OPINI脫N de Emilio Mar铆n, Argentina.- En agosto se vieron manifestaciones de la ultraderecha en Alemania, cazando inmigrantes. Es un fen贸meno que recorre a buena parte de Europa.
El mundo no gana para sustos. En los pa铆ses imperiales m谩s importantes sigue gobernando la derecha “civilizada”, corrida cada vez m谩s hacia el extremo. Adem谩s del socio mayor, con Donald Trump en la Casa Blanca desde enero del a帽o pasado, la Uni贸n Europea tiene mayor铆a de gobiernos de ese signo. Emmanuel Macron en Francia, gan贸 los comicios de abril de 2017; Angela Merkel hizo otro tanto en Alemania en septiembre de ese a帽o, inaugurando su cuarto mandato; la primera ministra brit谩nica es Theresa May, de rancia estirpe conservadora; el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, es de la xen贸foba Liga Norte, etc.
Dentro de esa constelaci贸n a lo sumo deben computar la baja de Mariano Rajoy, que ven铆a sobreviviendo a varias crisis pol铆ticas (ruptura de Catalu帽a) y termin贸 destituido por corrupci贸n.
La tendencia general de esas administraciones es hacia la derecha del espectro, a煤n cuando se hayan presentado como alternativa “democr谩tica” frente a la derecha m谩s alocada, caso de Macron versus Marine Le Pen, del Frente Nacional. Otro tanto con May respecto a Nigel Farage, del derechista Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) promotor del Brexit o salida de la Uni贸n Europea.
No es que no existan diferencias entre unos y otros l铆deres y partidos, del mismo modo como Hillary Clinton no era exactamente igual que Trump, pero en buena parte de las tem谩ticas hay similitudes.
Y eso se advierte m谩s en tiempos de crisis, cuando varios ganadores de elecciones al poco tiempo bregan por cambios tan reaccionarios como sus vencidos. Macron es un ejemplo, con su reforma laboral. Hace exactamente un a帽o fue la primera huelga general de gremios contra esa precarizaci贸n que se quiso imponer con 5 decretos.
Pronto se apreciar谩n los l铆mites del presidente espa帽ol, Pedro S谩nchez, del PSOE. Al inicio de su gesti贸n quiso diferenciarse de Rajoy y permiti贸 que Aquarius, un barco de ONG con refugiados africanos, pudiera desembarcarlos. Ya se neg贸 a hacerlo en otros casos y devolvi贸 116 migrantes a Marruecos, aline谩ndose con la tendencia tan poco humanitaria de sus colegas de la UE. El Aquarius estuvo muchos d铆as sin ingresar a Catania, por negativa de Salvini, quien logr贸 derivarlo a Espa帽a y puso en su Twitter: “los barcos de ONGs ya no pisar谩n Italia”.
Derecha de la derecha
La derecha tradicional (conservadores, populistas, liberales, democristianos o socialdem贸cratas) aplica pol铆ticas de ajuste econ贸mico y reformas precarizadoras, desmont贸 el Estado de Bienestar con que el capitalismo quiso blindarse del comunismo tras la II Guerra Mundial, dedica altos presupuestos de guerra (por m谩s que su 2 por ciento del PBI no contente a Trump) y es cruel con los refugiados de cuyos dramas de guerra y hambre resulta responsable.
Pero all铆 no termina el drama. A la derecha de esa derecha vienen creciendo quienes se rozan con el neonazismo o son parte del mismo, en Alemania, Austria, Polonia, Hungr铆a, Suecia, Dinamarca, Holanda, Francia, Italia, Reino Unido, etc.
Ese crecimiento se nota en su capacidad de movilizaci贸n, pero tambi茅n en el aumento de su caudal electoral, con agrupaciones que los representan y tienen bancadas propias en 18 pa铆ses de la UE.
Por primera vez una fuerza neonazi como Alternativa para Alemania (AfD) lleg贸 al parlamento federal en 2017 y junto a grupos similares, como Pegida, ha fogoneado los recientes disturbios y agresiones a inmigrantes en Chemnitz.
Ya se mencion贸 al Frente Nacional de Le Pen, Liga Norte de Salvini y UKIP de Farage. Hay que a帽adir al Partido de la Libertad en Holanda, de Geert Wilders; su similar de Austria, de Norbert Hofer. Tambi茅n al Fidesz en Hungr铆a, del primer ministro Viktor Orban, promotor del grupo de Visegrado cerrado a la admisi贸n de refugiados, incumpliendo los degradados acuerdos de la Uni贸n Europea. En Hungr铆a hoy no s贸lo est谩n cerradas las fronteras para los inmigrantes sino que se votan leyes xen贸fobas y se vuelve a perseguir a gitanos y jud铆os.
Hasta en pa铆ses de tradici贸n socialdem贸crata y de puertas abiertas a la inmigraci贸n, como Suecia, ha crecido la neonazi SD (Dem贸cratas Suecos), de Jimmie 脜kesson. Ya en 2010 ten铆a 20 diputados y hoy es la tercera fuerza pol铆tica con diferencia m铆nima con la segunda.
Ese mayor desarrollo se explica en buena medida por la p茅rdida de derechos de la poblaci贸n debido al ajuste y la crisis, y que SD atribuye en exclusividad a la llegada de inmigrantes.
La relaci贸n entre ajuste econ贸mico-aumento de la xenofobia, y giro a la ultraderecha, est谩 bastante estudiada. Junto al descarte de los partidos implicados o vistos como responsables de ese achique se cuela la cr铆tica general a la pol铆tica (el famoso “son todos chorros”) y all铆 est谩 la oportunidad para los neonazis. Estos tambi茅n son pol铆ticos, pero aparentan caer como v铆rgenes del cielo. La crisis es el tibio y espeso caldo de cultivo...
Lo que no se conoc铆a tanto es que las redes, en especial Facebook, es una herramienta excelente para el auge de los neonazis de Alemania. Investigadores de la Universidad de Warwick detectaron que las ciudades de ese pa铆s con mayores ataques xen贸fobos tambi茅n ten铆an un uso m谩s alto de la plataforma. Con trolls o sin ellos, remachar un mill贸n de veces que la culpa de los recortes es de los inmigrantes, dicho por tanto ignorante ajustado e indignado, ha sido una red excelente para la pesca de AfD. ¡Qu茅 importa que a principios de mes murieran 100 migrantes al cruzar el Mediterr谩neo! ¡Se hubieran quedado a morir de hambre en 脕frica en vez de venir a robar el pan en Sajonia!
El mundo no gana para sustos. En los pa铆ses imperiales m谩s importantes sigue gobernando la derecha “civilizada”, corrida cada vez m谩s hacia el extremo. Adem谩s del socio mayor, con Donald Trump en la Casa Blanca desde enero del a帽o pasado, la Uni贸n Europea tiene mayor铆a de gobiernos de ese signo. Emmanuel Macron en Francia, gan贸 los comicios de abril de 2017; Angela Merkel hizo otro tanto en Alemania en septiembre de ese a帽o, inaugurando su cuarto mandato; la primera ministra brit谩nica es Theresa May, de rancia estirpe conservadora; el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, es de la xen贸foba Liga Norte, etc.
Dentro de esa constelaci贸n a lo sumo deben computar la baja de Mariano Rajoy, que ven铆a sobreviviendo a varias crisis pol铆ticas (ruptura de Catalu帽a) y termin贸 destituido por corrupci贸n.
La tendencia general de esas administraciones es hacia la derecha del espectro, a煤n cuando se hayan presentado como alternativa “democr谩tica” frente a la derecha m谩s alocada, caso de Macron versus Marine Le Pen, del Frente Nacional. Otro tanto con May respecto a Nigel Farage, del derechista Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) promotor del Brexit o salida de la Uni贸n Europea.
No es que no existan diferencias entre unos y otros l铆deres y partidos, del mismo modo como Hillary Clinton no era exactamente igual que Trump, pero en buena parte de las tem谩ticas hay similitudes.
Y eso se advierte m谩s en tiempos de crisis, cuando varios ganadores de elecciones al poco tiempo bregan por cambios tan reaccionarios como sus vencidos. Macron es un ejemplo, con su reforma laboral. Hace exactamente un a帽o fue la primera huelga general de gremios contra esa precarizaci贸n que se quiso imponer con 5 decretos.
Pronto se apreciar谩n los l铆mites del presidente espa帽ol, Pedro S谩nchez, del PSOE. Al inicio de su gesti贸n quiso diferenciarse de Rajoy y permiti贸 que Aquarius, un barco de ONG con refugiados africanos, pudiera desembarcarlos. Ya se neg贸 a hacerlo en otros casos y devolvi贸 116 migrantes a Marruecos, aline谩ndose con la tendencia tan poco humanitaria de sus colegas de la UE. El Aquarius estuvo muchos d铆as sin ingresar a Catania, por negativa de Salvini, quien logr贸 derivarlo a Espa帽a y puso en su Twitter: “los barcos de ONGs ya no pisar谩n Italia”.
Derecha de la derecha
La derecha tradicional (conservadores, populistas, liberales, democristianos o socialdem贸cratas) aplica pol铆ticas de ajuste econ贸mico y reformas precarizadoras, desmont贸 el Estado de Bienestar con que el capitalismo quiso blindarse del comunismo tras la II Guerra Mundial, dedica altos presupuestos de guerra (por m谩s que su 2 por ciento del PBI no contente a Trump) y es cruel con los refugiados de cuyos dramas de guerra y hambre resulta responsable.
Pero all铆 no termina el drama. A la derecha de esa derecha vienen creciendo quienes se rozan con el neonazismo o son parte del mismo, en Alemania, Austria, Polonia, Hungr铆a, Suecia, Dinamarca, Holanda, Francia, Italia, Reino Unido, etc.
Ese crecimiento se nota en su capacidad de movilizaci贸n, pero tambi茅n en el aumento de su caudal electoral, con agrupaciones que los representan y tienen bancadas propias en 18 pa铆ses de la UE.
Por primera vez una fuerza neonazi como Alternativa para Alemania (AfD) lleg贸 al parlamento federal en 2017 y junto a grupos similares, como Pegida, ha fogoneado los recientes disturbios y agresiones a inmigrantes en Chemnitz.
Ya se mencion贸 al Frente Nacional de Le Pen, Liga Norte de Salvini y UKIP de Farage. Hay que a帽adir al Partido de la Libertad en Holanda, de Geert Wilders; su similar de Austria, de Norbert Hofer. Tambi茅n al Fidesz en Hungr铆a, del primer ministro Viktor Orban, promotor del grupo de Visegrado cerrado a la admisi贸n de refugiados, incumpliendo los degradados acuerdos de la Uni贸n Europea. En Hungr铆a hoy no s贸lo est谩n cerradas las fronteras para los inmigrantes sino que se votan leyes xen贸fobas y se vuelve a perseguir a gitanos y jud铆os.
Hasta en pa铆ses de tradici贸n socialdem贸crata y de puertas abiertas a la inmigraci贸n, como Suecia, ha crecido la neonazi SD (Dem贸cratas Suecos), de Jimmie 脜kesson. Ya en 2010 ten铆a 20 diputados y hoy es la tercera fuerza pol铆tica con diferencia m铆nima con la segunda.
Ese mayor desarrollo se explica en buena medida por la p茅rdida de derechos de la poblaci贸n debido al ajuste y la crisis, y que SD atribuye en exclusividad a la llegada de inmigrantes.
La relaci贸n entre ajuste econ贸mico-aumento de la xenofobia, y giro a la ultraderecha, est谩 bastante estudiada. Junto al descarte de los partidos implicados o vistos como responsables de ese achique se cuela la cr铆tica general a la pol铆tica (el famoso “son todos chorros”) y all铆 est谩 la oportunidad para los neonazis. Estos tambi茅n son pol铆ticos, pero aparentan caer como v铆rgenes del cielo. La crisis es el tibio y espeso caldo de cultivo...
Lo que no se conoc铆a tanto es que las redes, en especial Facebook, es una herramienta excelente para el auge de los neonazis de Alemania. Investigadores de la Universidad de Warwick detectaron que las ciudades de ese pa铆s con mayores ataques xen贸fobos tambi茅n ten铆an un uso m谩s alto de la plataforma. Con trolls o sin ellos, remachar un mill贸n de veces que la culpa de los recortes es de los inmigrantes, dicho por tanto ignorante ajustado e indignado, ha sido una red excelente para la pesca de AfD. ¡Qu茅 importa que a principios de mes murieran 100 migrantes al cruzar el Mediterr谩neo! ¡Se hubieran quedado a morir de hambre en 脕frica en vez de venir a robar el pan en Sajonia!