OPINI脫N de Freddy Ord贸帽ez G贸mez.- En febrero pasado, el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, se帽al贸 que los supermercados eran los responsables –junto con los intermediarios– de la carest铆a de los alimentos. El ministro se quej贸 del precio pagado por los supermercados a los productores y del precio final al consumidor, afirmando que “aqu铆 le sacan el jugo al campesino y le exprimen la billetera al consumidor”.
Posteriormente, despu茅s de un llamado de atenci贸n del presidente Juan Manuel Santos, el ministro matiz贸 sus afirmaciones. El debate qued贸 superado por el esc谩ndalo medi谩tico que le sigui贸. Pero hay que preguntarse: ¿qu茅 tan ciertas eran las afirmaciones del ministro? ¿Qu茅 tanto dinero ganan las grandes cadenas de distribuci贸n de alimentos? ¿Qu茅 tanto poder tienen sobre lo que comemos? ¿Cu谩l es su relaci贸n con el ejercicio del derecho a la alimentaci贸n?
La producci贸n y comercializaci贸n de alimentos opera en cada uno de sus tramos bajo las l贸gicas del sistema econ贸mico hegem贸nico: b煤squeda del m谩ximo beneficio, optimizaci贸n de costes y explotaci贸n de la mano de obra. As铆, los sistemas agroalimentarios est谩n cada vez m谩s concentrados en empresas nacionales o multinacionales que generan grandes dividendos en el recorrido de los alimentos “del campo al plato”. Monopolios, oligopolios y monopsonios son comunes en el mercado global de semillas, agroqu铆micos, tierras, carnes, cereales, industria alimentaria, etc. Este modo de producci贸n y comercializaci贸n de alimentos configura desde 1990 lo que Philip McMichael ha llamado el “r茅gimen alimentario corporativo”. Parte de estas megacorporaciones de la alimentaci贸n son las cadenas de supermercados.
El profesor y activista Raj Patel, en “Obesos y fam茅licos”, se帽ala c贸mo las grandes superficies y los supermercados facturaron 3,5 billones de d贸lares en 2004.1 El gigante mundial de los supermercados, Wal-Mart, aparece en el n煤mero 1 del listado que publica anualmente la revista Fortune 500, de las 500 compa帽铆as estadounidenses que registraron a nivel mundial mayores ventas en el 2015, y en el n煤mero 1 de Global 500. En este 煤ltimo listado figuran tambi茅n dentro de las 100 primeras posiciones las minoristas, CVS Health (30), Costco (52), Kroger (54), Tesco (62), Carrefour (64) y Metro (97).
En Colombia, el gigante de los supermercados es 脡xito, compa帽铆a que en el 2014 tuvo ingresos superiores a los 10 billones de pesos. Esta empresa, mediante compra total o parcial de otras compa帽铆as, se ha consolidado como una multilatina del sector rectail, con 2.779 puntos de venta en cuatro pa铆ses. Claro est谩, tambi茅n contamos con la presencia en el pa铆s de Cencosud (desde 2012), almacenes La 14 y Price Smart, entre otros.
Analizando el caso colombiano y el alem谩n, Diana Patricia Saldarriaga encontr贸 que “Los supermercados [en Colombia] tienen establecidos m谩rgenes de contribuci贸n entre 30% y 40%. [En el caso de productos importados] los consumidores pagan entre 80% y 120% m谩s sobre el precio FOB de importaci贸n”2. La autora afirma que el margen de productividad en un hipermercado alem谩n es entre el 5% y el 12%, mientras que en Colombia llega al 20%, y concluye que en nuestro pa铆s “la estrategia de los supermercados es maximizar las ganancias, es decir, el precio que mayor utilidad genere”3.
Ahora bien, los supermercados tienen un gran poder sobre nuestra alimentaci贸n. As铆, Wal-Mart obtiene un 55% de sus ingresos de la venta de v铆veres, porcentaje que tambi茅n percibi贸 el 脡xito en el 2015 por alimentos. En Espa帽a, por su parte, Carrefour concentra el 23,7% de la distribuci贸n de alimentos, es decir, pr谩cticamente controla uno de cada cuatro alimentos que se compran en este pa铆s. En Francia, se destaca el hecho de que junto con otras cuatro empresas, controlan el 90% de la comercializaci贸n de productos alimenticios.
La concentraci贸n y el dominio en la distribuci贸n de alimentos permiten a los supermercados (as铆 como a intermediarios y agentes mayoristas) un fuerte control de la alimentaci贸n, pues establecen precios finales al consumidor y el valor a pagar a los productores de alimentos. Pero tambi茅n les permite determinar qu茅 alimentos finalmente llegan a la mesa. De esta forma, se tiene una suerte de “reloj de arena” en la estructura del sistema agroalimentario, donde el poder lo tiene el sector m谩s estrecho, reducido grupo del que forman parte las grandes cadenas de distribuci贸n de alimentos.4
En este orden, los supermercados est谩n fuertemente relacionados con el ejercicio del derecho a la alimentaci贸n, no s贸lo de los consumidores finales, sino tambi茅n de los productores, como lo se帽ala Olivier de Schutter, Relator Especial sobre el derecho a la alimentaci贸n (2008-2014). La posici贸n dominante del comprador puede tener consecuencias sobre las estructuras econ贸micas y sociales, y en 煤ltima instancia, en los medios de vida, la sostenibilidad y los derechos de agricultores y consumidores, incluidos los derechos a un nivel de vida digno, al trabajo, al desarrollo y a la alimentaci贸n adecuada.
Por ello, afirma Schutter en su informe final, que se requieren pol铆ticas p煤blicas dirigidas a ampliar las opciones para que los peque帽os agricultores vendan sus productos a un precio decente. En concreto, recomienda a los Estados medidas como apoyar la diversificaci贸n continua de los canales de comercializaci贸n y distribuci贸n de alimentos; regular las cl谩usulas de los contratos entre productores y grandes compradores; usar la ley de competencia con el fin de combatir la excesiva concentraci贸n en el sector agroalimentario; generar instancias que permitan la discusi贸n sobre la justeza de las cadenas alimentarias entre los productores, procesadores, minoristas y consumidores para asegurar que a los agricultores se les paguen precios justos por los alimentos que producen. Todo esto, como parte de las obligaciones internacionales que se demandan de cada Estado para la realizaci贸n del derecho a una alimentaci贸n adecuada.
*Freddy Ord贸帽ez es investigador de ILSA
1 PATEL, Raj. Obesos y fam茅licos. Globalizaci贸n, hambre y negocios en el nuevo sistema alimentario mundial. Buenos Aires: Marea, 2008, p. 18.
2 SALDARRIAGA FARF脕N, Diana Patricia. El mercado de alimentos: las tiendas de descuento alemanas – los supermercados colombianos. Bogot谩: Facultad de Administraci贸n, Universidad de Los Andes, 2004, p. 43.
3 Ibid., p. 44.
4 V茅ase: VORLEY, Bill. Food, Inc. Corporate concentration from farm to consumer. London: UK Food Group, 2003.
Posteriormente, despu茅s de un llamado de atenci贸n del presidente Juan Manuel Santos, el ministro matiz贸 sus afirmaciones. El debate qued贸 superado por el esc谩ndalo medi谩tico que le sigui贸. Pero hay que preguntarse: ¿qu茅 tan ciertas eran las afirmaciones del ministro? ¿Qu茅 tanto dinero ganan las grandes cadenas de distribuci贸n de alimentos? ¿Qu茅 tanto poder tienen sobre lo que comemos? ¿Cu谩l es su relaci贸n con el ejercicio del derecho a la alimentaci贸n?
La producci贸n y comercializaci贸n de alimentos opera en cada uno de sus tramos bajo las l贸gicas del sistema econ贸mico hegem贸nico: b煤squeda del m谩ximo beneficio, optimizaci贸n de costes y explotaci贸n de la mano de obra. As铆, los sistemas agroalimentarios est谩n cada vez m谩s concentrados en empresas nacionales o multinacionales que generan grandes dividendos en el recorrido de los alimentos “del campo al plato”. Monopolios, oligopolios y monopsonios son comunes en el mercado global de semillas, agroqu铆micos, tierras, carnes, cereales, industria alimentaria, etc. Este modo de producci贸n y comercializaci贸n de alimentos configura desde 1990 lo que Philip McMichael ha llamado el “r茅gimen alimentario corporativo”. Parte de estas megacorporaciones de la alimentaci贸n son las cadenas de supermercados.
El profesor y activista Raj Patel, en “Obesos y fam茅licos”, se帽ala c贸mo las grandes superficies y los supermercados facturaron 3,5 billones de d贸lares en 2004.1 El gigante mundial de los supermercados, Wal-Mart, aparece en el n煤mero 1 del listado que publica anualmente la revista Fortune 500, de las 500 compa帽铆as estadounidenses que registraron a nivel mundial mayores ventas en el 2015, y en el n煤mero 1 de Global 500. En este 煤ltimo listado figuran tambi茅n dentro de las 100 primeras posiciones las minoristas, CVS Health (30), Costco (52), Kroger (54), Tesco (62), Carrefour (64) y Metro (97).
En Colombia, el gigante de los supermercados es 脡xito, compa帽铆a que en el 2014 tuvo ingresos superiores a los 10 billones de pesos. Esta empresa, mediante compra total o parcial de otras compa帽铆as, se ha consolidado como una multilatina del sector rectail, con 2.779 puntos de venta en cuatro pa铆ses. Claro est谩, tambi茅n contamos con la presencia en el pa铆s de Cencosud (desde 2012), almacenes La 14 y Price Smart, entre otros.
Analizando el caso colombiano y el alem谩n, Diana Patricia Saldarriaga encontr贸 que “Los supermercados [en Colombia] tienen establecidos m谩rgenes de contribuci贸n entre 30% y 40%. [En el caso de productos importados] los consumidores pagan entre 80% y 120% m谩s sobre el precio FOB de importaci贸n”2. La autora afirma que el margen de productividad en un hipermercado alem谩n es entre el 5% y el 12%, mientras que en Colombia llega al 20%, y concluye que en nuestro pa铆s “la estrategia de los supermercados es maximizar las ganancias, es decir, el precio que mayor utilidad genere”3.
Ahora bien, los supermercados tienen un gran poder sobre nuestra alimentaci贸n. As铆, Wal-Mart obtiene un 55% de sus ingresos de la venta de v铆veres, porcentaje que tambi茅n percibi贸 el 脡xito en el 2015 por alimentos. En Espa帽a, por su parte, Carrefour concentra el 23,7% de la distribuci贸n de alimentos, es decir, pr谩cticamente controla uno de cada cuatro alimentos que se compran en este pa铆s. En Francia, se destaca el hecho de que junto con otras cuatro empresas, controlan el 90% de la comercializaci贸n de productos alimenticios.
La concentraci贸n y el dominio en la distribuci贸n de alimentos permiten a los supermercados (as铆 como a intermediarios y agentes mayoristas) un fuerte control de la alimentaci贸n, pues establecen precios finales al consumidor y el valor a pagar a los productores de alimentos. Pero tambi茅n les permite determinar qu茅 alimentos finalmente llegan a la mesa. De esta forma, se tiene una suerte de “reloj de arena” en la estructura del sistema agroalimentario, donde el poder lo tiene el sector m谩s estrecho, reducido grupo del que forman parte las grandes cadenas de distribuci贸n de alimentos.4
En este orden, los supermercados est谩n fuertemente relacionados con el ejercicio del derecho a la alimentaci贸n, no s贸lo de los consumidores finales, sino tambi茅n de los productores, como lo se帽ala Olivier de Schutter, Relator Especial sobre el derecho a la alimentaci贸n (2008-2014). La posici贸n dominante del comprador puede tener consecuencias sobre las estructuras econ贸micas y sociales, y en 煤ltima instancia, en los medios de vida, la sostenibilidad y los derechos de agricultores y consumidores, incluidos los derechos a un nivel de vida digno, al trabajo, al desarrollo y a la alimentaci贸n adecuada.
Por ello, afirma Schutter en su informe final, que se requieren pol铆ticas p煤blicas dirigidas a ampliar las opciones para que los peque帽os agricultores vendan sus productos a un precio decente. En concreto, recomienda a los Estados medidas como apoyar la diversificaci贸n continua de los canales de comercializaci贸n y distribuci贸n de alimentos; regular las cl谩usulas de los contratos entre productores y grandes compradores; usar la ley de competencia con el fin de combatir la excesiva concentraci贸n en el sector agroalimentario; generar instancias que permitan la discusi贸n sobre la justeza de las cadenas alimentarias entre los productores, procesadores, minoristas y consumidores para asegurar que a los agricultores se les paguen precios justos por los alimentos que producen. Todo esto, como parte de las obligaciones internacionales que se demandan de cada Estado para la realizaci贸n del derecho a una alimentaci贸n adecuada.
*Freddy Ord贸帽ez es investigador de ILSA
1 PATEL, Raj. Obesos y fam茅licos. Globalizaci贸n, hambre y negocios en el nuevo sistema alimentario mundial. Buenos Aires: Marea, 2008, p. 18.
2 SALDARRIAGA FARF脕N, Diana Patricia. El mercado de alimentos: las tiendas de descuento alemanas – los supermercados colombianos. Bogot谩: Facultad de Administraci贸n, Universidad de Los Andes, 2004, p. 43.
3 Ibid., p. 44.
4 V茅ase: VORLEY, Bill. Food, Inc. Corporate concentration from farm to consumer. London: UK Food Group, 2003.