OPINI脫N de Javier Madrazo Lav铆n.- Las elecciones del pasado 2 de diciembre en Andaluc铆a supondr谩n, con toda probabilidad, el desalojo del Partido Socialista, despu茅s de 38 a帽os ininterrumpidos de Gobierno. La corrupci贸n y la falta de propuestas que generaran ilusi贸n en su base social han provocado una gran desmovilizaci贸n.
La salida del gobierno deber铆a dar paso a una regeneraci贸n total en este partido, de ideas y de dirigentes, incluidos los cuadros intermedios, si quiere volver a recuperar la confianza de sus votantes tradicionales y de los votantes m谩s j贸venes.
Esta desmovilizaci贸n en la izquierda ha afectado igualmente a Adelante Andaluc铆a que no se ha beneficiado del retroceso del PSOE, perdiendo 3 esca帽os. La suma de Podemos m谩s IU no ha funcionado. Aunque no est谩 claro si los votantes los han perdido ahora o los ten铆an ya perdidos desde las elecciones generales de 26 de junio del 2016 (perdi贸 m谩s de un mill贸n de votos, respecto a las elecciones del 20 de diciembre del 2015).
Nunca un partido tan joven se ha hecho tan viejo en menos tiempo. Ello deber铆a abrir un proceso de reflexi贸n profunda en el conjunto del partido, para analizar las causas de esta tendencia de importante retroceso que, de no remediarlo, seg煤n todas las encuestas, parece que se proyectar谩 hacia las elecciones (municipales, auton贸micas y europeas) del pr贸ximo 26 de mayo. A la vista de los 煤ltimos movimientos, no parece que esa sea la intenci贸n de la direcci贸n. En la derecha parece que cada vez es m谩s claro el reequilibrio de fuerzas entre el partido de Casado y el de Rivera. El PP, aunque satisfecho por mantener el liderazgo en la derecha, aunque por poco margen y con alcanzar, seguramente, la presidencia de la Junta, ve c贸mo pierde fuerza a marchas forzadas.
Pero, sin duda el dato m谩s rese帽able de estas elecciones, ha sido la irrupci贸n, con gran fuerza, de Vox en el Parlamento Andaluz. La extrema derecha entra en Espa帽a por el sur con m谩s de 395.000 votos en Andaluc铆a y suma doce esca帽os en el Parlamento andaluz.
La formaci贸n liderada por Santiago Abascal tiene en sus manos la llave para designar al sustituto de Susana D铆az y podemos dar por seguro, que har谩 valer todo su poder, pensando en las pr贸ximas elecciones europeas, municipales y auton贸micas. Los comicios generales, a煤n sin fecha, tambi茅n son un reto para Vox, que prepara toda su artiller铆a para dar el gran salto al Congreso de los Diputados y Diputadas. Sus oponentes pol铆ticos y los medios de comunicaci贸n les han convertido en protagonistas 煤nicos de la escena pol铆tica espa帽ola. Un error, sin duda alguna, porque se les brinda una publicidad que no merecen, sus ideas y su discurso son contrarios a los principios democr谩ticos y a la convivencia.
Espa帽a, lamentablemente, no puede presumir ya de ser un referente en Europa por su condici贸n de territorio libre de la extrema derecha organizada con presencia institucional. Austria, Alemania, Suecia, Holanda, Grecia, Noruega, Finlandia, Polonia, Hungr铆a, Letonia y Eslovaquia conviven con una extrema derecha consolidada con porcentajes de voto que se sit煤an entre el 15 y el 20%.
Son muchas las causas que pueden estar en el origen de este fen贸meno, pero entre todos ellos cabr铆a destacar tres, comunes a todos los pa铆ses europeos: el desmoronamiento de la clase media, el envejecimiento de la poblaci贸n y el miedo a un futuro incierto que no invita al optimismo y condiciona el pensamiento.
La crisis econ贸mica del a帽o 2008 y la imposici贸n de los recortes sociales como 煤nica receta ante la debacle han tra铆do como consecuencia el empobrecimiento de millones de personas, que han perdido toda esperanza en un futuro mejor y culpan a los responsables pol铆ticos por su incapacidad para resolver sus problemas y atender sus necesidades.
En este contexto, a mucha gente le resulta dif铆cil confiar en un modelo de convivencia que promueve la desigualdad y ampl铆a la brecha entre quienes lo tienen todo y quienes carecen de lo m谩s b谩sico o viven bajo la presi贸n de poder perder el empleo.
La extrema derecha en Espa帽a, como ocurre en Europa, no se nutre solo del voto que a帽ora el franquismo o se considera fascista. Son, en muchos casos, personas frustradas e impotentes ante situaciones que perciben como amenazas. Las formaciones de izquierda tienen la responsabilidad de transmitir empat铆a a quienes se sienten vulnerables y generar un clima de confianza y esperanza, en un futuro mejor y m谩s justo.
Es cierto que debates complejos como la independencia de Catalu帽a, la gesti贸n de la inmigraci贸n, la viabilidad del sistema de pensiones, ahora en cuesti贸n, o la necesaria cohesi贸n social no parecen f谩ciles de resolver. Sin embargo, resulta urgente poner sobre la mesa propuestas sensatas, razonables y consensuadas. Las fuerzas progresistas deben liderar un nuevo ciclo, que solo podr谩n ganar si toman decisiones que les permitan reconectar con la mayor铆a social. Si permanecen pasivas o se muestran a la defensiva contribuir谩n a su fortalecimiento.
Vox encierra muchos peligros. Las personas inmigrantes, las mujeres y los colectivos m谩s desfavorecidos son v铆ctimas de sus pol铆ticas. No es necesario que ocupen puestos de responsabilidad. Est谩n haciendo que PP y Cs haciendo giren a煤n m谩s hacia su derecha. Pero su influencia penetra incluso en fuerzas de izquierda. Est谩 teniendo ya un impacto en la posici贸n del Ejecutivo socialista en funciones, respecto a Catalu帽a o a la inmigraci贸n.
Es urgente que las formaciones que impulsaron la moci贸n de censura contra Mariano Rajoy aparquen la confrontaci贸n permanente. Hay espacio para el di谩logo y el acuerdo. La econom铆a tiene que anteponer el bien com煤n a la acumulaci贸n en pocas manos, debe ser m谩s inclusiva y perseguir como meta una mayor igualdad. Blindar los derechos sociales debe ser una prioridad sin matices de la izquierda; socializar un relato humano sobre la inmigraci贸n y su rol en el desarrollo econ贸mico y el crecimiento, una urgencia.
Hay que ganar a la extrema derecha con hechos convincentes, con argumentos s贸lidos, y no con proclamas incendiarias, que s贸lo la alientan y la alimentan. La ciudadan铆a exige saber que su vida ser谩 mejor cada d铆a; si no recibe garant铆as desde la izquierda, comprar谩 la mercanc铆a averiada que le ofrece la extrema derecha.
Estamos en una encrucijada y no caben atajos. Jos茅 Mujica, expresidente de Uruguay, lo ha dicho en m谩s de una ocasi贸n: «La izquierda se divide por sus ideas mientras que la derecha se une por sus intereses». La alianza en Andaluc铆a entre el Partido Popular, Ciudadanos y Vox le da la raz贸n. Las fuerzas de progreso deben actuar con inteligencia sin equivocarse en un momento hist贸rico, en el que la recuperaci贸n de derechos sociales perdidos, la justicia y la igualdad son el mejor ant铆doto contra el pensamiento ultra.
*javiermadrazo.wordpress.com
La salida del gobierno deber铆a dar paso a una regeneraci贸n total en este partido, de ideas y de dirigentes, incluidos los cuadros intermedios, si quiere volver a recuperar la confianza de sus votantes tradicionales y de los votantes m谩s j贸venes.
Esta desmovilizaci贸n en la izquierda ha afectado igualmente a Adelante Andaluc铆a que no se ha beneficiado del retroceso del PSOE, perdiendo 3 esca帽os. La suma de Podemos m谩s IU no ha funcionado. Aunque no est谩 claro si los votantes los han perdido ahora o los ten铆an ya perdidos desde las elecciones generales de 26 de junio del 2016 (perdi贸 m谩s de un mill贸n de votos, respecto a las elecciones del 20 de diciembre del 2015).
Nunca un partido tan joven se ha hecho tan viejo en menos tiempo. Ello deber铆a abrir un proceso de reflexi贸n profunda en el conjunto del partido, para analizar las causas de esta tendencia de importante retroceso que, de no remediarlo, seg煤n todas las encuestas, parece que se proyectar谩 hacia las elecciones (municipales, auton贸micas y europeas) del pr贸ximo 26 de mayo. A la vista de los 煤ltimos movimientos, no parece que esa sea la intenci贸n de la direcci贸n. En la derecha parece que cada vez es m谩s claro el reequilibrio de fuerzas entre el partido de Casado y el de Rivera. El PP, aunque satisfecho por mantener el liderazgo en la derecha, aunque por poco margen y con alcanzar, seguramente, la presidencia de la Junta, ve c贸mo pierde fuerza a marchas forzadas.
Pero, sin duda el dato m谩s rese帽able de estas elecciones, ha sido la irrupci贸n, con gran fuerza, de Vox en el Parlamento Andaluz. La extrema derecha entra en Espa帽a por el sur con m谩s de 395.000 votos en Andaluc铆a y suma doce esca帽os en el Parlamento andaluz.
La formaci贸n liderada por Santiago Abascal tiene en sus manos la llave para designar al sustituto de Susana D铆az y podemos dar por seguro, que har谩 valer todo su poder, pensando en las pr贸ximas elecciones europeas, municipales y auton贸micas. Los comicios generales, a煤n sin fecha, tambi茅n son un reto para Vox, que prepara toda su artiller铆a para dar el gran salto al Congreso de los Diputados y Diputadas. Sus oponentes pol铆ticos y los medios de comunicaci贸n les han convertido en protagonistas 煤nicos de la escena pol铆tica espa帽ola. Un error, sin duda alguna, porque se les brinda una publicidad que no merecen, sus ideas y su discurso son contrarios a los principios democr谩ticos y a la convivencia.
Espa帽a, lamentablemente, no puede presumir ya de ser un referente en Europa por su condici贸n de territorio libre de la extrema derecha organizada con presencia institucional. Austria, Alemania, Suecia, Holanda, Grecia, Noruega, Finlandia, Polonia, Hungr铆a, Letonia y Eslovaquia conviven con una extrema derecha consolidada con porcentajes de voto que se sit煤an entre el 15 y el 20%.
Son muchas las causas que pueden estar en el origen de este fen贸meno, pero entre todos ellos cabr铆a destacar tres, comunes a todos los pa铆ses europeos: el desmoronamiento de la clase media, el envejecimiento de la poblaci贸n y el miedo a un futuro incierto que no invita al optimismo y condiciona el pensamiento.
La crisis econ贸mica del a帽o 2008 y la imposici贸n de los recortes sociales como 煤nica receta ante la debacle han tra铆do como consecuencia el empobrecimiento de millones de personas, que han perdido toda esperanza en un futuro mejor y culpan a los responsables pol铆ticos por su incapacidad para resolver sus problemas y atender sus necesidades.
En este contexto, a mucha gente le resulta dif铆cil confiar en un modelo de convivencia que promueve la desigualdad y ampl铆a la brecha entre quienes lo tienen todo y quienes carecen de lo m谩s b谩sico o viven bajo la presi贸n de poder perder el empleo.
La extrema derecha en Espa帽a, como ocurre en Europa, no se nutre solo del voto que a帽ora el franquismo o se considera fascista. Son, en muchos casos, personas frustradas e impotentes ante situaciones que perciben como amenazas. Las formaciones de izquierda tienen la responsabilidad de transmitir empat铆a a quienes se sienten vulnerables y generar un clima de confianza y esperanza, en un futuro mejor y m谩s justo.
Es cierto que debates complejos como la independencia de Catalu帽a, la gesti贸n de la inmigraci贸n, la viabilidad del sistema de pensiones, ahora en cuesti贸n, o la necesaria cohesi贸n social no parecen f谩ciles de resolver. Sin embargo, resulta urgente poner sobre la mesa propuestas sensatas, razonables y consensuadas. Las fuerzas progresistas deben liderar un nuevo ciclo, que solo podr谩n ganar si toman decisiones que les permitan reconectar con la mayor铆a social. Si permanecen pasivas o se muestran a la defensiva contribuir谩n a su fortalecimiento.
Vox encierra muchos peligros. Las personas inmigrantes, las mujeres y los colectivos m谩s desfavorecidos son v铆ctimas de sus pol铆ticas. No es necesario que ocupen puestos de responsabilidad. Est谩n haciendo que PP y Cs haciendo giren a煤n m谩s hacia su derecha. Pero su influencia penetra incluso en fuerzas de izquierda. Est谩 teniendo ya un impacto en la posici贸n del Ejecutivo socialista en funciones, respecto a Catalu帽a o a la inmigraci贸n.
Es urgente que las formaciones que impulsaron la moci贸n de censura contra Mariano Rajoy aparquen la confrontaci贸n permanente. Hay espacio para el di谩logo y el acuerdo. La econom铆a tiene que anteponer el bien com煤n a la acumulaci贸n en pocas manos, debe ser m谩s inclusiva y perseguir como meta una mayor igualdad. Blindar los derechos sociales debe ser una prioridad sin matices de la izquierda; socializar un relato humano sobre la inmigraci贸n y su rol en el desarrollo econ贸mico y el crecimiento, una urgencia.
Hay que ganar a la extrema derecha con hechos convincentes, con argumentos s贸lidos, y no con proclamas incendiarias, que s贸lo la alientan y la alimentan. La ciudadan铆a exige saber que su vida ser谩 mejor cada d铆a; si no recibe garant铆as desde la izquierda, comprar谩 la mercanc铆a averiada que le ofrece la extrema derecha.
Estamos en una encrucijada y no caben atajos. Jos茅 Mujica, expresidente de Uruguay, lo ha dicho en m谩s de una ocasi贸n: «La izquierda se divide por sus ideas mientras que la derecha se une por sus intereses». La alianza en Andaluc铆a entre el Partido Popular, Ciudadanos y Vox le da la raz贸n. Las fuerzas de progreso deben actuar con inteligencia sin equivocarse en un momento hist贸rico, en el que la recuperaci贸n de derechos sociales perdidos, la justicia y la igualdad son el mejor ant铆doto contra el pensamiento ultra.