Toda sociedad capitalista y reaccionaria necesita crear un enemigo interno, alguien que signifique el peligro, que posea trastornos mentales, un conspirador contra el orden y la paz social, una bestia insensible. Los lugares donde viven los villeros ocupan un lugar dentro de la imaginaci贸n popular que representa el horror y el cuasi canibalismo
Mat铆as M谩ximo.– C茅sar Gonz谩lez tiene 28 a帽os y se cri贸 en una casa humilde de la villa Carlos Gardel de Mor贸n. Tuvo una juventud movida, cay贸 en las drogas y delinqui贸 varias veces, lo que lo hizo pasar por reformatorios y la c谩rcel de Marcos Paz. Fue en el Instituto de Menores Luis Agote, en 2005, donde conoci贸 a un profesor que le abrir铆a otras puertas a trav茅s de la literatura y la filosof铆a -sus principales influencias fueron los libros de Rodolfo Walsh, Gilles Deleuze y Michel Foucault-. Por entonces, empez贸 a escribir poes铆a con el nombre de Camilo Blajaquis, un seud贸nimo guerrero que nace de la fusi贸n entre el revolucionario cubano Camilo Cienfuegos y Domingo “el Griego” Blajaquis, el militante de la Acci贸n Revolucionaria Peronista cuyo asesinato relata Walsh en ¿Qui茅n mat贸 a Rosendo?
“Los villeros no est谩n capacitados para hacer arte, esa idea est谩 metida hasta en los huesos de la gente. ¿C贸mo un pibe que estuvo preso, se cri贸 en la calle y encima fue pibe chorro va a saber hacer una pel铆cula o escribir un libro?”, dijo a Cosecha Roja el poeta y cineasta C茅sar Gonz谩lez.
Desde 2010, Gonz谩lez da una voz 铆ntima, en primera persona, a la cultura villera. Public贸 tres libros de poes铆a (La venganza del cordero atado, Cr贸nica de una libertad condicional y Ret贸rica al suspiro de queja) y tambi茅n se dedic贸 al cine, filmando y dirigiendo varios cortos y largometrajes (entre ellos Diagn贸stico esperanza, ¿Qu茅 puede un cuerpo?, Atenas y Exomologesis).
Gonz谩lez cur贸, junto con la cineasta Andrea Testa, una de las secciones principales del octavo Festival Internacional CineMigrante, que proyectar谩 m谩s de 80 pel铆culas con entrada libre y gratuita, entre el 12 y el 20 de septiembre.
–¿Qu茅 significa el nombre de la secci贸n “La construcci贸n de la villeritud”?
–El nombre se inspira en el concepto creado por Aim茅 Cesaire, el senegal茅s L茅opold Senghor y el guayan茅s Le贸n Gontran Damas en la d茅cada del 30 del siglo XX. Ellos buscaban que el pueblo de raza negra retome sus tradiciones culturales, que sepan valorar todo lo distinto, propio y original de sus ra铆ces 茅tnicas. Desde el lenguaje y los rituales hasta la vestimenta hay una amplitud de criterios est茅ticos: nadie le hab铆a dicho a los negros que eran igual de valiosos que los del hombre blanco. El concepto de negritud difund铆a que hab铆a que sentir orgullo y no verg眉enza de ser negro. Creemos que el villero en la sociedad argentina es una escala que se corresponde en cuanto a injusticia, dolor y maltrato a lo que vive una persona de raza negra en Estados Unidos o Europa. En Argentina es sabido que los negros, que eran muchos en nuestras tierras, fueron exterminados en el transcurso del siglo XIX y comienzos del XX. A falta de negros en la conciencia colectiva del pa铆s se necesitaba una figura que ocupe ese lugar de s铆mbolo b谩rbaro. Los llamados “cabecitas negras”, luego rebautizados con el tiempo con el nombre de villeros, empezaron a cumplir esa funci贸n de ser “lo negro de la sociedad”, “lo oscuro”, los que llevan el mal “intr铆nsecamente” dir铆a la gran 脕ngela Davis.

–¿La villeritud se construye entonces como una representaci贸n del enemigo, del otro peligroso?
–Toda sociedad capitalista y reaccionaria necesita crear un enemigo interno, alguien que signifique el peligro, que posea trastornos mentales, un conspirador contra el orden y la paz social, una bestia insensible. Los lugares donde viven los villeros ocupan un lugar dentro de la imaginaci贸n popular que representa el horror y el cuasi canibalismo. La villa 31 est谩 a escasos metros del Hotel Sheraton, sin embargo, para un “ciudadano com煤n”, la villa queda muy lejos de la civilizaci贸n, a a帽os luz de la “normalidad”. Hay gente que vive a una cuadra de una villa y nunca se relaciona con un villero. La villeritud entonces es por un lado desmontar todo ese racismo frente al villero y por otro indagar en cu谩les son los elementos culturales particulares y aut贸ctonos de la vida cotidiana en una villa. Es tiempo de presentar qu茅 es lo propio de ser villero tanto en su sentido negativo -es decir la estigmatizaci贸n, el asco con el que te miran, la falta de todo tipo de oportunidades-, como as铆 tambi茅n en lo que hay de positivo. Y ah铆 podemos mencionar la persistencia de un sentimiento de fraternidad, la algarab铆a constante reflejada en m煤sica que se escucha a alto volumen en la mayor铆a de los hogares, la solidaridad monetaria o alimenticia ante una mala racha o presente adverso del vecino, los dilemas y problemas familiares que se resuelven de una forma expl铆cita, donde sus habitantes casi no tienen tiempo para darse el lujo de atravesar un enrosque psicol贸gico ante problemas existenciales (habitual en alguien de clase media), sino m谩s bien donde vivir es estar buscando soluciones inmediatas ante problemas materiales de extrema urgencia. En ese punto considero que se mantiene una vitalidad asombrosa, ya que son lugares donde abunda la muerte. Se baila m谩s y mejor en estas precarias sedes de la plebe, donde la existencia es una agon铆a latente.
–¿Cu谩l es el rol de la cultura ante un panorama de auge de gobiernos de derecha, recrudecimiento de violencias institucionales, aumento de la brecha entre ricos y pobres?
–El panorama actual es muy triste y trato de decirle a los pibes que est茅n en constante alerta, que se cuiden m谩s que nunca porque hay una intenci贸n de sumergirnos en el miedo total por parte del gobierno. Siempre hubo, y mientras exista un Estado capitalista habr谩, represi贸n hacia nosotros, los villeros. Pero hoy esa violencia institucional se legitima, avala y exhibe sin pudor, ya no se enmascara en discursos humanistas o se equilibra con cierta dosis de justicia social como hasta hace poco en Argentina. Hoy para los villeros hay represi贸n y nada m谩s que represi贸n. La cultura es un concepto que yo me cuido de usar, o que en todo caso es para hablar con mucho m谩s espacio y tiempo. Por solo decir algo me pregunto ¿cu谩l es la cultura argentina?, ¿y por qu茅 la villa, que es apartada de la versi贸n oficial de la cultura argentina, deber铆a querer pertenecer a esa cultura? Por lo tanto hay que luchar porque la cultura no sea un concepto neutral o petrificado.

–Y desde tu experiencia, ¿cu谩l ser铆a el rol del cine?
–El cine es juez y parte de la situaci贸n del mundo, sin el cine el capitalismo no hubiese llegado a los grados de desarrollo actuales, el invento de la imagen en movimiento ocupa un puesto de mando en la historia de la injusticia capitalista. El imperialismo del capital ha podido penetrar territorios a trav茅s del cine donde se le hizo imposible hacerlo con su fuerza militar. La guerra en Vietnam Estados Unidos la perdi贸, pero hoy en Hanoi esperan la 煤ltima pel铆cula de la franquicia de Marvel. Si en Argentina hoy triunfa la imagen neoliberal y reaccionar铆a es porque las im谩genes que ha puesto en movimiento son las de un “capitalismo budista” que sabe seducir y ensamblarse con los deseos de parte de la ciudadan铆a. Nadie sabe lo que puede el cine porque pocos saben lo que el cine ya ha podido. Un arte tan joven ya ha levantado y derribado sus templos. Nos hacen creer que la 茅poca de las vanguardias, de los directores que iban a fondo en forma y contenido no fueron m谩s que simples escaramuzas y leyendas de un pasado arcaico, que el cine no es m谩s que un juego para rellenar el ocio de los hijos de la burgues铆a, que es impotente en cuestiones de revoluci贸n. Pero el cine es patrimonio de la humanidad, es una frase que puede parecer muy optimista y simb贸lica pero hay que luchar para materializarla.
–Ser negro en Estados Unidos, musulm谩n en Europa, mestizo en Am茅rica Latina o vivir en una villa en Argentina, ¿pens谩s que hay una construcci贸n del “otro” segregado que se repite, m谩s all谩 del lugar en el mundo donde se est茅?
–¿Qu茅 duda cabe? Cada una de las personas que pertenecen a esas poblaciones siente en la 贸rbita de su rostro siempre la posibilidad de un balazo. La estigmatizaci贸n es mucho m谩s que discursiva, es completamente pr谩ctica: un negro, un villero o un musulm谩n en pa铆ses ajenos al suyo no vive con la misma tranquilidad que el resto, en cualquier momento lo pueden venir a buscar por el solo pecado de ser.
–¿Cu谩les son las dificultades con las que te encontraste al momento de elegir expresarte a trav茅s del cine?
–Los villeros en el cine son el suministro del morbo, la reserva de material para reproducir la banalidad, no los que hacen las pel铆culas. Los villeros no est谩n capacitados para hacer arte, esa idea est谩 metida hasta en los huesos de la gente. ¿C贸mo un pibe que estuvo preso, se cri贸 en la calle y encima fue pibe chorro va a saber hacer una pel铆cula o escribir un libro? Si la neurociencia justifica el racismo argumentando que los pobres tienen el cerebro m谩s chico. Partiendo desde todas esas verdades objetivas que reinan nuestra sociedad las dificultades fueron inmensas, desgastadoras y asfixiantes por momentos y lo seguir谩n siendo, porque la sociedad mantiene intactos sus niveles de discriminaci贸n y segregaci贸n, pero tambi茅n debo decir que he recibido el apoyo de muchas otras personas que piensan y sienten de otra manera.
*Entrevista publicada en Cosecha Roja www.cosecharoja.org
“Los villeros no est谩n capacitados para hacer arte, esa idea est谩 metida hasta en los huesos de la gente. ¿C贸mo un pibe que estuvo preso, se cri贸 en la calle y encima fue pibe chorro va a saber hacer una pel铆cula o escribir un libro?”, dijo a Cosecha Roja el poeta y cineasta C茅sar Gonz谩lez.
Desde 2010, Gonz谩lez da una voz 铆ntima, en primera persona, a la cultura villera. Public贸 tres libros de poes铆a (La venganza del cordero atado, Cr贸nica de una libertad condicional y Ret贸rica al suspiro de queja) y tambi茅n se dedic贸 al cine, filmando y dirigiendo varios cortos y largometrajes (entre ellos Diagn贸stico esperanza, ¿Qu茅 puede un cuerpo?, Atenas y Exomologesis).
Gonz谩lez cur贸, junto con la cineasta Andrea Testa, una de las secciones principales del octavo Festival Internacional CineMigrante, que proyectar谩 m谩s de 80 pel铆culas con entrada libre y gratuita, entre el 12 y el 20 de septiembre.
–¿Qu茅 significa el nombre de la secci贸n “La construcci贸n de la villeritud”?
–El nombre se inspira en el concepto creado por Aim茅 Cesaire, el senegal茅s L茅opold Senghor y el guayan茅s Le贸n Gontran Damas en la d茅cada del 30 del siglo XX. Ellos buscaban que el pueblo de raza negra retome sus tradiciones culturales, que sepan valorar todo lo distinto, propio y original de sus ra铆ces 茅tnicas. Desde el lenguaje y los rituales hasta la vestimenta hay una amplitud de criterios est茅ticos: nadie le hab铆a dicho a los negros que eran igual de valiosos que los del hombre blanco. El concepto de negritud difund铆a que hab铆a que sentir orgullo y no verg眉enza de ser negro. Creemos que el villero en la sociedad argentina es una escala que se corresponde en cuanto a injusticia, dolor y maltrato a lo que vive una persona de raza negra en Estados Unidos o Europa. En Argentina es sabido que los negros, que eran muchos en nuestras tierras, fueron exterminados en el transcurso del siglo XIX y comienzos del XX. A falta de negros en la conciencia colectiva del pa铆s se necesitaba una figura que ocupe ese lugar de s铆mbolo b谩rbaro. Los llamados “cabecitas negras”, luego rebautizados con el tiempo con el nombre de villeros, empezaron a cumplir esa funci贸n de ser “lo negro de la sociedad”, “lo oscuro”, los que llevan el mal “intr铆nsecamente” dir铆a la gran 脕ngela Davis.

–¿La villeritud se construye entonces como una representaci贸n del enemigo, del otro peligroso?
–Toda sociedad capitalista y reaccionaria necesita crear un enemigo interno, alguien que signifique el peligro, que posea trastornos mentales, un conspirador contra el orden y la paz social, una bestia insensible. Los lugares donde viven los villeros ocupan un lugar dentro de la imaginaci贸n popular que representa el horror y el cuasi canibalismo. La villa 31 est谩 a escasos metros del Hotel Sheraton, sin embargo, para un “ciudadano com煤n”, la villa queda muy lejos de la civilizaci贸n, a a帽os luz de la “normalidad”. Hay gente que vive a una cuadra de una villa y nunca se relaciona con un villero. La villeritud entonces es por un lado desmontar todo ese racismo frente al villero y por otro indagar en cu谩les son los elementos culturales particulares y aut贸ctonos de la vida cotidiana en una villa. Es tiempo de presentar qu茅 es lo propio de ser villero tanto en su sentido negativo -es decir la estigmatizaci贸n, el asco con el que te miran, la falta de todo tipo de oportunidades-, como as铆 tambi茅n en lo que hay de positivo. Y ah铆 podemos mencionar la persistencia de un sentimiento de fraternidad, la algarab铆a constante reflejada en m煤sica que se escucha a alto volumen en la mayor铆a de los hogares, la solidaridad monetaria o alimenticia ante una mala racha o presente adverso del vecino, los dilemas y problemas familiares que se resuelven de una forma expl铆cita, donde sus habitantes casi no tienen tiempo para darse el lujo de atravesar un enrosque psicol贸gico ante problemas existenciales (habitual en alguien de clase media), sino m谩s bien donde vivir es estar buscando soluciones inmediatas ante problemas materiales de extrema urgencia. En ese punto considero que se mantiene una vitalidad asombrosa, ya que son lugares donde abunda la muerte. Se baila m谩s y mejor en estas precarias sedes de la plebe, donde la existencia es una agon铆a latente.
–¿Cu谩l es el rol de la cultura ante un panorama de auge de gobiernos de derecha, recrudecimiento de violencias institucionales, aumento de la brecha entre ricos y pobres?
–El panorama actual es muy triste y trato de decirle a los pibes que est茅n en constante alerta, que se cuiden m谩s que nunca porque hay una intenci贸n de sumergirnos en el miedo total por parte del gobierno. Siempre hubo, y mientras exista un Estado capitalista habr谩, represi贸n hacia nosotros, los villeros. Pero hoy esa violencia institucional se legitima, avala y exhibe sin pudor, ya no se enmascara en discursos humanistas o se equilibra con cierta dosis de justicia social como hasta hace poco en Argentina. Hoy para los villeros hay represi贸n y nada m谩s que represi贸n. La cultura es un concepto que yo me cuido de usar, o que en todo caso es para hablar con mucho m谩s espacio y tiempo. Por solo decir algo me pregunto ¿cu谩l es la cultura argentina?, ¿y por qu茅 la villa, que es apartada de la versi贸n oficial de la cultura argentina, deber铆a querer pertenecer a esa cultura? Por lo tanto hay que luchar porque la cultura no sea un concepto neutral o petrificado.
–Y desde tu experiencia, ¿cu谩l ser铆a el rol del cine?
–El cine es juez y parte de la situaci贸n del mundo, sin el cine el capitalismo no hubiese llegado a los grados de desarrollo actuales, el invento de la imagen en movimiento ocupa un puesto de mando en la historia de la injusticia capitalista. El imperialismo del capital ha podido penetrar territorios a trav茅s del cine donde se le hizo imposible hacerlo con su fuerza militar. La guerra en Vietnam Estados Unidos la perdi贸, pero hoy en Hanoi esperan la 煤ltima pel铆cula de la franquicia de Marvel. Si en Argentina hoy triunfa la imagen neoliberal y reaccionar铆a es porque las im谩genes que ha puesto en movimiento son las de un “capitalismo budista” que sabe seducir y ensamblarse con los deseos de parte de la ciudadan铆a. Nadie sabe lo que puede el cine porque pocos saben lo que el cine ya ha podido. Un arte tan joven ya ha levantado y derribado sus templos. Nos hacen creer que la 茅poca de las vanguardias, de los directores que iban a fondo en forma y contenido no fueron m谩s que simples escaramuzas y leyendas de un pasado arcaico, que el cine no es m谩s que un juego para rellenar el ocio de los hijos de la burgues铆a, que es impotente en cuestiones de revoluci贸n. Pero el cine es patrimonio de la humanidad, es una frase que puede parecer muy optimista y simb贸lica pero hay que luchar para materializarla.
–Ser negro en Estados Unidos, musulm谩n en Europa, mestizo en Am茅rica Latina o vivir en una villa en Argentina, ¿pens谩s que hay una construcci贸n del “otro” segregado que se repite, m谩s all谩 del lugar en el mundo donde se est茅?
–¿Qu茅 duda cabe? Cada una de las personas que pertenecen a esas poblaciones siente en la 贸rbita de su rostro siempre la posibilidad de un balazo. La estigmatizaci贸n es mucho m谩s que discursiva, es completamente pr谩ctica: un negro, un villero o un musulm谩n en pa铆ses ajenos al suyo no vive con la misma tranquilidad que el resto, en cualquier momento lo pueden venir a buscar por el solo pecado de ser.
–¿Cu谩les son las dificultades con las que te encontraste al momento de elegir expresarte a trav茅s del cine?
–Los villeros en el cine son el suministro del morbo, la reserva de material para reproducir la banalidad, no los que hacen las pel铆culas. Los villeros no est谩n capacitados para hacer arte, esa idea est谩 metida hasta en los huesos de la gente. ¿C贸mo un pibe que estuvo preso, se cri贸 en la calle y encima fue pibe chorro va a saber hacer una pel铆cula o escribir un libro? Si la neurociencia justifica el racismo argumentando que los pobres tienen el cerebro m谩s chico. Partiendo desde todas esas verdades objetivas que reinan nuestra sociedad las dificultades fueron inmensas, desgastadoras y asfixiantes por momentos y lo seguir谩n siendo, porque la sociedad mantiene intactos sus niveles de discriminaci贸n y segregaci贸n, pero tambi茅n debo decir que he recibido el apoyo de muchas otras personas que piensan y sienten de otra manera.
*Entrevista publicada en Cosecha Roja www.cosecharoja.org