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La Justicia Simb贸lica como herramienta de paz

OPINI脫N de Ana Cristina Bracho.- Durante los 煤ltimos meses, hemos escrito constantemente sobre la justicia, su necesidad, sus formas, sus actores. Quiz谩s estamos ya rozando el riesgo advertido por Le贸n Felipe que refer铆a que “en un mundo injusto el que clama por la justicia es tomado por loco.”, pero en tanto el contexto nacional no ha cambiado seguiremos trabajando los mismos asuntos.

La sed de justicia, hist贸rica de los pueblos oprimidos, individualizada en los obreros y en los pobres, en los injustamente presos, en los padres de los torturados, de los desaparecidos, ha ido dibujando una realidad. En su tardanza, en sus contradicciones, en los muros que generan las condiciones de un determinado momento de la historia hay quienes nunca obtuvieron justicia.

Nuestra realidad, la humana, cargada de la posibilidad de causar la muerte y la imposibilidad de revertirla, hace que causado el fallecimiento de una persona no quede mucho que hacer.

¿O s铆? Quiz谩s el tiempo haga pasar la intensidad del dolor pero no la rabia, quiz谩s no baste tan s贸lo con que la vida pase como el agua sobre las piedras del r铆o y esa es la motivaci贸n del concepto al que hoy queremos llevar, el de la justicia simb贸lica, o, de la reparaci贸n moral en el marco de la justicia transicional.

Para hablar de ello, vamos a contextualizar que en Venezuela hemos vivido desde el mes de marzo una escalada de violencia, con actores irregulares que empujan hacia una confrontaci贸n total, y, hay v铆ctimas que las circunstancias que han originado su muerte as铆 como su muerte misma han conmocionado al pa铆s.

Es en tal contexto, que sugerimos que se propicien los espacios y las condiciones para que en Venezuela –evitando que la situaci贸n se empeore- se promuevan las reparaciones simb贸licas como parte de la reparaci贸n integral y como mecanismo para superar los hechos victimizantes sin olvidarlos y para que estos no se repitan.

Evidentemente, esto tendr谩 como caracter铆stica particular que existe tan s贸lo una de las partes que est谩 interesada en detener el conflicto mientras que la otra tiene inter茅s en arreciarlo. Sin embargo, esto no nos excusa ni de las responsabilidades del Estado en el marco de los derechos humanos ni de la urgencia del pa铆s de actuaciones distintas.

En este contexto, sobre la presencia de ni帽os, ni帽as y adolescentes en conflictos de calle, en los que aparecen mayoritariamente solos y en zonas en las que no viven, es tiempo de hacer esfuerzos mayores de resocializaci贸n y atenci贸n a la infancia en situaci贸n de pobreza. No podemos confundirnos sintiendo que el problema nace en el grotesco aprovechamiento de las v铆ctimas y agotarnos en la denuncia. Debemos atacar la ra铆z de la situaci贸n que no es otra que la pregunta c贸mo lleg贸 ese ni帽o all铆 y la optimizaci贸n de los programas sociales que deben evitarle esa situaci贸n de riesgo a los portadores del futuro nacional.

Igual, est谩 la necesidad latente de escoger un d铆a y un espacio, de la integraci贸n nacional y en contra la discriminaci贸n racial, ¿o es que, el linchamiento de Orlando Jos茅 Figuera, no dej贸 al desnudo la existencia de un clasismo racista irracional y violento en nuestro pa铆s?

Proponemos entonces, entender que la crisis del sistema de justicia venezolano acompa帽ada del incremento de la violencia de calle, requiere salidas m谩s all谩 de lo tradicional, no agotarnos a la pr谩ctica judicial que entendemos adem谩s particularmente torpedeada en el presente y tomar las herramientas de los mecanismos m谩s recientes.

De modo que al lado del trabajo de la Fiscal铆a y los tribunales se proceda nacional y sostenidamente a reconocer a las v铆ctimas y promover iniciativas de paz, reconciliaci贸n y democracia.

Para acercarnos a esto debemos sostener centrarnos en la necesidad de (i) dignificar y reconocer a las v铆ctimas, (ii) recordar la verdad de los hechos victimizantes y (iii) solicitar perd贸n y asumir la responsabilidad por parte de los victimarios.

Quiero cerrar estas l铆neas con una idea de Ghandi que pareciera escrita para hoy cuando recuerda que “ganamos justicia m谩s r谩pidamente si hacemos justicia a la parte contraria.” La justicia es una bandera del proceso revolucionario y hay que defenderla todos los d铆as.

https://anicrisbracho.wordpress.com/author/anacristinabracho/

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