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Elefantiasis

Samuel Schmidt

Cuando los neoliberales encontraban una falla sist茅mica creaban una instituci贸n en lugar de corregir la falla, de esa manera la falla segu铆a pero se generaba un discurso pol铆tico que mostraba a un gobierno que hac铆a sin hacer y dispuesto a atender los grandes problemas.
El discurso iba mucho m谩s all谩, se le colgaba el apelativo de aut贸nomo a la instituci贸n para decir que no depend铆a del gobierno y la nueva instituci贸n gozaba de vida propia, aunque negociaba presupuesto y prebendas con el gobierno.

Las nuevas instituciones empezaban a crecer de manera acelerada, reclamaban instalaciones hasta incluir la construcci贸n de magnos edificios. La burocracia ten铆a que ser dorada para recompensar adecuadamente a los ciudadanos que se sacrificaban para salvar las fallas estructurales, lo que por supuesto iba acompa帽ado con los beneficios apropiados: asesores que los ayudaran a pensar y en algunos casos que les escribieran sus libros, veh铆culos, ch贸feres, gasolina, gastos de comida en muchos casos sin l铆mite, lo que fue una bonanza para ciertos restaurantes de lujo, servicio de tintorer铆a, primas de riesgo y de otro tipo, mega aguinaldos, seguro m茅dico especial, porque sus se帽or铆as como empleados del Estado no pod铆an rebajarse a hacer cola en un hospital como cualquier trabajador del Estado, viajes porque ten铆an que llevar su sabidur铆a al mundo y hasta ni帽eras como sucede con la Suprema Corte, esta instancia no la crearon los neoliberales pero aprovecharon el viaje para vivir igual o mejor que la nobleza de las otras instituciones.

Por supuesto que mientras m谩s crec铆an se abr铆an muchas oportunidades de negocios de los que nunca se informaban porque nadie deb铆a invadir su autonom铆a.
Pienso por ejemplo en la concesi贸n para hacer las credenciales de elector, si m谩s de cien millones pueden votar, alguien fue el agraciado para hacerlas, y como les pusieron vigencia, entonces hay negocio para reemplazarlas.

Para las elecciones de 2024 renovaron 981 veh铆culos, alguien result贸 afortunado.

Luego piense en el papel, l谩pices, material de oficina y por supuesto las computadoras. Ya se que mucho se concursa pero tambi茅n se que muchos concursos se ama帽an.

La an茅cdota dice que cuando se compraron los equipos de Enciclomedia, un proveedor que no sali贸 afortunado empez贸 a escandalizar, para taparle la boca le compraron unos cuantos miles de computadoras.

Hab铆a varios problemas creados con la creaci贸n de los elefantes.

El INE por ejemplo, sus consejeros se repart铆an entre los partidos pol铆ticos, de tal manera que pudieran negociar sus intereses de manera apropiada. La presidencia del Zar C贸rdova se negoci贸 en Los Pinos con el presidente, seguramente ah铆 le aseguraron que seguir铆a siendo aut贸nomo. Creci贸 tanto el INE que al Zar le dio ganas de construir otro edificio, ¿qui茅n se iba a llevar una tajadota con ese proyecto?, porque ah铆 nada era modesto, todo era elefanti谩sico.

El INE pas贸 de ser una instituci贸n que organizara elecciones y contara votos, a sentirse el ministerio de la democracia. Empezaron a financiar estudios (usualmente a sus cuates), imprimieron libros, organizaron grandes coloquios y llevaron la verdad de la democracia mexicana al orbe. Nunca dijeron que los caciques segu铆an controlando elecciones. dijeron que no era problem谩tico el dinero ilegal en las campa帽as electorales, y voltearon la mirada para no ver el gran negocio que son las elecciones, ya que se compran y venden candidaturas, ropa, alimento, art铆culos electrodom茅sticos y hasta tinacos y se rentan sillas, lonas, veh铆culos para “movilizar” votantes. El INE era una suerte de wash and wear ante el tremendo lavado de dinero que son las elecciones.

Pero el ministerio de la democracia no creo cultura democr谩tica, al contrario, los jefes se involucraron en la lucha contra el jefe de Estado. Si se hubiera creado esa cultura hoy los pol铆ticos aceptar铆an ganar o perder, pero no es as铆.

Un caso es la delegaci贸n Cuauht茅moc en la CDMX donde hay una batalla para recontar votos, m茅todo democr谩tico cuando hay duda.

Otro caso es la demanda trivial de la derecha que reclama que hay sobre representaci贸n en el poder legislativo cuando no la hay. Ya les explicaron en que consiste esta seg煤n la constituci贸n, porque cualquier cosa hay que incluirla en la constituci贸n, pero la derecha derrotada electoralmente, necesita ox铆geno para seguir sobreviviendo y que a sus “intelectuales” les sigan pagando para que trivialicen los temas pol铆ticos.

Ya hablaremos del INAI, de la COFECE, la CRE, y de otras siglas que han sido bot铆n pol铆tico, y no obstante las fortunas que se ha gastado en ellas han cambiado muy poco las cosas que se supone deb铆an reparar.

Mientras tanto, los temas sensibles se desatienden, por ejemplo que un ministro de la Suprema Corte esconda un expediente para que un oligarca no pague impuestos, que la sociedad carezca de medios de queja para que los protejan y tenga que recurrir a cerrar calles y carreteras cuando los esquilman con sus terrenos para obra p煤blica, o porque atropellan a una persona. Pero esos temas son muy chiquitos como para que los atiendan los elefantes.

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