividad en general, ‘incluido el asombro del mismo Per贸n’ dir铆a Ra煤l Scalabrini Ortiz ante la futura imposibilidad de hacer pol铆tica sin apreciar el hecho con seriedad. Tanto que no fue casual la disoluci贸n de Forja, la Fuerza Organizada Radical de la Joven Argentina integrada por intelectuales y cuadros pol铆ticos de reunirse a debatir la realidad nacional. El escenario era otro y cada expresi贸n deb铆a revisar su comprensi贸n de la muchedumbre, un gesto rechazado y negado por el Poder y sus fabricantes de opini贸n. Grave error cuando ese avance guardaba en su resultado algo m谩s sustantivo y evidente: ‘la liberaci贸n psicol贸gica del obrero ante el patr贸n’. Una variante relacional con un peso inmedible para las patronales y m谩s preocupante a煤n por parecer acordado desde arriba. Esa ‘liberaci贸n psicol贸gica’ que se expresar铆a de inmediato en ‘patr贸n, usted no me grita’, -frase entonces de alta significaci贸n- y la no comprensi贸n de la nueva instancia llevar铆a a muchos bien intencionados a equivocarse al calificar compa帽ero, adversario o enemigo. Un efecto de esos a帽os de cierta gravedad por unos pocos fundamentalistas de uniforme.
El nuevo paisaje cambi贸 la relaci贸n obrero patronal, un ‘accidente sociol贸gico’ que sacudiera los elencos radicales y socialistas que de ah铆 padecer铆an cierta dolencia emocional por no saberse incluidos en la hechura de un avance que alguno de ellos, indudablemente sol铆an propugnar en su propio discurso. El nuevo escenario fue una certeza que socialistas y radicales desecharon sin reelaborar sus planteos a la reciente realidad, y a cambio ahondar铆an una oposici贸n desencaminada al descalificar como chusma a los seguidores de aquel peronismo del ’45. Descalificando en esa pose desde el ‘aguinaldo’, -un sueldo anual complementario- por ser una maniobra electoralista y en igual postura controversial, desechar ‘por demag贸gicas’ las colonias veraniegas para ‘los reci茅n venidos’, m谩s otras leyes sancionadas en la muy activa legislaci贸n laboral. Dentro de la oposici贸n hubo posturas casi de concepci贸n medieval para ser sostenidas por socialistas y radicales con fines electorales, con jugadas no profesionales que los abatir铆a; al fin muchos prestigiosos se mostrar铆an seg煤n pol铆ticos molestos ante el espect谩culo de laburantes-multitud vitoreando en la calle. Y esos deslices por errada interpretaci贸n hist贸rica no ser铆an exclusivos de los sectores duramente antiperonistas; tambi茅n se dieron en las bibliotecas de barrio fecundas en entreveros constantes por comprender al menos, si esa era la movilidad social y quienes los beneficiados. Que al fin del relato demostrar铆a que los peronistas no eran los enemigos sino compatriotas antes no contenidos en las discusiones. Otro notorio error en muchos opositores, - digamos los m谩s feroces cr铆ticos- ni supon铆an que el mismo Sistema Econ贸mico cada tanto dispone el ingreso de m谩s personajes a la escena, y esos nuevos participantes ya eran parte de su misma historia. Apenas eso. .
Luego y como expresi贸n del no saber a veces quien integra los nuestros y quien el adversario, el peronismo inicial en Argentina y su enf谩tica crecida populista origin贸 un rechazo mayor pero similar a nuestros d铆as del a帽o 2014. En cuanto como ahora la mayor molestia recay贸 entre los sectores medios con vocaci贸n de alta clase; ese laber铆ntico segmento social que resiste el ascenso de los postergados en la escala por cierto inconsciente reflejo. Acaso por estimarse ellos como factor decisorio en otorgar la movilidad y el ingreso de nuevos participantes al sistema, m谩s en cuanto ese crecimiento le resulta 煤til al tejido econ贸mico no es discutible. Sencillez que alguna clase media presiente en su contra y sin debatir, combate.
Esa actitud ejercida sobre los ‘reci茅n llegados’ en 1945, siete d茅cadas m谩s tarde exhibe hoy ciertas contrariedades con la aparici贸n de novedosos actores. Tal vez dentro del llamado 谩mbito sindical se exhiben novedosas est茅ticas y perfiles que tiempo atr谩s no ser铆an propios a un dirigente que representa y gestiona, y no es al fin nada problem谩tico. Pero quiz谩 por la nueva din谩mica contempor谩nea que exige algunos novedosos perfiles, - por decir- hoy se muestran en los medios de publicidad y comunicaci贸n; ambas cosas; algunos estilos y decires en delegados obreros que suelen confundir hacia donde apuntan. Al menos al no precisar con certeza si algunas de sus actitudes muy empresariales benefician a sus representados. En principio si casi toda la dirigencia sindical se titula heredera del peronismo, - esa memoria social de los argentinos- esa herencia pareciera a veces una carga en algunos sindicalistas o dirigentes al sugerir ellos un poder铆o econ贸mico jam谩s visto en quienes representan a los trabajadores. Quiz谩 ser铆a aceptable si esa contrariedad en un debate en serio resultara ser 煤til a la gesti贸n sindical, y m谩s provechoso a煤n si le evitara dudas a los mismos representados en quien los representa y a la ve< integra a sus adversarios o enemigos.