OPINI脫N de Mar铆a Cristina Rosas.- El poder es la capacidad que posee un ente –l茅ase persona, Estado, empresa, organismo no gubernamental, etc茅tera– para lograr que otros hagan lo que 茅l quiere. Para ello, dicho ente cuenta con diversos instrumentos: diplomacia, cooptaci贸n, est铆mulos, sanciones, represalias y la guerra, entre otros. En el mundo de hoy, en que los pa铆ses buscan trascender en la escena internacional y adem谩s promover sus intereses, el llamado poder suave parece la herramienta id贸nea para lograr estos objetivos.
A diferencia del poder duro, basado en las capacidades econ贸micas y militares el poder suave es intangible y, especialmente, aspiracional. La producci贸n art铆stica, cultural, musical, el cine, el prestigio educativo y cient铆fico, el atractivo tur铆stico, el cuidado ambiental, la capacidad para exportar modas y tendencias, la gastronom铆a, las bebidas t铆picas –vino, destilados, cervezas, etc茅tera– constituyen elementos clave del poder suave. El Estado que cuenta con una estrategia que reposa en los aspectos referidos, tiene la posibilidad de influir en los dem谩s y de obtener de ellos, lo que desea –o casi–, sin necesidad de amenazarlos con un conflicto armado o por la v铆a de las presiones econ贸micas. El Poder Suave es un poder de cooptaci贸n.
El concepto de Poder Suave debe mucho de su perfil al estadounidense Joseph S. Nye Jr., estudioso del tema siempre teniendo como referente a Estados Unidos. Esta noci贸n se origina en el debate sobre el declive de la Uni贸n Americana, en particular, tras la publicaci贸n, en 1987, del libro de Paul Kennedy Auge y ca铆da de las grandes potencias, en el que el brit谩nico postula que Estados Unidos repetir谩 la historia de otros grandes poderes que vivieron ciclos de desarrollo, auge y decadencia. Nye, cr铆tico de Kennedy, postula que no es que ese pa铆s est茅 colapsando, sino la configuraci贸n del poder ha cambiado, argumentando que anta帽o bastaba con tener una econom铆a s贸lida y un ej茅rcito importante, en tanto ahora, los recursos del poder son m谩s diversos, y muchos de ellos intangibles como los que integran al llamado poder suave.
La pol茅mica en torno a esto se acent煤a cuando al analizar la historia de la humanidad, donde se observa que en todas las 茅pocas quienes ejercen el poder echan mano de sus capacidades “duras”, al igual que de las “suaves.” Pensar que el poder se ha ejercido desde tiempo inmemorial s贸lo a punta de pistola, niega el hecho de que para dominar no basta con amenazar, intimidar y ganar las batallas, sino que tambi茅n se requiere ser admirado, imitado y claro est谩, respetado.
Obama y el poder suave
Lo planteado por Nye cal贸 hondo en Barack Obama. Para muestra est谩n las estrategias de seguridad nacional (ESN) que puso en marcha en 2010 y, de manera m谩s reciente, la de 2015. En la ESN de 2015 no hay una clara estrategia que conecte objetivos y capacidades (es decir, no se presenta una doctrina estrat茅gica), pero s铆 hay elementos sumamente interesantes que pueden definir la orientaci贸n de EU para el per铆odo final de su administraci贸n. Aunque carece de las medidas y requeridas para solucionar los problemas del planeta, la ESN de 2015 es un planteamiento que describe de manera inteligente el actual estado del mundo. As铆, explica al planeta como un lugar en que el poder se divide y disputa entre Estados, individuos y actores no estatales; donde la vertiginosa din谩mica imperante supera la habilidad para planear una respuesta de forma integral; y donde las transiciones en el liderazgo entre las distintas regiones del mundo y dentro de ellas se modifican continuamente.
Desde 2010 Obama dejaba entrever en su ESN que es necesario gestionar los retos comunes, dejando de lado las t铆picas acciones geopol铆ticas que caracterizan a las potencias. Si bien una afirmaci贸n de este tipo parece descabellada, lo cierto es que en la ESN de 2015, su gobierno plantea puntualmente ocho grandes riesgos estrat茅gicos que demandan acciones conjuntas y de cooperaci贸n entre todas las naciones del orbe. Dichos riesgos estrat茅gicos son:
-Un ataque en EU o contra sus infraestructuras cr铆ticas;
-La amenaza o ataque contra sus ciudadanos y aliados;
-Una crisis econ贸mica global;
A diferencia del poder duro, basado en las capacidades econ贸micas y militares el poder suave es intangible y, especialmente, aspiracional. La producci贸n art铆stica, cultural, musical, el cine, el prestigio educativo y cient铆fico, el atractivo tur铆stico, el cuidado ambiental, la capacidad para exportar modas y tendencias, la gastronom铆a, las bebidas t铆picas –vino, destilados, cervezas, etc茅tera– constituyen elementos clave del poder suave. El Estado que cuenta con una estrategia que reposa en los aspectos referidos, tiene la posibilidad de influir en los dem谩s y de obtener de ellos, lo que desea –o casi–, sin necesidad de amenazarlos con un conflicto armado o por la v铆a de las presiones econ贸micas. El Poder Suave es un poder de cooptaci贸n.
El concepto de Poder Suave debe mucho de su perfil al estadounidense Joseph S. Nye Jr., estudioso del tema siempre teniendo como referente a Estados Unidos. Esta noci贸n se origina en el debate sobre el declive de la Uni贸n Americana, en particular, tras la publicaci贸n, en 1987, del libro de Paul Kennedy Auge y ca铆da de las grandes potencias, en el que el brit谩nico postula que Estados Unidos repetir谩 la historia de otros grandes poderes que vivieron ciclos de desarrollo, auge y decadencia. Nye, cr铆tico de Kennedy, postula que no es que ese pa铆s est茅 colapsando, sino la configuraci贸n del poder ha cambiado, argumentando que anta帽o bastaba con tener una econom铆a s贸lida y un ej茅rcito importante, en tanto ahora, los recursos del poder son m谩s diversos, y muchos de ellos intangibles como los que integran al llamado poder suave.
La pol茅mica en torno a esto se acent煤a cuando al analizar la historia de la humanidad, donde se observa que en todas las 茅pocas quienes ejercen el poder echan mano de sus capacidades “duras”, al igual que de las “suaves.” Pensar que el poder se ha ejercido desde tiempo inmemorial s贸lo a punta de pistola, niega el hecho de que para dominar no basta con amenazar, intimidar y ganar las batallas, sino que tambi茅n se requiere ser admirado, imitado y claro est谩, respetado.
Obama y el poder suave
Lo planteado por Nye cal贸 hondo en Barack Obama. Para muestra est谩n las estrategias de seguridad nacional (ESN) que puso en marcha en 2010 y, de manera m谩s reciente, la de 2015. En la ESN de 2015 no hay una clara estrategia que conecte objetivos y capacidades (es decir, no se presenta una doctrina estrat茅gica), pero s铆 hay elementos sumamente interesantes que pueden definir la orientaci贸n de EU para el per铆odo final de su administraci贸n. Aunque carece de las medidas y requeridas para solucionar los problemas del planeta, la ESN de 2015 es un planteamiento que describe de manera inteligente el actual estado del mundo. As铆, explica al planeta como un lugar en que el poder se divide y disputa entre Estados, individuos y actores no estatales; donde la vertiginosa din谩mica imperante supera la habilidad para planear una respuesta de forma integral; y donde las transiciones en el liderazgo entre las distintas regiones del mundo y dentro de ellas se modifican continuamente.
Desde 2010 Obama dejaba entrever en su ESN que es necesario gestionar los retos comunes, dejando de lado las t铆picas acciones geopol铆ticas que caracterizan a las potencias. Si bien una afirmaci贸n de este tipo parece descabellada, lo cierto es que en la ESN de 2015, su gobierno plantea puntualmente ocho grandes riesgos estrat茅gicos que demandan acciones conjuntas y de cooperaci贸n entre todas las naciones del orbe. Dichos riesgos estrat茅gicos son:
-Un ataque en EU o contra sus infraestructuras cr铆ticas;
-La amenaza o ataque contra sus ciudadanos y aliados;
-Una crisis econ贸mica global;
-La proliferaci贸n de armas de destrucci贸n en masa;
-Brotes de enfermedades infecciosas;
-Cambio clim谩tico;
-Alteraciones en los mercados energ茅ticos; y
-Consecuencias derivadas de un Estado fallido.
Pero lo m谩s interesante de la ESN de 2015 es que Estados Unidos pas贸 de ser, en palabras de William Clinton, “la 煤nica naci贸n indispensable” a, en palabras de Obama, “el socio indispensable” para coadyuvar a la soluci贸n de las crisis que se presenten. De esta manera Estados Unidos transita de la dominaci贸n a la de “actor central”, motivando a otros a compartir la gesti贸n de los asuntos globales. Claro est谩 que este tipo de planteamientos no son del agrado de diversos sectores conservadores dentro de la Uni贸n Americana, pero en el mundo la percepci贸n que se tiene de ese pa铆s ha cambiado y se puede corroborar, inclusive, con los dram谩ticos acontecimientos del a帽o pasado en lo que al terrorismo se refiere. El pa铆s atacado no fue Estados Unidos sino Francia, lo que parecer铆a sugerir que Washington ha tenido 茅xito al modificar su imagen en el mundo y ello, entre otras medidas, empleando su poder de cooptaci贸n, la diplomacia, la gesti贸n pol铆tica y, a final de cuentas, la zanahoria. Es verdad que Estados Unidos sigue reposando su proyecci贸n en el mundo en sus capacidades militares, si bien el propio Obama en la ESN de 2015 le da la raz贸n a Paul Kennedy al considerar que es una combinaci贸n de poder militar con poder econ贸mico lo que el mundo necesita de Estados Unidos. Por lo tanto, sin descartar la opci贸n militar, 茅sta no parece ser la primera l铆nea de defensa de ese pa铆s, a diferencia de lo visto en la administraci贸n de George W. Bush. En suma, Estados Unidos con Obama combina su poder duro con su poder suave con lo que pretende promover sus intereses pero ganando al mismo tiempo, el apoyo, la admiraci贸n y la cooperaci贸n de parte de la comunidad internacional. A la combinaci贸n de ambos poderes, Joseph S. Nye Jr. la ha denominado poder inteligente o smart power.
El poder suave al alcance de los dem谩s
Es muy interesante observar la manera en que algunos pa铆ses utilizan, los argumentos que preconizan el cuidado del medio ambiente, entre otros temas, en su beneficio particular. La agenda ambiental pasa por un buen momento y pese a la pretendida omnipresencia del terrorismo en el mundo, cada vez m谩s naciones reconocen el deterioro de los ecosistemas. Este contexto le viene bien a los pa铆ses que al amparo de la agenda ambiental internacional buscan trascender en el entorno global, promoviendo de paso sus aspiraciones particulares.
Quiz谩 el mejor ejemplo de esto sea la Rep煤blica Popular China (RP China), que ha encontrado en el poder suave elementos para impulsar su agenda y mitigar, al mismo tiempo, la imagen de la amenaza china que tanto preocupa en Occidente. China postula que su vertiginoso desarrollo no deber铆a preocupar al mundo porque en las condiciones de interdependencia que prevalecen en el planeta, lo que beneficia al pa铆s asi谩tico, tiene repercusiones favorables en el resto del mundo. De ah铆 que Beijing pusiera 茅nfasis en difundir en el discurso pol铆tico la noci贸n del ascenso pac铆fico y, de manera m谩s reciente, la del sue帽o chino. Claro que adem谩s de palabras, China necesita de acciones para convencer a los esc茅pticos de sus “buenas intenciones.” En este sentido se puede entender el apoyo que brinda desde los a帽os 90 del siglo pasado a las operaciones de mantenimiento de la paz (OMPs) de la ONU, lo que transmite el mensaje de que si bien Beijing tiene el segundo presupuesto militar m谩s elevado del planeta, lo usa para modernizar a sus fuerzas armadas, las que, en cambio, como cascos azules, se erigen en fuerzas de paz al servicio de la humanidad.
Este es un giro en la imagen que China tuvo en la Guerra Fr铆a, cuando apoy贸 a diversas guerrillas y reg铆menes parias, como el de Camboya, en los tiempos de Pol Pot y el Khmer Rouge. Ahora Beijing toma distancia de esas experiencias y provee a la ONU de soldados eficaces, disciplinados, bien entrenados y calificados para llevar a cabo las tareas del mantenimiento de la paz. Los resultados no se han hecho esperar: tanto Naciones Unidas como diversos pa铆ses occidentales han condecorado y/o felicitado al Ej茅rcito de Liberaci贸n Popular, por su contribuci贸n a las OMPs, algo que no deja de sorprender, considerando que en los tiempos de la guerra fr铆a, China se opon铆a a dichas misiones por considerarlas instrumentos de Occidente. As铆, las OMPs son un ejemplo del poder suave que emplea Beijing para promover sus intereses en el mundo, acudiendo en auxilio de naciones en conflicto, donde, coincidentemente, las empresas chinas mantienen importantes actividades econ贸micas y comerciales.
La pandaplomacy
Otro ejemplo del ejercicio del poder suave por parte de China es la llamada diplomacia del panda o pandaplomacy. Este tema, abordado en entregas anteriores (1), muestra que el panda es un verdadero zoon politikon usado por China para mejorar su imagen internacional, y de paso, acceder a ciertos beneficios econ贸micos y pol铆ticos de parte de las naciones a las que les “renta” estos mam铆feros. El panda es un animal ic贸nico, amado y reverenciado, que s贸lo existe en el pa铆s asi谩tico y que est谩 en peligro de extinci贸n. Se estima que hay poco menos de dos mil pandas en estado salvaje, m谩s doscientos en cautiverio en diversos zool贸gicos del mundo.
A trav茅s de la pandaplomacy China ha logrado mejorar las relaciones diplom谩ticas con diversos pa铆ses y territorios, incluyendo Estados Unidos, Jap贸n, Taiw谩n y un buen n煤mero de naciones europeas. Los pandas son “arrendados” a diversos pa铆ses por per铆odos de diez a帽os a un costo anual de un mill贸n de d贸lares (aunque el zool贸gico de San Diego paga dos millones anuales) o euros. El contrato entre China y el pa铆s receptor especifica que si en el transcurso de esos diez a帽os llegara a nacer un beb茅 panda, 茅ste ser谩 propiedad de Beijing. Lo anterior tambi茅n significa que s贸lo los zool贸gicos mejor financiados del planeta pueden darse el lujo de albergar pandas en las condiciones descritas, dado que adem谩s del arriendo, su manutenci贸n es, junto con la de los elefantes, la m谩s cara respecto a otras especies en cautiverio.
La racionalidad econ贸mica es una motivaci贸n de Beijing para, v铆a la pandaplomacy, conseguir materias primas estrat茅gicas o cerrar negocios con distintas naciones. Por ejemplo, recientemente Canad谩 y Francia firmaron acuerdos de exportaci贸n de uranio por millones de d贸lares que coincidieron con los pr茅stamos de pandas a ambos pa铆ses. Australia –que cuenta con las mayores reservas de uranio en el mundo– recibi贸 un par de pandas en 2009 tras llegar a un acuerdo para suministrar uranio a China en 2006. Historias similares existen en las relaciones de Beijing conotras naciones.
S贸lo hay 16 zool贸gicos en el planeta con pandas gigantes. Las visitas a los zool贸gicos son frecuentes, pero el n煤mero de espectadores es alt铆simo en donde existen esos mam铆feros. Adem谩s, quienes albergan a los pandas en los zool贸gicos, pueden presumir de contribuir a su conservaci贸n, por lo que tambi茅n proyectan una imagen ecol贸gica y de responsabilidad ambiental. Lo mismo puede decirse respecto a China. Ese pa铆s es uno de los que m谩s emisiones contaminantes responsables del efecto de invernadero genera en el mundo. As铆 que a trav茅s de la pandaplomacy se cura de la imagen depredadora que tiene en el planeta.
Gorilas en la niebla
Que los gorilas de la monta帽a que residen en las fronteras entre Ruanda, Uganda y la Rep煤blica Democr谩tica del Congo, son una especie amenazada, es harto conocido. La atenci贸n internacional se acentu贸 tras los trabajos de la zo贸loga, primat贸loga y antrop贸loga estadounidense, Dian Fossey, quien durante 22 a帽os llev贸 a cabo estudios exhaustivos en torno a primates en su ambiente natural. Como se recordar谩, Fossey fue asesinada en 1985 y se especula que sus verdugos fueron quienes lucraban con la venta de gorilas y ve铆an en el trabajo de Fossey un obst谩culo para sus intereses comerciales.
Ahora la poblaci贸n estimada de los gorilas es de apenas 880, menos de la mitad que los pandas. Varios hechos han mermado su existencia y reproducci贸n. En los tiempos en que tuvo lugar el genocidio en Ruanda (1994), la inestabilidad pol铆tica benefici贸 a los traficantes de gorilas. Pero hay otra realidad menos conocida: los humanos y los gorilas de la monta帽a comparten entre el 88 y el 98% de sus genes.2 Ello significa, al margen de las tesis darwinianas, que las enfermedades de los humanos afectan igualmente a los gorilas.
Otro hecho a considerar son las grandes reservas de colt谩n que hay en la regi贸n. El colt谩n es la abreviatura derivada de columbita-tantalita, una valiosa aleaci贸n de minerales que en alta concentraci贸n contienen los elementos tantalio y niobio. Entre las propiedades del colt谩n se encuentra la superconductividad, la capacidad de soportar temperaturas muy elevadas sin alterarse, la alta resistencia a la corrosi贸n y su ductilidad para transformarse en alambres, l谩minas o tubos. Se le usa casi exclusivamente para fabricar condensadores electrol铆ticos de tantalio, componentes capaces de almacenar y liberar lentamente una determinada carga el茅ctrica, lo que hace que se cotice ampliamente por parte de las empresas de las Tecnolog铆as de la Informaci贸n y la Comunicaci贸n (TICs) de todo el mundo. Con el colt谩n se fabrican, entre otros insumos, las bater铆as de larga duraci贸n de tel茅fonos, laptops y tablets entre otros gadgets de moda. Al residir los principales yacimientos de colt谩n justamente en la triple frontera donde se asientan los gorilas de la monta帽a, los mineros han destruido parte del h谩bitat natural de esta especie, lo que ha contribuido a su reducci贸n.3
Pese a lo descrito, hay una buena noticia. Ruanda, el pa铆s que vivi贸 el tr谩gico genocidio, requiere recursos econ贸micos para ponerse de pie. En este sentido, el gobierno de Kigali ha apostado al turismo “ecol贸gico” o “conservacionista”. As铆, turistas procedentes de todo el mundo se dan cita en la selva de los Virunga, ubicada en las monta帽as para presenciar, por espacio de una hora, el espect谩culo de los gorilas y verlos desde una prudente distancia. Esta aventura cuesta unos 750 d贸lares por persona y cada d铆a son 80 turistas los que visitan la zona. Hay que caminar mucho, pero el espect谩culo, vale la pena. Los turistas son acompa帽ados de gu铆as calificados, quienes los ubican cerca de los gorilas, y los hacen sentar y mantenerse quietos para no atemorizar a los primates y menos a煤n, despertar la furia del gorila macho alfa dominante.
Ruanda busca superar la imagen barb谩rica de hace dos d茅cadas y cambiarla por la de una naci贸n ambientalmente responsable que protege a los famosos gorilas de la monta帽a, sobre la base de que parte de los ingresos que percibe por concepto de este “turismo ecol贸gico” los utiliza para protegerlos, cuidarlos y estudiarlos. En este sentido, parece estar siguiendo los pasos de China.
Los kiwis de Nueva Zelanda
Si del poder suave se trata, Nueva Zelanda tiene varios bienes culturales y gastron贸micos con los que puede seducir al mundo. Produce, por ejemplo, uno de los mejores vinos blancos del planeta a base de la cepa sauvignon blanc. Asimismo, la fama de este pa铆s en a帽os recientes se vio catapultada por ser el lugar en que se film贸 la producci贸n dirigida por Peter Jackson, El se帽or de los anillos y sus secuelas. Adicionalmente, posee una fauna 煤nica que cada vez m谩s atrae la atenci贸n de la comunidad internacional. Entre la fama ex贸tica que posee figuran los kiwis, unas aves peque帽as que tienen alas diminutas –apenas visibles– y cuya poblaci贸n, lamentablemente, va en declive.
Los n煤meros podr铆an jugarle una mala pasada a los lectores. Se calcula que en la actualidad, la poblaci贸n de estas curiosas aves, que aparecieron en el pleistoceno, oscila entre los 50 mil y los 60 mil ejemplares, cifras muy superiores a las de los pandas y los gorilas de la monta帽a. Sin embargo, hace 80 a帽os, la poblaci贸n de kiwis en Nueva Zelanda ascend铆a a unos cinco millones de p谩jaros. ¿Qu茅 ha sucedido con esta ave que es s铆mbolo nacional en la tierra de los maor铆es?
Existen cinco especies de kiwis en el pa铆s, entre las que el kiwi caf茅 de la isla norte es la m谩s com煤n, con una poblaci贸n de unos 35 mil ejemplares. Estas aves aparecieron en el paleoceno y han vivido en la Tierra desde hace 56 millones de a帽os. Su aspecto es singular. Son peque帽os, tienen alas muy reducidas –por lo tanto, no pueden volar– y un pico largo y angosto similar al de los colibr铆es que les sirva para extraer del suelo su alimento, por ejemplo, gusanos. Las hembras ponen uno o dos huevos como m谩ximo, pero estos son sumamente grandes comparados con el tama帽o de la mam谩. De hecho, la hembra debe comer tres veces m谩s a lo largo de 30 d铆as, para producir el huevote, y al final, el polluelo tiene el peso de hasta la cuarta parte del de sus padres. Poni茅ndolo en perspectiva, esto equivaldr铆a a que una mujer diera a luz un beb茅 de 15 kilogramos.
Para los maor铆es, la comunidad ind铆gena m谩s importante de Nueva Zelanda –o Aotearoa como la llaman ellos–, el kiwi es un animal sagrado, protegido de T膩ne Mahuta, Dios de los bosques y las aves. Las plumas de los kiwis eran usadasen ceremonias, pero las autoridades ahora han prohibido la caza de estas aves, y s贸lo se usan las de animales muertos o de aquellos que fueron atropellados.4 Hace 100 millones de a帽os, Nueva Zelanda estaba cubierto, casi en su totalidad, por bosques, pero hoy s贸lo posee el 25% de los que alguna vez tuvo. Ello ha tenido un impacto devastador en diversas especies vegetales y animales, entre ellas, los kiwis. De hecho, la raz贸n por la que los kiwis figuran en la lista de especies amenazadas, es por la dram谩tica reducci贸n de su poblaci贸n en los pasados 80 a帽os. ¿Qu茅 ha pasado? En la medida en que los asentamientos humanos introdujeron otras especies, los kiwis han sufrido depredaci贸n de parte de perros, gatos, cerdos, zarig眉eyas, armi帽os y hurones, entre otros, quienes consumen sus huevos. Asimismo, al reducirse las hect谩reas de bosque para desarrollar actividades agr铆colas y ganaderas, los kiwis han sido v铆ctimas de la fragmentaci贸n de su ecosistema.
Los kiwis generalmente duermen durante el d铆a y de noche buscan alimento. Al no poder volar, hacen sus nidos en la tierra, a la manera de madrigueras. Si bien la hembra es la que pone el huevo, es el macho quien lo empolla. Cuando el polluelo nace, sus padres no le procuran alimento, sino que aquel debe buscarlo por s铆 mismo y muy pronto, abandona el hogar. La hembra y el macho, una vez que viven juntos, ya no se separan a menos que la hembra busque a otro macho.
En Nueva Zelanda contin煤a el debate en torno a la adopci贸n de una nueva bandera que sustituya a la actual, que es muy similar a la bandera australiana y que adem谩s presenta la Union Jack en el 谩ngulo superior derecho. Este es un s铆mbolo de la pertenencia a la Commonwealth, pero con la que los habitantes del austral pa铆s no se identifican. No se contempla incluir al kiwi en su dise帽o. Sin embargo, esta ave ya desde finales del siglo XIX era empleada en billetes bancarios, estampillas postales, y diversos promocionales del pa铆s. En la primera guerra mundial, “kiwi” se convirti贸 en el gentilicio informal con el que la comunidad internacional identificaba a los neozelandeses. En la actualidad, el kiwi figura en las monedas de un d贸lar neozeland茅s. Dada su rareza y tipicidad, cada vez m谩s personas de todo el mundo viajan a Nueva Zelanda para disfrutar del espect谩culo de los kiwis.
Reflexiones finales
En estos tres pa铆ses se observa el empleo de argumentos ambientales como sustento del poder suave. China busca modificar la imagen de la “amenaza china” que impera en torno a esta naci贸n en el mundo. Ruanda, a 25 a帽os del genocidio en el que murieron uno de cada ocho de sus habitantes, requiere ponerse de pie en momentos en que el mundo vive una crisis econ贸mica y dif铆cilmente puede comprometer recursos para contribuir al desarrollo de esa naci贸n. De ah铆 la opci贸n del turismo ambiental, ofertando estancias en las monta帽as de los Virunga para que turistas de todo el mundo convivan con los gorilas. Nueva Zelanda, por su parte, lucha por tornarse relevante en la escena mundial. Hoy ocupa un asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero eso no le provee de una gran visibilidad en este entorno tan globalizado donde la mayor铆a, si no es que todas las naciones del mundo, buscan trascender, compitiendo por ganar la atenci贸n de turistas e inversionistas. La peculiaridad del kiwi, sin duda reviste un gran atractivo, al amparo de la agenda ambiental que en todas partes goza de gran popularidad. ¿Obtendr谩n China, Ruanda y Nueva Zelanda lo que desean del mundo? Es posible. Pero es deseable que as铆 como han empleado al reino animal como un instrumento al servicio de sus intereses pol铆ticos, trabajen igualmente en la conservaci贸n y al protecci贸n de esas y otras especies amenazadas y tambi茅n en las no amenazadas.
Notas:
1. Mar铆a Cristina Rosas (25/02/2014), La diplomaciadel panda, disponible en http://www.alainet.org/es/active/71617
2. Teresa Guerrero (02/09/2015), “Los 煤ltimos gorilas en la niebla”, en El Mundo, disponible en http://www.elmundo.es/ciencia/2014/10/24/5444f44222601d2d738b458e.html
3. Silvina Dell’Isola (14 de abril de 2013), “Una llamada desde 脕frica”, en La Naci贸n, disponible en http://www.lanacion.com.ar/1572559-una-llamada-desde-africa
4. VeoVerde (18 de julio de 2014), El kiwi, s铆mbolo nacional de Nueva Zelanda, disponible en https://www.veoverde.com/2014/07/el-kiwisimbolo-nacional-de-nueva-zeland...
*Mar铆a Cristina Rosas es profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Pol铆ticas y Sociales de la Universidad Nacional Aut贸noma de M茅xico. http://www.etcetera.com.mx/articulo/El+Poder+Suave+y+el+reino+animal/43706
-Brotes de enfermedades infecciosas;
-Cambio clim谩tico;
-Alteraciones en los mercados energ茅ticos; y
-Consecuencias derivadas de un Estado fallido.
Pero lo m谩s interesante de la ESN de 2015 es que Estados Unidos pas贸 de ser, en palabras de William Clinton, “la 煤nica naci贸n indispensable” a, en palabras de Obama, “el socio indispensable” para coadyuvar a la soluci贸n de las crisis que se presenten. De esta manera Estados Unidos transita de la dominaci贸n a la de “actor central”, motivando a otros a compartir la gesti贸n de los asuntos globales. Claro est谩 que este tipo de planteamientos no son del agrado de diversos sectores conservadores dentro de la Uni贸n Americana, pero en el mundo la percepci贸n que se tiene de ese pa铆s ha cambiado y se puede corroborar, inclusive, con los dram谩ticos acontecimientos del a帽o pasado en lo que al terrorismo se refiere. El pa铆s atacado no fue Estados Unidos sino Francia, lo que parecer铆a sugerir que Washington ha tenido 茅xito al modificar su imagen en el mundo y ello, entre otras medidas, empleando su poder de cooptaci贸n, la diplomacia, la gesti贸n pol铆tica y, a final de cuentas, la zanahoria. Es verdad que Estados Unidos sigue reposando su proyecci贸n en el mundo en sus capacidades militares, si bien el propio Obama en la ESN de 2015 le da la raz贸n a Paul Kennedy al considerar que es una combinaci贸n de poder militar con poder econ贸mico lo que el mundo necesita de Estados Unidos. Por lo tanto, sin descartar la opci贸n militar, 茅sta no parece ser la primera l铆nea de defensa de ese pa铆s, a diferencia de lo visto en la administraci贸n de George W. Bush. En suma, Estados Unidos con Obama combina su poder duro con su poder suave con lo que pretende promover sus intereses pero ganando al mismo tiempo, el apoyo, la admiraci贸n y la cooperaci贸n de parte de la comunidad internacional. A la combinaci贸n de ambos poderes, Joseph S. Nye Jr. la ha denominado poder inteligente o smart power.
El poder suave al alcance de los dem谩s
Es muy interesante observar la manera en que algunos pa铆ses utilizan, los argumentos que preconizan el cuidado del medio ambiente, entre otros temas, en su beneficio particular. La agenda ambiental pasa por un buen momento y pese a la pretendida omnipresencia del terrorismo en el mundo, cada vez m谩s naciones reconocen el deterioro de los ecosistemas. Este contexto le viene bien a los pa铆ses que al amparo de la agenda ambiental internacional buscan trascender en el entorno global, promoviendo de paso sus aspiraciones particulares.
Quiz谩 el mejor ejemplo de esto sea la Rep煤blica Popular China (RP China), que ha encontrado en el poder suave elementos para impulsar su agenda y mitigar, al mismo tiempo, la imagen de la amenaza china que tanto preocupa en Occidente. China postula que su vertiginoso desarrollo no deber铆a preocupar al mundo porque en las condiciones de interdependencia que prevalecen en el planeta, lo que beneficia al pa铆s asi谩tico, tiene repercusiones favorables en el resto del mundo. De ah铆 que Beijing pusiera 茅nfasis en difundir en el discurso pol铆tico la noci贸n del ascenso pac铆fico y, de manera m谩s reciente, la del sue帽o chino. Claro que adem谩s de palabras, China necesita de acciones para convencer a los esc茅pticos de sus “buenas intenciones.” En este sentido se puede entender el apoyo que brinda desde los a帽os 90 del siglo pasado a las operaciones de mantenimiento de la paz (OMPs) de la ONU, lo que transmite el mensaje de que si bien Beijing tiene el segundo presupuesto militar m谩s elevado del planeta, lo usa para modernizar a sus fuerzas armadas, las que, en cambio, como cascos azules, se erigen en fuerzas de paz al servicio de la humanidad.
Este es un giro en la imagen que China tuvo en la Guerra Fr铆a, cuando apoy贸 a diversas guerrillas y reg铆menes parias, como el de Camboya, en los tiempos de Pol Pot y el Khmer Rouge. Ahora Beijing toma distancia de esas experiencias y provee a la ONU de soldados eficaces, disciplinados, bien entrenados y calificados para llevar a cabo las tareas del mantenimiento de la paz. Los resultados no se han hecho esperar: tanto Naciones Unidas como diversos pa铆ses occidentales han condecorado y/o felicitado al Ej茅rcito de Liberaci贸n Popular, por su contribuci贸n a las OMPs, algo que no deja de sorprender, considerando que en los tiempos de la guerra fr铆a, China se opon铆a a dichas misiones por considerarlas instrumentos de Occidente. As铆, las OMPs son un ejemplo del poder suave que emplea Beijing para promover sus intereses en el mundo, acudiendo en auxilio de naciones en conflicto, donde, coincidentemente, las empresas chinas mantienen importantes actividades econ贸micas y comerciales.
La pandaplomacy
Otro ejemplo del ejercicio del poder suave por parte de China es la llamada diplomacia del panda o pandaplomacy. Este tema, abordado en entregas anteriores (1), muestra que el panda es un verdadero zoon politikon usado por China para mejorar su imagen internacional, y de paso, acceder a ciertos beneficios econ贸micos y pol铆ticos de parte de las naciones a las que les “renta” estos mam铆feros. El panda es un animal ic贸nico, amado y reverenciado, que s贸lo existe en el pa铆s asi谩tico y que est谩 en peligro de extinci贸n. Se estima que hay poco menos de dos mil pandas en estado salvaje, m谩s doscientos en cautiverio en diversos zool贸gicos del mundo.
A trav茅s de la pandaplomacy China ha logrado mejorar las relaciones diplom谩ticas con diversos pa铆ses y territorios, incluyendo Estados Unidos, Jap贸n, Taiw谩n y un buen n煤mero de naciones europeas. Los pandas son “arrendados” a diversos pa铆ses por per铆odos de diez a帽os a un costo anual de un mill贸n de d贸lares (aunque el zool贸gico de San Diego paga dos millones anuales) o euros. El contrato entre China y el pa铆s receptor especifica que si en el transcurso de esos diez a帽os llegara a nacer un beb茅 panda, 茅ste ser谩 propiedad de Beijing. Lo anterior tambi茅n significa que s贸lo los zool贸gicos mejor financiados del planeta pueden darse el lujo de albergar pandas en las condiciones descritas, dado que adem谩s del arriendo, su manutenci贸n es, junto con la de los elefantes, la m谩s cara respecto a otras especies en cautiverio.
La racionalidad econ贸mica es una motivaci贸n de Beijing para, v铆a la pandaplomacy, conseguir materias primas estrat茅gicas o cerrar negocios con distintas naciones. Por ejemplo, recientemente Canad谩 y Francia firmaron acuerdos de exportaci贸n de uranio por millones de d贸lares que coincidieron con los pr茅stamos de pandas a ambos pa铆ses. Australia –que cuenta con las mayores reservas de uranio en el mundo– recibi贸 un par de pandas en 2009 tras llegar a un acuerdo para suministrar uranio a China en 2006. Historias similares existen en las relaciones de Beijing conotras naciones.
S贸lo hay 16 zool贸gicos en el planeta con pandas gigantes. Las visitas a los zool贸gicos son frecuentes, pero el n煤mero de espectadores es alt铆simo en donde existen esos mam铆feros. Adem谩s, quienes albergan a los pandas en los zool贸gicos, pueden presumir de contribuir a su conservaci贸n, por lo que tambi茅n proyectan una imagen ecol贸gica y de responsabilidad ambiental. Lo mismo puede decirse respecto a China. Ese pa铆s es uno de los que m谩s emisiones contaminantes responsables del efecto de invernadero genera en el mundo. As铆 que a trav茅s de la pandaplomacy se cura de la imagen depredadora que tiene en el planeta.
Gorilas en la niebla
Que los gorilas de la monta帽a que residen en las fronteras entre Ruanda, Uganda y la Rep煤blica Democr谩tica del Congo, son una especie amenazada, es harto conocido. La atenci贸n internacional se acentu贸 tras los trabajos de la zo贸loga, primat贸loga y antrop贸loga estadounidense, Dian Fossey, quien durante 22 a帽os llev贸 a cabo estudios exhaustivos en torno a primates en su ambiente natural. Como se recordar谩, Fossey fue asesinada en 1985 y se especula que sus verdugos fueron quienes lucraban con la venta de gorilas y ve铆an en el trabajo de Fossey un obst谩culo para sus intereses comerciales.
Ahora la poblaci贸n estimada de los gorilas es de apenas 880, menos de la mitad que los pandas. Varios hechos han mermado su existencia y reproducci贸n. En los tiempos en que tuvo lugar el genocidio en Ruanda (1994), la inestabilidad pol铆tica benefici贸 a los traficantes de gorilas. Pero hay otra realidad menos conocida: los humanos y los gorilas de la monta帽a comparten entre el 88 y el 98% de sus genes.2 Ello significa, al margen de las tesis darwinianas, que las enfermedades de los humanos afectan igualmente a los gorilas.
Otro hecho a considerar son las grandes reservas de colt谩n que hay en la regi贸n. El colt谩n es la abreviatura derivada de columbita-tantalita, una valiosa aleaci贸n de minerales que en alta concentraci贸n contienen los elementos tantalio y niobio. Entre las propiedades del colt谩n se encuentra la superconductividad, la capacidad de soportar temperaturas muy elevadas sin alterarse, la alta resistencia a la corrosi贸n y su ductilidad para transformarse en alambres, l谩minas o tubos. Se le usa casi exclusivamente para fabricar condensadores electrol铆ticos de tantalio, componentes capaces de almacenar y liberar lentamente una determinada carga el茅ctrica, lo que hace que se cotice ampliamente por parte de las empresas de las Tecnolog铆as de la Informaci贸n y la Comunicaci贸n (TICs) de todo el mundo. Con el colt谩n se fabrican, entre otros insumos, las bater铆as de larga duraci贸n de tel茅fonos, laptops y tablets entre otros gadgets de moda. Al residir los principales yacimientos de colt谩n justamente en la triple frontera donde se asientan los gorilas de la monta帽a, los mineros han destruido parte del h谩bitat natural de esta especie, lo que ha contribuido a su reducci贸n.3
Pese a lo descrito, hay una buena noticia. Ruanda, el pa铆s que vivi贸 el tr谩gico genocidio, requiere recursos econ贸micos para ponerse de pie. En este sentido, el gobierno de Kigali ha apostado al turismo “ecol贸gico” o “conservacionista”. As铆, turistas procedentes de todo el mundo se dan cita en la selva de los Virunga, ubicada en las monta帽as para presenciar, por espacio de una hora, el espect谩culo de los gorilas y verlos desde una prudente distancia. Esta aventura cuesta unos 750 d贸lares por persona y cada d铆a son 80 turistas los que visitan la zona. Hay que caminar mucho, pero el espect谩culo, vale la pena. Los turistas son acompa帽ados de gu铆as calificados, quienes los ubican cerca de los gorilas, y los hacen sentar y mantenerse quietos para no atemorizar a los primates y menos a煤n, despertar la furia del gorila macho alfa dominante.
Ruanda busca superar la imagen barb谩rica de hace dos d茅cadas y cambiarla por la de una naci贸n ambientalmente responsable que protege a los famosos gorilas de la monta帽a, sobre la base de que parte de los ingresos que percibe por concepto de este “turismo ecol贸gico” los utiliza para protegerlos, cuidarlos y estudiarlos. En este sentido, parece estar siguiendo los pasos de China.
Los kiwis de Nueva Zelanda
Si del poder suave se trata, Nueva Zelanda tiene varios bienes culturales y gastron贸micos con los que puede seducir al mundo. Produce, por ejemplo, uno de los mejores vinos blancos del planeta a base de la cepa sauvignon blanc. Asimismo, la fama de este pa铆s en a帽os recientes se vio catapultada por ser el lugar en que se film贸 la producci贸n dirigida por Peter Jackson, El se帽or de los anillos y sus secuelas. Adicionalmente, posee una fauna 煤nica que cada vez m谩s atrae la atenci贸n de la comunidad internacional. Entre la fama ex贸tica que posee figuran los kiwis, unas aves peque帽as que tienen alas diminutas –apenas visibles– y cuya poblaci贸n, lamentablemente, va en declive.
Los n煤meros podr铆an jugarle una mala pasada a los lectores. Se calcula que en la actualidad, la poblaci贸n de estas curiosas aves, que aparecieron en el pleistoceno, oscila entre los 50 mil y los 60 mil ejemplares, cifras muy superiores a las de los pandas y los gorilas de la monta帽a. Sin embargo, hace 80 a帽os, la poblaci贸n de kiwis en Nueva Zelanda ascend铆a a unos cinco millones de p谩jaros. ¿Qu茅 ha sucedido con esta ave que es s铆mbolo nacional en la tierra de los maor铆es?
Existen cinco especies de kiwis en el pa铆s, entre las que el kiwi caf茅 de la isla norte es la m谩s com煤n, con una poblaci贸n de unos 35 mil ejemplares. Estas aves aparecieron en el paleoceno y han vivido en la Tierra desde hace 56 millones de a帽os. Su aspecto es singular. Son peque帽os, tienen alas muy reducidas –por lo tanto, no pueden volar– y un pico largo y angosto similar al de los colibr铆es que les sirva para extraer del suelo su alimento, por ejemplo, gusanos. Las hembras ponen uno o dos huevos como m谩ximo, pero estos son sumamente grandes comparados con el tama帽o de la mam谩. De hecho, la hembra debe comer tres veces m谩s a lo largo de 30 d铆as, para producir el huevote, y al final, el polluelo tiene el peso de hasta la cuarta parte del de sus padres. Poni茅ndolo en perspectiva, esto equivaldr铆a a que una mujer diera a luz un beb茅 de 15 kilogramos.
Para los maor铆es, la comunidad ind铆gena m谩s importante de Nueva Zelanda –o Aotearoa como la llaman ellos–, el kiwi es un animal sagrado, protegido de T膩ne Mahuta, Dios de los bosques y las aves. Las plumas de los kiwis eran usadasen ceremonias, pero las autoridades ahora han prohibido la caza de estas aves, y s贸lo se usan las de animales muertos o de aquellos que fueron atropellados.4 Hace 100 millones de a帽os, Nueva Zelanda estaba cubierto, casi en su totalidad, por bosques, pero hoy s贸lo posee el 25% de los que alguna vez tuvo. Ello ha tenido un impacto devastador en diversas especies vegetales y animales, entre ellas, los kiwis. De hecho, la raz贸n por la que los kiwis figuran en la lista de especies amenazadas, es por la dram谩tica reducci贸n de su poblaci贸n en los pasados 80 a帽os. ¿Qu茅 ha pasado? En la medida en que los asentamientos humanos introdujeron otras especies, los kiwis han sufrido depredaci贸n de parte de perros, gatos, cerdos, zarig眉eyas, armi帽os y hurones, entre otros, quienes consumen sus huevos. Asimismo, al reducirse las hect谩reas de bosque para desarrollar actividades agr铆colas y ganaderas, los kiwis han sido v铆ctimas de la fragmentaci贸n de su ecosistema.
Los kiwis generalmente duermen durante el d铆a y de noche buscan alimento. Al no poder volar, hacen sus nidos en la tierra, a la manera de madrigueras. Si bien la hembra es la que pone el huevo, es el macho quien lo empolla. Cuando el polluelo nace, sus padres no le procuran alimento, sino que aquel debe buscarlo por s铆 mismo y muy pronto, abandona el hogar. La hembra y el macho, una vez que viven juntos, ya no se separan a menos que la hembra busque a otro macho.
En Nueva Zelanda contin煤a el debate en torno a la adopci贸n de una nueva bandera que sustituya a la actual, que es muy similar a la bandera australiana y que adem谩s presenta la Union Jack en el 谩ngulo superior derecho. Este es un s铆mbolo de la pertenencia a la Commonwealth, pero con la que los habitantes del austral pa铆s no se identifican. No se contempla incluir al kiwi en su dise帽o. Sin embargo, esta ave ya desde finales del siglo XIX era empleada en billetes bancarios, estampillas postales, y diversos promocionales del pa铆s. En la primera guerra mundial, “kiwi” se convirti贸 en el gentilicio informal con el que la comunidad internacional identificaba a los neozelandeses. En la actualidad, el kiwi figura en las monedas de un d贸lar neozeland茅s. Dada su rareza y tipicidad, cada vez m谩s personas de todo el mundo viajan a Nueva Zelanda para disfrutar del espect谩culo de los kiwis.
Reflexiones finales
En estos tres pa铆ses se observa el empleo de argumentos ambientales como sustento del poder suave. China busca modificar la imagen de la “amenaza china” que impera en torno a esta naci贸n en el mundo. Ruanda, a 25 a帽os del genocidio en el que murieron uno de cada ocho de sus habitantes, requiere ponerse de pie en momentos en que el mundo vive una crisis econ贸mica y dif铆cilmente puede comprometer recursos para contribuir al desarrollo de esa naci贸n. De ah铆 la opci贸n del turismo ambiental, ofertando estancias en las monta帽as de los Virunga para que turistas de todo el mundo convivan con los gorilas. Nueva Zelanda, por su parte, lucha por tornarse relevante en la escena mundial. Hoy ocupa un asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero eso no le provee de una gran visibilidad en este entorno tan globalizado donde la mayor铆a, si no es que todas las naciones del mundo, buscan trascender, compitiendo por ganar la atenci贸n de turistas e inversionistas. La peculiaridad del kiwi, sin duda reviste un gran atractivo, al amparo de la agenda ambiental que en todas partes goza de gran popularidad. ¿Obtendr谩n China, Ruanda y Nueva Zelanda lo que desean del mundo? Es posible. Pero es deseable que as铆 como han empleado al reino animal como un instrumento al servicio de sus intereses pol铆ticos, trabajen igualmente en la conservaci贸n y al protecci贸n de esas y otras especies amenazadas y tambi茅n en las no amenazadas.
Notas:
1. Mar铆a Cristina Rosas (25/02/2014), La diplomaciadel panda, disponible en http://www.alainet.org/es/active/71617
2. Teresa Guerrero (02/09/2015), “Los 煤ltimos gorilas en la niebla”, en El Mundo, disponible en http://www.elmundo.es/ciencia/2014/10/24/5444f44222601d2d738b458e.html
3. Silvina Dell’Isola (14 de abril de 2013), “Una llamada desde 脕frica”, en La Naci贸n, disponible en http://www.lanacion.com.ar/1572559-una-llamada-desde-africa
4. VeoVerde (18 de julio de 2014), El kiwi, s铆mbolo nacional de Nueva Zelanda, disponible en https://www.veoverde.com/2014/07/el-kiwisimbolo-nacional-de-nueva-zeland...
*Mar铆a Cristina Rosas es profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Pol铆ticas y Sociales de la Universidad Nacional Aut贸noma de M茅xico. http://www.etcetera.com.mx/articulo/El+Poder+Suave+y+el+reino+animal/43706