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Herederos del Tercer Reich. Ucrania, EEUU y los biolaboratorios

Por Arnaldo P茅rez Guerra 

La operaci贸n militar especial de Rusia en Ucrania -que ya cumple dieciocho meses-, desvel贸 adem谩s del nazismo, la trama de biolaboratorios, armas biol贸gicas y experimentos perpetrados por el gobierno de Estados Unidos, sus agencias y empresas extraterritoriales.

Si bien, a煤n posee aristas desconocidas, varias de las denuncias del Ministerio de Defensa de la Federaci贸n Rusa eran conocidas por periodistas e investigadores, y hab铆an sido rese帽adas con escaso o pr谩cticamente nulo eco por diferentes medios de comunicaci贸n.
EEUU apoy贸 laboratorios biol贸gicos militares en Ucrania. Archivo

El gobierno ruso y su inteligencia han seguido monitoreando la actividad biol贸gico-militar, principalmente de Estados Unidos y sus socios, en Ucrania y otras regiones del planeta. Muchas, constituyen pr谩cticas que violan completamente las convenciones sobre armas biol贸gicas y, algunas, son perpetradas bajo estricto secreto y de forma clandestina, ocultando sus verdaderas intenciones, incluso a los pa铆ses donde operan.

Mucho antes, en abril de 2021, Nikol谩i P谩trushev -secretario del Consejo de Seguridad de Rusia-, ya advert铆a que los biolaboratorios estadounidenses se instalaban “por una extra帽a coincidencia”, cerca de las fronteras de Rusia y China, y que se hab铆a detectado “brotes de enfermedades no t铆picas de estas regiones en las 谩reas adyacentes”. Y agregaba: “Nos dicen que estaciones sanitarias y epidemiol贸gicas pac铆ficas operan cerca de nuestras fronteras, pero por alguna raz贸n recuerdan m谩s a Fort Detrick en Maryland, donde los estadounidenses han estado trabajando en el campo de la biolog铆a militar durante d茅cadas”.

Ya no parece coincidencia que los biolaboratorios que se conocen, y que precisamente son financiados por el gobierno de Estados Unidos y/o por sus empresas de “seguridad biol贸gica”, se distribuyan en torno a Rusia, China e Ir谩n.

P谩trushev indic贸 que se est谩 reuniendo “la base probatoria sobre la actividad biol贸gico militar de Estados Unidos en Ucrania”, tras lo cual “todo el mundo civilizado acabar谩 viendo que Estados Unidos se ha convertido en un 'digno' sucesor de las tradiciones del Tercer Reich, donde se practicaban experimentos inhumanos con personas. Ucrania y Estados Unidos fueron los 煤nicos pa铆ses del mundo que votaron en contra de la resoluci贸n de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la lucha contra la glorificaci贸n del nazismo y otras iniciativas similares".

LA IMPLICANCIA DE EEUU

No es un misterio que Ucrania ha servido de reservorio y conejillo de indias tanto para las armas biol贸gicas como para las nuevas formas de guerra ideadas por Estados Unidos y la Organizaci贸n del Tratado del Atl谩ntico Norte (OTAN), y que incluir铆an “producir pat贸genos o enfermedades”, utilizando muestras de personas de las diferentes etnias de Eurasia, muestras que dichos biolaboratorios hab铆an ido recopilado desde hac铆a varios a帽os, sino d茅cadas.

La implicancia del gobierno de Estados Unidos, sus agencias y compa帽铆as es evidente. Incluso se ha reportado que en su propio territorio significativamente aument贸 el n煤mero de laboratorios con niveles de bioseguridad BSL-3+ y BSL-4. Pareciera que una pr贸xima guerra biol贸gica est谩 en ciernes, lamentablemente.

Como bien lo expresara Sergei Lavrov -ministro de Asuntos Exteriores de Rusia-, “adem谩s de los treinta laboratorios biol贸gicos en Ucrania, Estados Unidos ha creado cientos de esos laboratorios en otros pa铆ses. (…) Muchos se establecieron en varios pa铆ses de la antigua Uni贸n Sovi茅tica precisamente a lo largo del per铆metro de las fronteras de Rusia, as铆 como en las fronteras de China y en las de los otros pa铆ses ubicados all铆". Fue el propio gobierno estadounidense quien expres贸 p煤blicamente que “dirige” unos 336 biolaboratorios en treinta pa铆ses. Sin embargo, los contratos hallados por el ej茅rcito ruso en Ucrania sugieren que firm贸 contratos similares a los de Ucrania con al menos cuarenta y nueve pa铆ses.

Hoy se sabe que el Departamento de Defensa norteamericano se puso en ‎contacto con autoridades ucranianas desde la disoluci贸n de la Uni贸n Sovi茅tica, y que entre 2005 y 2014 tom贸 el control de los biolaboratorios ‎ucranianos, construyendo otros ocho m谩s. ‎

A partir de 2016, Ucrania realiz贸 investigaciones sobre armas biol贸gicas en los biolaboratorios ‎construidos por la Agencia de Reducci贸n de Amenazas para la Defensa (DTRA) -del Departamento de Defensa estadounidense- y bajo el control de esa agencia. ‎Rosemont ‎Seneca Technology Partners (RSTP), filial de Rosemont Capital, fundada el 2009 por Hunter Biden -hijo del hoy presidente de Estados Unidos ‎Joe Biden-, y por Christopher Heinz -hijo pol铆tico del ex secretario de Estado John Kerry-, serv铆a de enlace entre el Departamento de Defensa de ‎Estados Unidos y el Ministerio de Sanidad de Ucrania.

Fue la propia subsecretaria de Estado de Estados Unidos Victoria Nuland quien reconoci贸, ante la comisi贸n del Senado ‎estadounidense para las Relaciones Exteriores, la implicaci贸n de su gobierno en las investigaciones biol贸gicas en Ucrania, “tan peligrosas que Washington tem铆a que ese material ‎biol贸gico llegara a caer ‘en manos de las fuerzas rusas’”, se帽ala el investigador y analista Thierry Meyssan, fundador y director de la web Red Voltaire. “No es un misterio que el Departamento de Defensa puso ‎en manos de Ucrania la tarea de realizar investigaciones prohibidas por la Convenci贸n sobre la ‎Prohibici贸n de las Armas Biol贸gicas”, agrega.

Los “experimentos” eran realizados ‎a pedido del Centro Nacional de Inteligencia M茅dica de ‎Estados Unidos a trav茅s de la DTRA y de la compa帽铆a de Biden y Kerry junior, RSTP. ‎No es posible desconocer las implicancias de la elite norteamericana en la trama de los biolaboratorios.

Se sabe que los “resultados de las investigaciones” se enviaban a los biolaboratorios militares ‎estadounidenses de Fort Detrick, “que siempre han tenido un papel protag贸nico en los programas ‎de armas biol贸gicas de Estados Unidos”, advierte Meyssan.

‎Aunque las Naciones Unidas afirman que Estados Unidos siempre ha presentado informes sobre sus actividades ‎biol贸gicas, conforme a lo que establece la Convenci贸n sobre la Prohibici贸n de las Armas Biol贸gicas, Ucrania ‎nunca lo hizo.

“Estados Unidos se comprometi贸 -en 2016- a poner en manos del gobierno ucraniano ‎armamento suficiente como para librar y ganar una guerra contra Rusia. Con ese objetivo, el ‎Departamento de Defensa organiz贸 en Ucrania un programa de investigaciones biol贸gicas con fines militares y adem谩s envi贸 secretamente a Kiev ‎cantidades enormes de material nuclear. (…) Tres a帽os despu茅s, el 5 de septiembre de 2019, la RAND Corporation organizaba una reuni贸n en la ‎C谩mara de Representantes de Estados Unidos para explicar su plan, consistente en debilitar a ‎Rusia oblig谩ndola a desplegarse simult谩neamente en Kazajast谩n, Ucrania y finalmente en ‎Transnistria.‎ El Estado ucraniano inici贸 varios programas militares secretos en 2014. El primero y m谩s ‎conocido de todos es su colaboraci贸n con el Departamento de Defensa estadounidense en m谩s de treinta biolaboratorios diferentes”, dice Meyssan.

QUI脡NES EST脕N DETR脕S ‎

Nadie puede desconocer hoy que el programa biol贸gico militar del Pent谩gono en Ucrania fue financiado por compa帽铆as y estructuras vinculadas al hijo del actual presidente Biden -en ese entonces, vicepresidente de la administraci贸n de Barack Obama-, lo que ha sido demostrado por los peri贸dicos The New York Post y The Daily Mail. En 2014, Hunter Biden era parte del consejo de administraci贸n de la empresa energ茅tica ucraniana Burisma Holdings. Y fue p煤blico que se denunciaron sus “esc谩ndalos de corrupci贸n”, y en 2016, Biden padre exigi贸 la “destituci贸n del fiscal general ucraniano Viktor Shokin”, que estaba investigando las malas pr谩cticas de Burisma y Biden junior. Hoy se sabe que los intereses econ贸micos de Biden no estaban puestos solo en el gas o el petr贸leo, sino tambi茅n en “desarrollos militares secretos”.

“The New York Post y The Daily Mail confirmaron la acusaci贸n rusa de que Hunter Biden estuvo involucrado en la financiaci贸n de laboratorios biol贸gicos estadounidenses secretos en Ucrania. 脡l, seg煤n correos electr贸nicos y cartas obtenidas de su computadora port谩til -la autenticidad de esta fue confirmada recientemente por el New York Times-, ayud贸 a la compa帽铆a m茅dica Metabiota a concluir un contrato multimillonario con el gobierno de Estados Unidos. Metabiota prest贸 servicios a Black & Veatch, otra contratista del Pent谩gono que construy贸 una serie de biolaboratorios en Ucrania para ‘estudiar agentes infecciosos o toxinas que pueden transmitirse por el aire y causar infecciones potencialmente mortales’”, inform贸 Misi贸n Verdad, portal web de Venezuela.

Biden junior y sus socios invirtieron US$ 500.000 en Metabiota a trav茅s de RSTP, empresa que canaliz贸 miles de millones de d贸lares. Y reuni贸 a representantes de Metabiota y de Burisma para “implementar un proyecto cient铆fico” que involucraba a los biolaboratorios en Ucrania.

Al menos tres biolaboratorios extranjeros que operan en dicho pa铆s est谩n vinculados estrechamente al Pent谩gono: Metabiota Inc., Black & Veatch y Southern Research Institute (SRI). Y lideran proyectos federales de investigaci贸n biol贸gica para otras agencias gubernamentales estadounidenses como la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Los biolaboratorios son manejados por el programa militar de la DTRA, y el personal civil de estas empresas privadas “puede operar en nombre del gobierno estadounidense bajo cobertura diplom谩tica”, como lo revel贸 la periodista b煤lgara Dilyana Gaytandzhieva.

Gaytandzhieva hab铆a divulgado documentos que la embajada de Estados Unidos en Ucrania elimin贸 de su web, y que implicaban al gobierno norteamericano en el financiamiento de al menos once biolaboratorios en Ucrania a trav茅s de la DTRA. Por sus reportajes, Dilyana Gaytandzhieva fue perseguida y acusada de propagar “noticias falsas”. Pero sus investigaciones expusieron que Ucrania no pose铆a ning煤n control sobre los biolaboratorios militares en su propio territorio. Y advert铆a que el acuerdo alcanzado en 2005 entre el Departamento de Defensa y el Ministerio de Sanidad de Ucrania prohib铆a al gobierno ucraniano revelar p煤blicamente informaci贸n sensible sobre el mencionado programa y le obligaba a transferir pat贸genos peligrosos para la investigaci贸n biol贸gica al Pent谩gono, ente que tuvo acceso a secretos de Estado de Ucrania. Gaytandzhieva explic贸 que los biolaboratorios militares fueron gestionados por contratistas estadounidenses como el SRI, Black & Veatch Special Project Corp., CH2M Hill, y Metabiota, y que pose铆an proyectos sobre “c贸lera, gripe y zika, todos ellos pat贸genos de importancia militar para el Pent谩gono”.

Dilyana Gaytandzhieva afirma que “el Pent谩gono ha llevado a cabo experimentos biol贸gicos con un resultado potencialmente letal en 4.400 soldados en Ucrania y otros mil en Georgia”. Y rese帽贸, adem谩s, casos de gripe H1N1 en 2016; hepatitis A en 2017 y 2018 -infecci贸n altamente sospechosa que se expandi贸 r谩pidamente en pocos meses por el sureste de Ucrania, donde se encuentran la mayor铆a de los biolaboratorios del Pent谩gono-; c贸lera en 2014 en Rusia con una alta similitud gen茅tica con cepas reportadas en Ucrania desde 2011; y botulismo -en 2016 y 2017-, cuando las autoridades reportaron que la causa del brote fue una intoxicaci贸n alimentaria sobre la que la polic铆a inici贸 una investigaci贸n.

Los biolaboratorios del Pent谩gono en Ucrania estaban entre los principales sospechosos, ya que la toxina botul铆nica es uno de los agentes bioterroristas que ya se han producido en una instalaci贸n de armas biol贸gicas del Pent谩gono en Estados Unidos.

En un documento de 2012, sacado de l铆nea, pero detallado por Gaytandzhieva en su investigaci贸n, se afirma que la Divisi贸n de Ciencias de la Vida (LSD) del Campo de Pruebas de Dugway produce y prueba bioagentes aerosolizados en la Instalaci贸n de Pruebas de Ciencias de la Vida Lothar Saloman (LSTF).

“Los acuerdos entre Estados Unidos y Ucrania, y entre Estados Unidos y Georgia, divulgados, ‘eximen de responsabilidades civiles o penales’ a los cient铆ficos estadounidenses que participan en el desarrollo de armas biol贸gicas”, se帽ala Gaytandzhieva. Y agrega: “No se responsabilizar铆an ni emprender铆an acciones legales e indemnizar铆an a Estados Unidos y a su personal, contratistas y personal de los contratistas, por los da帽os a la propiedad, o por la muerte o lesiones de cualquier persona en Georgia y Ucrania, que se produzcan como consecuencia de las actividades realizadas en el marco de estos Acuerdos. Si los cient铆ficos patrocinados por la DTRA causan muertes o lesiones a la poblaci贸n local, no se les podr谩 exigir responsabilidades”.

Gaytandzhieva public贸, adem谩s, documentos de la DTRA que confirman el financiamiento a investigaciones biol贸gicas en Ucrania, bajo la tutela de la empresa estadounidense Black & Veatch. La agencia estadounidense asign贸 US$ 80 millones en 2020. Por su parte, CH2M Hill se adjudic贸 un contrato de US$ 22,8 millones para el equipamiento de dos nuevos biolaboratorios en Ucrania. “El acceso a los biolaboratorios estaba prohibido a las supervisiones de expertos independientes”, dice Gaytandzhieva, quien public贸 una carta filtrada del Ministerio de Sanidad de Ucrania cuando se les neg贸 el acceso a los cient铆ficos de la revista Problems of innovation and investment development.

Metabiota se exhibe como una empresa especializada en la “identificaci贸n, seguimiento y an谩lisis de posibles brotes de enfermedades”, y recibi贸 entre 2012 y 2015 US$ 3,1 millones por su desempe帽o en Sierra Leona, uno de los pa铆ses m谩s afectados por el 茅bola. Adem谩s, en 2014 firm贸 un contrato federal de US$ 18,4 millones como subcontratista de Black & Veatch, precisamente en Georgia y Ucrania. Y tambi茅n estuvo vinculada al Instituto de Virolog铆a de Wuhan, a trav茅s del proyecto PREDICT, del programa Amenazas Pand茅micas Emergentes de la USAID. Tambi茅n ese mismo a帽o, el Instituto de Virolog铆a de Wuhan public贸 junto a Metabiota y EcoHealth Alliance un estudio colaborativo sobre la transmisi贸n de enfermedades infecciosas de los murci茅lagos en China. Y EcoHealth Alliance y Metabiota trabajaron en investigaciones que relacionan los brotes de enfermedades infecciosas con el comercio de animales salvajes. Adem谩s, Black & Veatch firm贸 un contrato con DTRA por US$ 198,7 millones para crear y equipar bi贸logos precisamente en Ucrania, pero tambi茅n en Armenia, Alemania, Azerbaiy谩n, Camer煤n, Etiop铆a, Tailandia, y Vietnam. Black & Veatch es un holding especializado en miner铆a, banca, mercados financieros, centros de datos y ciudades inteligentes, y siempre ha estado ligado al sector militar y a agencias de inteligencia. En 2020, Black & Veatch obtuvo ganancias por US$ 3.700 millones y se posicion贸 como la s茅ptima mayor empresa de Estados Unidos. Desde 2008, SRI es el principal subcontratista del programa ucraniano. Fundada como organizaci贸n sin 谩nimos de lucro en 1941, hace setenta a帽os trabaja en investigaciones militares, y entre 1951 y 1962 firm贸 diecis茅is contratos con el Programa de Armas Biol贸gicas de Estados Unidos. Adem谩s, en 2001, fue subcontratista del proyecto militar sobre la investigaci贸n del 谩ntrax.

Unos quince biolaboratorios en Ucrania son financiados por la DTRA. “Los laboratorios biol贸gicos estadounidenses financiados por la DTRA en el marco de un programa militar de US$ 2.100 millones (PDF), el Programa de Compromiso Biol贸gico Cooperativo (CBEP) est谩n situados en otro pa铆s de la antigua Uni贸n Sovi茅tica como Georgia pero tambi茅n en Oriente Medio, Sudeste Asi谩tico y 脕frica mediante acuerdos bilaterales en los que es corto el alcance legal de organismos multilaterales. En el caso ucraniano est谩 la creaci贸n del Centro de Ciencia y Tecnolog铆a de Ucrania (STCU), una organizaci贸n internacional financiada principalmente por Estados Unidos a la que se ha concedido estatus diplom谩tico y que apoya oficialmente proyectos de cient铆ficos anteriormente implicados en el programa sovi茅tico de armas biol贸gicas. En los 煤ltimos veinte a帽os, la STCU ha invertido m谩s de US$ 285 millones en la financiaci贸n y gesti贸n de unos 1.850 proyectos de cient铆ficos que anteriormente trabajaron en el desarrollo de armas de destrucci贸n masiva mientras que el personal estadounidense en Ucrania trabaja bajo cobertura diplom谩tica y es indemnizado por las muertes y lesiones de la poblaci贸n local”, public贸 Misi贸n Verdad.

Se sabe que el Instituto de Investigaciones Walter Reed, dependiente del ej茅rcito de Estados Unidos, se encargaba de “proyectos biol贸gico-militares” denominados "UP-1" y "UP-2", y que acopi贸 materiales entre 2014 y 2020, en pleno apogeo de la agresi贸n ucraniana contra el Donb谩ss. Dicho instituto posee filiales “con laboratorios de alto nivel de bioseguridad y con capacidad para trabajar con pat贸genos peligrosos”, advirti贸 el Ministerio de Defensa de la Federaci贸n Rusa, y agrega que “una de sus filiales est谩 en Tailandia y posee capacidad para transportar cepas en Nepal, Camboya y Filipinas, las que cooperan a su vez con doce pa铆ses m谩s en el sudeste de Asia”.

Existe, adem谩s, una red de “filiales” dependientes del Centro Cient铆fico M茅dico de las Fuerzas Navales de Estados Unidos, y sus laboratorios “subordinados” realizan trabajos con pat贸genos en 脕frica, Asia y Am茅rica Latina. De acuerdo con la inteligencia rusa, estas ramificaciones le permiten “obtener el acceso a las versiones de pat贸genos epid茅micamente importantes, las que son agentes potenciales de armas biol贸gicas. Las fiebres de marburgo y 茅bola, la malaria y la fiebre del valle del Rift son algunas”. Pero el Pent谩gono y el gobierno de Estados Unidos han debido cambiar algunas de sus t谩cticas organizando “trabajos de ‘doble uso’ a fin de camuflar estas actividades”. Se sabe que patrocinan estos trabajos en Sierra Leona, Rep煤blica Democr谩tica del Congo y Camer煤n financiados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevenci贸n de Enfermedades, y la USAID.

Seg煤n Red Voltaire, en los a帽os ‘80 el Instituto de Investigaci贸n M茅dica de Enfermedades Infecciosas del Ej茅rcito de los Estados Unidos disemin贸 en suelo estadounidense, espec铆ficamente en el estado de Georgia, el mosquito aedes aegypti, transmisor del dengue, la chikungu帽a y el virus del zika. ‎Hoy en d铆a la Agencia de Proyectos de Investigaci贸n Avanzados de Defensa (DARPA) de Estados Unidos “realiza ‎investigaciones sobre lo que denomina ‘insectos aliados’. ‎Oficialmente, esa agencia del Pent谩gono trata de transformar insectos normales en ciborg, ‎o sea en criaturas que son una combinaci贸n de organismos biol贸gicos y dispositivos cibern茅ticos que modificar铆an gen茅ticamente las plantas de cultivo, supuestamente para que aumenten ‎su rendimiento. ‎Pero, de manera no oficial, podr铆a tratarse de alcanzar el objetivo contrario, o sea esterilizar las ‎plantaciones de los pa铆ses enemigos y provocar as铆 hambrunas, como advirti贸 en 2018 la revista ‎especializada Science”. ‎

ADVERTENCIAS RUSAS

Tras la operaci贸n militar especial, se descubri贸 que el Instituto de Medicina Veterinaria de J谩rkov participaba de los proyectos biol贸gico-militares estadounidenses en Ucrania “UP-8” y “P-444”, “estudiando las rutas de p谩jaros migratorios”, y que, adem谩s, “se tomaban y se transfer铆an al extranjero las cepas del virus de la gripe aviar que tienen un alto potencial epid茅mico y son capaces de superar la barrera entre especies”. Actualmente, se cree que lo que pretend铆an los estadounidenses y sus colaboradores era “empeorar la situaci贸n epizootia en el territorio de la Federaci贸n Rusa”. Las autoridades rusas denuncian, adem谩s, que la muerte masiva de p谩jaros en la reserva de la bi贸sfera de Askania-Nova en la regi贸n de Jers贸n, habr铆a sido “provocada con el descuido de las normas de bioseguridad”. La posibilidad cierta de accidentes o las deliberadas emisiones indiscriminadas de pat贸genos y enfermedades inusuales al medioambiente explicar铆an uno de los porqu茅s del gobierno norteamericano para operar biolaboratorios en el extranjero.

Igor Kirilov, jefe de las tropas de Protecci贸n Nuclear, Biol贸gica y Qu铆mica de las Fuerzas Armadas de la Federaci贸n Rusa, detall贸 en una de sus tantas intervenciones ante la prensa, la existencia de m谩s de treinta biolaboratorios en ex pa铆ses sovi茅ticos, “para supuesta investigaci贸n cient铆fica e investigaciones sanitario-epidemiol贸gicas (…) con el pretexto de probar agentes para el tratamiento y la prevenci贸n de la infecci贸n por coronavirus, algunos miles de muestras de suero tomadas de las personas infectadas que se refieren a la etnia eslava han sido transportadas desde Ucrania al Instituto de Investigaci贸n del Ej茅rcito Walter Reed…”. Y agreg贸 que “la actividad de los biolaboratorios en Ucrania, espec铆ficamente, ha provocado un aumento inmanejable de riesgos econ贸micamente peligrosos relacionados con un aumento de casos de rubeola, difteria, tuberculosis, sarampi贸n, c贸lera, botulismo, poliomielitis, hepatitis A y gripe”.

Por su parte, 脥gor Konash茅nkov, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, expres贸 que “Estados Unidos ha venido realizando trabajos para potenciar las propiedades pat贸genas de microorganismos con el uso de m茅todos de biolog铆a sint茅tica junto al gobierno ucraniano”. Y corri贸 el velo acerca de que muchos de esos pat贸genos peligrosos, “que eran evidencias de un programa de desarrollo de armas biol贸gicas financiado por el Pent谩gono a trav茅s del Departamento de Defensa de Estados Unidos, fueron destruidos precipitadamente en esos laboratorios (…). Recibimos documentaci贸n de empleados de biolaboratorios ucranianos sobre la destrucci贸n con car谩cter de emergencia -el 24 de febrero de 2022-, de pat贸genos especialmente peligrosos de peste, 谩ntrax, tularemia, c贸lera y otras enfermedades mortales". Su “precipitada destrucci贸n” y lo que se cree, sin los debidos resguardos de bioseguridad, solo demuestran que el gobierno estadounidense nunca quiso que se supiera la verdad: qu茅 estaban realmente experimentando, porqu茅 y con qu茅 fin. “Para que no saliera a la luz que Washington y Kiev violan la Convenci贸n sobre armas biol贸gicas, el Ministerio de Sanidad de Ucrania emiti贸 una directiva para la eliminaci贸n con car谩cter de emergencia de las reservas de pat贸genos peligrosos almacenados", denunci贸 Konash茅nkov.

Seg煤n Kirillov, Estados Unidos financi贸 biolaboratorios en Kiev, Lvov, Odessa, y Kharkov, otorgando US$ 32 millones, con el fin de "estudiar" los pat贸genos de la fiebre hemorr谩gica de Crimea-Congo, la leptospirosis y los hantavirus. “Su uso puede disfrazarse de brotes naturales de enfermedades. Se han identificado seis familias de virus -incluidos los coronavirus- y tres tipos de bacterias pat贸genas -agentes causantes de peste, brucelosis y leptospirosis- que tienen caracter铆sticas aptas para contagiar a personas desde animales. Incluso, se realizaron investigaciones sobre la transmisi贸n de enfermedades a trav茅s de murci茅lagos. (…) Existe una serie de documentos que confirman la transferencia de muestras biol贸gicas tomadas en Ucrania al territorio de terceros pa铆ses, incluidos Alemania, Gran Breta帽a y Georgia. (…) La transmisi贸n de la influenza aviar altamente pat贸gena por aves silvestres se estudi贸 en el Instituto de Medicina Veterinaria de Kharkiv. (…) Y se confirm贸 el traslado de cinco mil muestras de suero sangu铆neo tomadas de residentes ucranianos al centro Richard Lugar respaldado por el Pent谩gono en Tbilisi, Georgia. Se transfirieron otros 773 ensayos al Reino Unido, mientras que se firm贸 un acuerdo para transferir ‘cantidades ilimitadas’ de suministros infecciosos al Instituto Friedrich Loeffler, el principal centro de enfermedades animales de Alemania”.

Se sabe que el Pent谩gono est谩 reubicando y transportando a otros pa铆ses contenedores y elementos restantes del programa ‎estadounidense de investigaciones biol贸gicas de car谩cter militar que hab铆a apostado en Ucrania. ‎Y el Ministerio de Defensa de la Federaci贸n Rusa denunci贸 la ‎realizaci贸n de “experimentos biol贸gicos sobre enfermos mentales ucranianos”, cometidos en el Hospital Psiqui谩trico N潞 1, en Strelechye, Jarkov, y que se utiliz贸 un ‎agente pat贸geno para diseminar la tuberculosis entre los pobladores de ‎Slavianoserbsk, en la Rep煤blica Popular de Lugansk. ‎

“Los biolaboratorios realizaban experimentos extremadamente peligrosos para ‎reforzar las propiedades pat贸genas de la peste, el 谩ntrax, la tuleramia, el c贸lera y otras ‎enfermedades mortales recurriendo a la biolog铆a de s铆ntesis. Otro proyecto desarrollado en los ‎biolaboratorios de Estados Unidos en Ucrania ten铆a que ver con el uso del murci茅lago con fines ‎militares como agente transmisor de enfermedades como la peste, la leptospirosis, la brucelosis y ‎la propagaci贸n de filovirus y de coronavirus. (…) Los gobiernos occidentales parecen ver como algo normal que ‎ciertos Estados coleccionen agentes pat贸genos para ‘estudiarlos’… sin que eso signifique que ‎vayan a utilizarlos para fabricar armas biol贸gicas. (…) Ahora nos dicen que la Organizaci贸n para la ‎Seguridad y la Cooperaci贸n en Europa (OSCE) vigila los laboratorios ucranianos. Lo cierto es que ‎nada de lo que han dicho permite justificar las declaraciones de la se帽ora Victoria Nuland ni permite ‎entender cat谩strofes como la epidemia de fiebre porcina que cost贸 la vida a veinte soldados ‎ucranianos -en enero de 2016- mientras que otros doscientos tuvieron que ser hospitalizados. El embajador de Rusia ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, denunci贸 ‎tambi茅n la realizaci贸n de investigaciones sobre la transmisi贸n de enfermedades peligrosas para la ‎vida humana a trav茅s de ectopar谩sitos, y puso tambi茅n sobre la mesa una grave ‎interrogante sobre las miles de muestras sangu铆neas de pacientes de origen eslavo que Ucrania ‎envi贸 al Instituto de Investigaci贸n Walter Reed del ej茅rcito estadounidense. Nebenzia ‎record贸 seguidamente el ‘Project Coast’, un programa de investigaciones biol贸gicas realizadas ‎en los a帽os ‘80 por el doctor Wouter Basson para el r茅gimen sudafricano del apartheid y para ‎Israel sobre la posibilidad de desarrollar medios qu铆micos o biol贸gicos que afectaran ‎espec铆ficamente a ciertos grupos 茅tnicos -en tiempos del doctor Basson se trataba ‎liquidar poblaciones negras y 谩rabes”, advierte Thierry Meyssan. ‎

Tras la operaci贸n militar especial, Rusia afirma haber destruido contenedores hallados en veintis茅is de los biolaboratorios en Ucrania. “Posteriormente (Rusia) invit贸 a sus aliados de la Organizaci贸n del ‎Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) a mantener bajo la m谩s estrecha vigilancia los acuerdos ‎que pudieran haber concluido con Estados Unidos -Armenia y Kazajast谩n pusieron fin a esas ‎investigaciones. Finalmente, todos los pa铆ses miembros de la OTSC han prohibido que el personal ‎militar extranjero tenga acceso a sus laboratorios. (…) ‎El director del Organismo Internacional de la Energ铆a At贸mica (OIEA), ‎Rafael Grossi, revel贸 que Ucrania dispone de enormes cantidades de plutonio y de ‎uranio enriquecido. Seg煤n Grossi, Ucrania hab铆a acumulado en la central ‎nuclear de Zaporijia treinta toneladas de plutonio y cuarenta toneladas de uranio enriquecido”, public贸 Red Voltaire. ‎

Para Thierry Meyssan, “el estado mayor ruso atac贸 inicialmente a trav茅s de todas las fronteras posibles: desde Crimea, ‎desde Rostov, desde Belgorod, desde Kursk y desde Bielorrusia. De esa manera, las fuerzas ‎armadas ucranianas no sab铆an d贸nde concentrarse. En medio de ese aparente desorden ‎ofensivo, las fuerzas rusas destruyeron las defensas antia茅reas ucranianas y avanzaron ‎r谩pidamente sobre la central nuclear de Zaporijia -la m谩s grande de Europa-, donde ocuparon las ‎reservas ilegales de uranio y de plutonio all铆 almacenadas, y sobre varios biolaboratorios militares, ‎donde destruyeron contenedores de agentes pat贸genos y otros tipos de armas biol贸gicas”.

Por su parte, seg煤n 脥gor Konashenkov, documentos encontrados en los biolaboratorios militares estadounidenses en Ucrania ‎demuestran que “el Departamento de Defensa de Estados Unidos realiz贸 all铆 trabajos sobre los ‎agentes pat贸genos de p谩jaros, murci茅lagos y reptiles, con una nueva transici贸n hacia el estudio de ‎la posibilidad de transportar la peste porcina africana y el 谩ntrax. (…) Tambi茅n se hicieron experimentos con muestras de coronavirus de murci茅lago”.

No se debe olvidar que, en 2020, tras la aparici贸n de la “pandemia” de coronavirus, fue el ministerio de Relaciones Exteriores de la Rep煤blica Popular de China quien solicit贸 p煤blicamente que ‎se investigara el posible papel del laboratorio militar estadounidense de Fort Detrick en la ‎epidemia de COVID-19.

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