OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- Una de las v铆as de escape de Rajoy ante cuestiones inc贸modas es recordar que su gobierno va a presentar un "paquete" de medidas de regeneraci贸n democr谩tica. Ya tiene guasa que, a los tres a帽os de gobierno, haya que regenerar la democracia, aunque siempre se podr谩 decir que la culpa es de Zapatero. El nuevo comisario pol铆tico de RTVE lo har谩. Regeneraci贸n es la palabra de moda, el santo y se帽a de los leales en estos momentos turbios en los que hasta tus compa帽eros de pupitre resultan ser unos chorizos y muchos con sus puntas de puta帽eros, bebedores y jugadores. La cr猫me de la cr猫me del neoliberalismo castizo en el jard铆n de las delicias a costa del contribuyente. Regeneraci贸n. Regresa un B谩rcenas de esquiar en Chamonix con cargo a la caja B o la C o la D de ese partido que m谩s parece un bargue帽o de mil cajones, alguno secreto. Regeneraci贸n. Se le desparraman los emails a Blesa a la vuelta de un safari en Kenia, de matar ant铆lopes en compa帽铆a de alguna agraciada se帽orita y se conocen las francachelas de los caballeros de la mesa redonda y la tarjeta negra. Regeneraci贸n. Se le van las cuentas a Acebes de haber sostenido con fondos de la caja B el peri贸dico Libertad Digital, faro del neoliberalismo, y se descubre que hasta esos fondos a tan noble causa destinados, han desaparecido. Regeneraci贸n. Hay alcaldes, presidentes de diputaci贸n, de comunidad aut贸noma en prisi贸n, preventiva o firme. Regeneraci贸n. Llevamos treinta meses regener谩ndonos o escuchando avisos de c贸mo vamos a regenerarnos.
En realidad, llevamos ciento cincuenta a帽os porque no es casualidad que la palabra de moda sea la consigna de los regeneracionistas del XIX. Ah铆 estamos. Exactamente ah铆. En la segunda restauraci贸n borb贸nica hay dos partidos din谩sticos, corro铆dos por la corrupci贸n (uno much铆simo m谩s que otro), la burocratizaci贸n, los intereses creados y la pol铆tica que antes ven铆a a conocerse como turnismo y hoy se llama de de captura de rentas. El Rey va a lo suyo y los partidos din谩sticos est谩n dispuestos a cubrir sus borbonadas mientras no se lance a aventuras militares, cosa altamente improbable pues no hay con qu茅 ni en d贸nde. La Iglesia, amparada en unos Acuerdos con el Vaticano de 1979 que nadie se atreve a denunciar es, comparativamente hablando, m谩s rica propietaria que antes de Mendizabal. Raz贸n por la cual, si alguna vez llegara al poder alg煤n partido sensato de corte europeo, tendr铆a que denunciar los Acuerdos y ordenar una desamortizaci贸n. La patria, como siempre, convulsa, amenazada de desintegraci贸n por la deslealtad o el heroismo nacional de los redentores, seg煤n el punto de vista que se adopte.
Dios, Patria, Rey. Los tres pilares del integrismo nacional espa帽ol est谩n tocados y el sistema pol铆tico en que se articulan es el mismo andrajoso, miserabley retardatario de la oligarqu铆a y el caciquismo a que Joaqu铆n Costa hubo de hacer frente. ¿Qu茅 regeneraci贸n hay aqu铆? Y, sobre todo, ¿qui茅n la realizar谩? ¿Los que han amparado, tolerado, quiz谩 instigado y hasta capitalizado esta densa y general trama de corrupci贸n? Eso es simplemente absurdo. Lo 煤nico sensato que pueden hacer quienes han provocado este desastre por incompetentes y corruptos es dimitir y convocar elecciones.
Pero no solamente no tienen la menor intenci贸n de hacer ninguna de las dos cosas sino que toda su actuaci贸n niega de plano la intenci贸n misma de regeneraci贸n. El Parlamento espa帽ol es la guardia pretoriana del gobierno. Y en sentido literal. ¿Qui茅n no ha visto esas carreras de Rajoy por los pasillos de la c谩mara, absolutamente rodeado, bloqueado, por seguratas, diputados a la orden y cargos del partido para evitar todo contacto con la prensa, como si fuera el virus del 茅bola? Para las comparecencias, el presidente recurre al plasma y para los desplazamientos le gustar铆a disponer de una m谩quina de desmaterializaci贸n que lo hiciera disiparse aqu铆 y reintegrarse en carne mortal en alg煤n lugar seguro. En tres a帽os no ha habido una sola sesi贸n monogr谩fica sobre la corrupci贸n, el problema n煤mero uno del pa铆s desde el punto de vista institucional. Rajoy no ha comparecido jam谩s porque no cabe llamar comparecencia a una visita en un 1潞 de agosto a recitar una sarta de mentiras, ya evidenciadas como mentiras en el momento en que se pronunciaban.
Es imposible regenerar una democracia pretoriana en la que la oposici贸n no tiene la m谩s m铆nima oportunidad de controlar al gobierno. En esas circunstancias, su presencia no se explica sino como una voluntad de legitimar una pr谩ctica autoritaria que est谩 adem谩s causando estragos entre la poblaci贸n. Si la oposici贸n no puede realizar su funci贸n en modo alguno, su obligaci贸n es ausentarse del Parlamento y denunciar con su inasistencia y su silencio la ilegitimidad de un gobierno por decreto, dirigido por un presidente que deber铆a haber dimitido hace ya mucho tiempo.
En realidad, llevamos ciento cincuenta a帽os porque no es casualidad que la palabra de moda sea la consigna de los regeneracionistas del XIX. Ah铆 estamos. Exactamente ah铆. En la segunda restauraci贸n borb贸nica hay dos partidos din谩sticos, corro铆dos por la corrupci贸n (uno much铆simo m谩s que otro), la burocratizaci贸n, los intereses creados y la pol铆tica que antes ven铆a a conocerse como turnismo y hoy se llama de de captura de rentas. El Rey va a lo suyo y los partidos din谩sticos est谩n dispuestos a cubrir sus borbonadas mientras no se lance a aventuras militares, cosa altamente improbable pues no hay con qu茅 ni en d贸nde. La Iglesia, amparada en unos Acuerdos con el Vaticano de 1979 que nadie se atreve a denunciar es, comparativamente hablando, m谩s rica propietaria que antes de Mendizabal. Raz贸n por la cual, si alguna vez llegara al poder alg煤n partido sensato de corte europeo, tendr铆a que denunciar los Acuerdos y ordenar una desamortizaci贸n. La patria, como siempre, convulsa, amenazada de desintegraci贸n por la deslealtad o el heroismo nacional de los redentores, seg煤n el punto de vista que se adopte.
Dios, Patria, Rey. Los tres pilares del integrismo nacional espa帽ol est谩n tocados y el sistema pol铆tico en que se articulan es el mismo andrajoso, miserabley retardatario de la oligarqu铆a y el caciquismo a que Joaqu铆n Costa hubo de hacer frente. ¿Qu茅 regeneraci贸n hay aqu铆? Y, sobre todo, ¿qui茅n la realizar谩? ¿Los que han amparado, tolerado, quiz谩 instigado y hasta capitalizado esta densa y general trama de corrupci贸n? Eso es simplemente absurdo. Lo 煤nico sensato que pueden hacer quienes han provocado este desastre por incompetentes y corruptos es dimitir y convocar elecciones.
Pero no solamente no tienen la menor intenci贸n de hacer ninguna de las dos cosas sino que toda su actuaci贸n niega de plano la intenci贸n misma de regeneraci贸n. El Parlamento espa帽ol es la guardia pretoriana del gobierno. Y en sentido literal. ¿Qui茅n no ha visto esas carreras de Rajoy por los pasillos de la c谩mara, absolutamente rodeado, bloqueado, por seguratas, diputados a la orden y cargos del partido para evitar todo contacto con la prensa, como si fuera el virus del 茅bola? Para las comparecencias, el presidente recurre al plasma y para los desplazamientos le gustar铆a disponer de una m谩quina de desmaterializaci贸n que lo hiciera disiparse aqu铆 y reintegrarse en carne mortal en alg煤n lugar seguro. En tres a帽os no ha habido una sola sesi贸n monogr谩fica sobre la corrupci贸n, el problema n煤mero uno del pa铆s desde el punto de vista institucional. Rajoy no ha comparecido jam谩s porque no cabe llamar comparecencia a una visita en un 1潞 de agosto a recitar una sarta de mentiras, ya evidenciadas como mentiras en el momento en que se pronunciaban.
Es imposible regenerar una democracia pretoriana en la que la oposici贸n no tiene la m谩s m铆nima oportunidad de controlar al gobierno. En esas circunstancias, su presencia no se explica sino como una voluntad de legitimar una pr谩ctica autoritaria que est谩 adem谩s causando estragos entre la poblaci贸n. Si la oposici贸n no puede realizar su funci贸n en modo alguno, su obligaci贸n es ausentarse del Parlamento y denunciar con su inasistencia y su silencio la ilegitimidad de un gobierno por decreto, dirigido por un presidente que deber铆a haber dimitido hace ya mucho tiempo.
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