OPINI脫N de Amy Goodman y Denis Moynihan.- El 19 de junio se celebra en Estados Unidos Juneteenth, una conmemoraci贸n de la libertad. El nombre de la celebraci贸n proviene de una combinaci贸n de las dos palabras de la fecha en ingl茅s, 19 y junio. Ese d铆a, en 1865, 250.000 esclavos de Texas fueron liberados por un general del Ej茅rcito de la Uni贸n que hab铆a llegado a Galveston con sus tropas el d铆a anterior. La Guerra Civil hab铆a terminado hac铆a m谩s de un mes, pero la noticia del final de la guerra tard贸 en llegar a algunas partes de Texas. Para fines de 1865, la 13陋 Enmienda de la Constituci贸n fue ratificada, aboliendo formalmente la esclavitud en todo Estados Unidos.
Se trat贸 de una victoria incre铆ble, pero la trayectoria del racismo sist茅mico en Estados Unidos no termin贸 all铆, como bien sabemos. De hecho, el impacto de la esclavitud en la poblaci贸n afroestadounidense actual ha estado en el centro de la escena en Washington D.C. esta semana, donde se realizaron hist贸ricas audiencias y encuentros p煤blicos para debatir, deliberar y organizar acciones en torno a la pobreza de este sector de la poblaci贸n y las reparaciones necesarias, as铆 como para ofrecer panoramas para una naci贸n m谩s justa y equitativa.
El mi茅rcoles, en plena celebraci贸n de Juneteenth, el Comit茅 Judicial de la C谩mara de Representantes celebr贸 una audiencia sobre el proyecto de ley H.R. 40, una ley que propone crear una “comisi贸n para el estudio y el desarrollo de propuestas de reparaci贸n para los afroestadounidenses”. El proyecto de ley fue presentado este a帽o por la congresista dem贸crata Sheila Jackson Lee, de Houston, despu茅s de que el excongresista John Conyers hubiera luchado por el proyecto de ley durante d茅cadas sin 茅xito. Como su nombre lo indica, todo lo que se procura hacer es establecer una comisi贸n para explorar el tema de las reparaciones. Pero la oposici贸n a este proyecto de ley es feroz.
Entre los que dieron testimonio en apoyo a la ley se encontraban el senador Cory Booker, quien patrocina el proyecto de ley complementario en el Senado; el actor y activista Danny Glover; la economista Julianne Malveaux; Katrina Browne, que proviene de una acaudalada familia de traficantes de esclavos de Rhode Island y el escritor Ta-Nehisi Coates. Un art铆culo de Coates de 2014 publicado en la revista The Atlantic, “Argumentos para una reparaci贸n hist贸rica”, reaviv贸 la discusi贸n sobre c贸mo nosotros, como sociedad, debemos reparar el horror de la esclavitud.
El martes, una joven periodista afroestadounidense, Eva McKend, le pregunt贸 al l铆der de la mayor铆a del Senado, Mitch McConnell, si el gobierno deber铆a emitir una disculpa p煤blica por la esclavitud. La respuesta de McConnell fue contundente: “No creo que [otorgar] reparaciones por algo que sucedi贸 hace 150 a帽os, de lo cual ninguno de los que vivimos actualmente somos responsables, sea una buena idea”
Ta-Nehisi Coates abri贸 su testimonio ante el Comit茅 Judicial de la C谩mara de Representantes haciendo referencia a la declaraci贸n de McConnell: “El l铆der de la mayor铆a del Senado, McConnell, ofreci贸 una respuesta familiar. Estados Unidos no debe ser considerado responsable por algo que sucedi贸 hace 150 a帽os, ya que nadie que vive actualmente es responsable. Esta refutaci贸n presenta una extra帽a teor铆a de la gobernanza, seg煤n la cual las cuentas a rendir de Estados Unidos est谩n ligadas de alguna manera a la vida de quienes las generaron. Pero bien entrado el siglo, Estados Unidos todav铆a pagaba pensiones a los descendientes de los soldados de la Guerra Civil. Honramos tratados que datan de unos 200 a帽os atr谩s, a pesar de que ninguna de las personas que firm贸 esos tratados contin煤a con vida. A muchos de nosotros nos encantar铆a que nos cobraran impuestos solo por las cosas de las que somos individualmente responsables. Pero somos ciudadanos estadounidenses y, por lo tanto, estamos unidos en un proyecto colectivo que se extiende m谩s all谩 de nuestro alcance individual y personal. Reconocemos nuestro linaje como una herencia generacional, un legado, y el verdadero dilema que plantean las reparaciones es justo eso: un dilema de legado. Es imposible imaginar a Am茅rica sin el legado de la esclavitud”.
El 19 de junio tambi茅n se realiz贸 otra audiencia particular. La denominada “Campa帽a de los Pobres: un llamado nacional para un renacimiento moral” present贸 ante el Comit茅 de Presupuesto de la C谩mara de Representantes un “presupuesto moral de los pobres”. Dicho presupuesto rechaza las medidas de austeridad y exige recortes masivos en el gasto militar, impuestos justos sobre los acaudalados, las grandes corporaciones y Wall Street, y se帽ala el ahorro de miles de millones m谩s si se pusiera fin a la encarcelaci贸n en masa, se tomaran medidas contra el cambio clim谩tico y otros objetivos progresistas.
La audiencia sobre el presupuesto fue parte de un “Congreso de Acci贸n Moral” de tres d铆as, convocado por la Campa帽a de los Pobres, presidida por el reverendo William Barber y la reverenda Liz Theoharis. Es una renovaci贸n de la Campa帽a de los Pobres lanzada por el Dr. Martin Luther King Jr. en el 煤ltimo a帽o de su vida.
En la audiencia, el Reverendo Barber declar贸: “Resulta tr谩gico que en una sociedad donde nuestro primer deber constitucional es establecer la justicia y promover el bienestar general permitamos la injusticia de la pobreza. El 43,5% de las personas [en Estados Unidos] son pobres o de bajos ingresos, y las personas reunidas aqu铆, que podr铆amos dar una lecci贸n a esta sociedad, nos alejamos de nuestros valores constitucionales y de nuestros valores espirituales, que nos dicen que es peligroso para una naci贸n no aliviar de su situaci贸n a los pobres”.
El pasado lunes, los reverendos fueron anfitriones de un foro de candidatos presidenciales dem贸cratas, con una asistencia de nueve de los aspirantes dem贸cratas a la presidencia. Como apertura de la sesi贸n, que dur贸 seis horas, el reverendo Barber se帽al贸 que la pobreza nunca se hab铆a abordado de manera directa en los debates presidenciales de 2016: “El 43,5% de esta naci贸n, no el 30% ni el 23%, sino casi la mitad de esta naci贸n [vive en la pobreza]. Cualquier naci贸n que ignore a la mitad de su poblaci贸n est谩 en una crisis moral y econ贸mica que es constitucionalmente incoherente, econ贸micamente demencial y moralmente indefendible”.
Para su cr茅dito, el ex vicepresidente Joe Biden fue el primero en hablar. Sin embargo, para sorpresa de muchos, la noche siguiente asisti贸 a un evento de recaudaci贸n de fondos de alto perfil para su propia campa帽a en la ciudad de Nueva York, donde se remont贸 a sus primeras 茅pocas en el Senado y record贸 el “respeto” de los d铆as de anta帽o, cuando trabajaba con dos segregacionistas, los senadores Herman Talmadge y James Eastland. Seg煤n un reporte conjunto, Biden expres贸: “Estuve en un bloque junto con James O. Eastland. 脡l nunca me llam贸 ‘chico’; siempre me llamaba ‘hijo’”. Por supuesto, para Eastland, senador dem贸crata por Mississippi entre 1943 y 1978, la palabra “chico”, as铆 como otras mucho peores, estaba reservada para los afroestadounidenses, a quienes Eastland se refer铆a como una “raza inferior”. Las cr铆ticas que le llovieron a Biden por sus comentarios han sido intensas.
Podemos imaginarnos la alegr铆a que sintieron hombres, mujeres, ni帽os y ni帽as al ser liberados en Galveston, Texas, en ese Juneteenth original, el 19 de junio de 1865. Pero esta semana, en los pasillos del Congreso y en todo Washington D.C., los ecos de sus celebraciones estuvieron presentes en la lucha de tantos por la tan largamente esperada justicia racial y econ贸mica.
© 2019 Amy Goodman
Traducci贸n al espa帽ol del texto en ingl茅s: In茅s Coira. Edici贸n: Mar铆a Eva Blotta y Democracy Now! en espa帽ol, spanish@democracynow.org
Se trat贸 de una victoria incre铆ble, pero la trayectoria del racismo sist茅mico en Estados Unidos no termin贸 all铆, como bien sabemos. De hecho, el impacto de la esclavitud en la poblaci贸n afroestadounidense actual ha estado en el centro de la escena en Washington D.C. esta semana, donde se realizaron hist贸ricas audiencias y encuentros p煤blicos para debatir, deliberar y organizar acciones en torno a la pobreza de este sector de la poblaci贸n y las reparaciones necesarias, as铆 como para ofrecer panoramas para una naci贸n m谩s justa y equitativa.
El mi茅rcoles, en plena celebraci贸n de Juneteenth, el Comit茅 Judicial de la C谩mara de Representantes celebr贸 una audiencia sobre el proyecto de ley H.R. 40, una ley que propone crear una “comisi贸n para el estudio y el desarrollo de propuestas de reparaci贸n para los afroestadounidenses”. El proyecto de ley fue presentado este a帽o por la congresista dem贸crata Sheila Jackson Lee, de Houston, despu茅s de que el excongresista John Conyers hubiera luchado por el proyecto de ley durante d茅cadas sin 茅xito. Como su nombre lo indica, todo lo que se procura hacer es establecer una comisi贸n para explorar el tema de las reparaciones. Pero la oposici贸n a este proyecto de ley es feroz.
Entre los que dieron testimonio en apoyo a la ley se encontraban el senador Cory Booker, quien patrocina el proyecto de ley complementario en el Senado; el actor y activista Danny Glover; la economista Julianne Malveaux; Katrina Browne, que proviene de una acaudalada familia de traficantes de esclavos de Rhode Island y el escritor Ta-Nehisi Coates. Un art铆culo de Coates de 2014 publicado en la revista The Atlantic, “Argumentos para una reparaci贸n hist贸rica”, reaviv贸 la discusi贸n sobre c贸mo nosotros, como sociedad, debemos reparar el horror de la esclavitud.
El martes, una joven periodista afroestadounidense, Eva McKend, le pregunt贸 al l铆der de la mayor铆a del Senado, Mitch McConnell, si el gobierno deber铆a emitir una disculpa p煤blica por la esclavitud. La respuesta de McConnell fue contundente: “No creo que [otorgar] reparaciones por algo que sucedi贸 hace 150 a帽os, de lo cual ninguno de los que vivimos actualmente somos responsables, sea una buena idea”
Ta-Nehisi Coates abri贸 su testimonio ante el Comit茅 Judicial de la C谩mara de Representantes haciendo referencia a la declaraci贸n de McConnell: “El l铆der de la mayor铆a del Senado, McConnell, ofreci贸 una respuesta familiar. Estados Unidos no debe ser considerado responsable por algo que sucedi贸 hace 150 a帽os, ya que nadie que vive actualmente es responsable. Esta refutaci贸n presenta una extra帽a teor铆a de la gobernanza, seg煤n la cual las cuentas a rendir de Estados Unidos est谩n ligadas de alguna manera a la vida de quienes las generaron. Pero bien entrado el siglo, Estados Unidos todav铆a pagaba pensiones a los descendientes de los soldados de la Guerra Civil. Honramos tratados que datan de unos 200 a帽os atr谩s, a pesar de que ninguna de las personas que firm贸 esos tratados contin煤a con vida. A muchos de nosotros nos encantar铆a que nos cobraran impuestos solo por las cosas de las que somos individualmente responsables. Pero somos ciudadanos estadounidenses y, por lo tanto, estamos unidos en un proyecto colectivo que se extiende m谩s all谩 de nuestro alcance individual y personal. Reconocemos nuestro linaje como una herencia generacional, un legado, y el verdadero dilema que plantean las reparaciones es justo eso: un dilema de legado. Es imposible imaginar a Am茅rica sin el legado de la esclavitud”.
El 19 de junio tambi茅n se realiz贸 otra audiencia particular. La denominada “Campa帽a de los Pobres: un llamado nacional para un renacimiento moral” present贸 ante el Comit茅 de Presupuesto de la C谩mara de Representantes un “presupuesto moral de los pobres”. Dicho presupuesto rechaza las medidas de austeridad y exige recortes masivos en el gasto militar, impuestos justos sobre los acaudalados, las grandes corporaciones y Wall Street, y se帽ala el ahorro de miles de millones m谩s si se pusiera fin a la encarcelaci贸n en masa, se tomaran medidas contra el cambio clim谩tico y otros objetivos progresistas.
La audiencia sobre el presupuesto fue parte de un “Congreso de Acci贸n Moral” de tres d铆as, convocado por la Campa帽a de los Pobres, presidida por el reverendo William Barber y la reverenda Liz Theoharis. Es una renovaci贸n de la Campa帽a de los Pobres lanzada por el Dr. Martin Luther King Jr. en el 煤ltimo a帽o de su vida.
En la audiencia, el Reverendo Barber declar贸: “Resulta tr谩gico que en una sociedad donde nuestro primer deber constitucional es establecer la justicia y promover el bienestar general permitamos la injusticia de la pobreza. El 43,5% de las personas [en Estados Unidos] son pobres o de bajos ingresos, y las personas reunidas aqu铆, que podr铆amos dar una lecci贸n a esta sociedad, nos alejamos de nuestros valores constitucionales y de nuestros valores espirituales, que nos dicen que es peligroso para una naci贸n no aliviar de su situaci贸n a los pobres”.
El pasado lunes, los reverendos fueron anfitriones de un foro de candidatos presidenciales dem贸cratas, con una asistencia de nueve de los aspirantes dem贸cratas a la presidencia. Como apertura de la sesi贸n, que dur贸 seis horas, el reverendo Barber se帽al贸 que la pobreza nunca se hab铆a abordado de manera directa en los debates presidenciales de 2016: “El 43,5% de esta naci贸n, no el 30% ni el 23%, sino casi la mitad de esta naci贸n [vive en la pobreza]. Cualquier naci贸n que ignore a la mitad de su poblaci贸n est谩 en una crisis moral y econ贸mica que es constitucionalmente incoherente, econ贸micamente demencial y moralmente indefendible”.
Para su cr茅dito, el ex vicepresidente Joe Biden fue el primero en hablar. Sin embargo, para sorpresa de muchos, la noche siguiente asisti贸 a un evento de recaudaci贸n de fondos de alto perfil para su propia campa帽a en la ciudad de Nueva York, donde se remont贸 a sus primeras 茅pocas en el Senado y record贸 el “respeto” de los d铆as de anta帽o, cuando trabajaba con dos segregacionistas, los senadores Herman Talmadge y James Eastland. Seg煤n un reporte conjunto, Biden expres贸: “Estuve en un bloque junto con James O. Eastland. 脡l nunca me llam贸 ‘chico’; siempre me llamaba ‘hijo’”. Por supuesto, para Eastland, senador dem贸crata por Mississippi entre 1943 y 1978, la palabra “chico”, as铆 como otras mucho peores, estaba reservada para los afroestadounidenses, a quienes Eastland se refer铆a como una “raza inferior”. Las cr铆ticas que le llovieron a Biden por sus comentarios han sido intensas.
Podemos imaginarnos la alegr铆a que sintieron hombres, mujeres, ni帽os y ni帽as al ser liberados en Galveston, Texas, en ese Juneteenth original, el 19 de junio de 1865. Pero esta semana, en los pasillos del Congreso y en todo Washington D.C., los ecos de sus celebraciones estuvieron presentes en la lucha de tantos por la tan largamente esperada justicia racial y econ贸mica.
© 2019 Amy Goodman
Traducci贸n al espa帽ol del texto en ingl茅s: In茅s Coira. Edici贸n: Mar铆a Eva Blotta y Democracy Now! en espa帽ol, spanish@democracynow.org