En la Franja de Gaza, se está desencadenando el peor de los escenarios que podíamos imaginar: los indicadores de alimentación y nutrición alcanzan niveles alarmantes, superando en algunas partes del territorio dos de los tres umbrales de hambruna. Las imágenes son desgarradoras, de auténtica desesperación de padres y madres que sufren por ver a sus hijos apagarse poco a poco. Nos dejan sin palabras.
El riesgo de hambruna es un hecho, según el sistema de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF). Desde UNICEF advertimos: se agota el tiempo para organizar una respuesta humanitaria a gran escala.
Miles de niños y niñas con desnutrición aguda grave
En julio de 2025, más de 320.000 niños y niñas –la población total de menores de cinco años de la Franja de Gaza– están en riesgo de sufrir desnutrición aguda, y miles sufren desnutrición aguda grave, la forma más letal de desnutrición.
Los servicios básicos de atención a la desnutrición han colapsado, y los menores de un año carecen de acceso a agua segura, sucedáneos de la leche materna y alimentación terapéutica.
En junio, 6.500 niños y niñas fueron ingresados para recibir tratamiento contra la desnutrición, el número más alto desde que comenzó el conflicto. Este mes, julio, el ritmo se está acelerando: solo en las dos primeras semanas fueron ingresados 5.000 niños y niñas. En la actualidad solo un 15% de los servicios básicos de tratamiento nutricional funcionan adecuadamente, lo que ha elevado el riesgo de muertes relacionadas con la desnutrición entre lactantes y niños y niñas de corta edad a los niveles más altos jamás registrados.
“Niños, niñas y bebés visiblemente demacrados están muriendo de desnutrición en Gaza. Necesitamos un acceso humanitario inmediato, seguro y sin obstáculos para ampliar la distribución de alimentos, productos nutricionales, agua y medicamentos. De lo contrario, muchísimos padres y madres tendrán que seguir enfrentándose a su peor pesadilla, con la impotencia de no poder salvar a un hijo o hija hambriento de una situación que podríamos impedir”, alerta Catherine Russell, directora de UNICEF.
Pocos alimentos e inasequibles
Debido al implacable conflicto, el colapso de los servicios básicos y las graves limitaciones en la entrega y distribución de asistencia humanitaria, las condiciones de seguridad alimentaria se han vuelto catastróficas para cientos de miles de personas en toda la Franja de Gaza.
La gente no se está muriendo de hambre porque no haya alimentos disponibles, sino porque el acceso está bloqueado, los sistemas agroalimentarios locales han colapsado y las familias ya no pueden mantener ni tan siquiera los medios de subsistencia más básicos.
Alcanzados los indicadores básicos de hambruna
El consumo de alimentos –primer indicador básico de hambruna– se ha desplomado en Gaza desde la última actualización que publicó la CIF en mayo de 2025. Los datos revelan que, en la actualidad, más de una de cada tres personas (o un 39% de la población) pasan varios días seguidos sin comer nada. Más de 500.000 personas –casi una cuarta parte de la población de Gaza– están soportando condiciones similares a la hambruna, mientras que el resto de la población sufre niveles de hambre considerados de emergencia.
La desnutrición aguda –segundo indicador básico de hambruna– ha aumentado a un ritmo sin precedentes. En la Ciudad de Gaza, los niveles de desnutrición entre los niños y niñas menores de cinco años se han cuadruplicado en dos meses, hasta situarse en el 16,5%. Esto indica un deterioro crítico en el estado nutricional y un acusado aumento del riesgo de muerte por hambre y desnutrición.
La desnutrición aguda, así como los casos de muertes relacionadas con la inanición –tercer indicador básico de hambruna– son cada vez más comunes, pero las circunstancias actuales en Gaza dificultan enormemente la recopilación de datos sólidos, ya que los sistemas sanitarios, de por sí diezmados tras casi dos años de conflicto, se están derrumbando.
UNICEF continúa distribuyendo suministros para afrontar la desnutrición
A pesar de la reapertura parcial de las fronteras, la ayuda humanitaria que entra en Gaza no es más que una ínfima parte de lo que una población de más de dos millones de personas necesita cada mes.
Solamente para cubrir las necesidades de asistencia humanitaria básica en materia de alimentación y nutrición en Gaza se necesitan más de 62.000 toneladas de ayuda vital al mes.
Además, la falta de combustible, agua y otros bienes de importancia sigue socavando los esfuerzos para detener la hambruna y las muertes infantiles.
La evidencia ha demostrado que los niños y niñas con desnutrición son más vulnerables a enfermedades graves como la diarrea aguda. Esta última, a su vez, agrava la mala salud y la desnutrición infantil, exponiéndolos a un alto riesgo de muerte. En Gaza, el 80% de las muertes por desnutrición reportadas corresponden a niños.
Nosotros continuamos brindando servicios y suministros nutricionales que en estos momentos son vitales, pero las reservas para prevenir la desnutrición se han agotado y el tratamiento con alimento terapéutico tan fundamental para la recuperación de la desnutrición aguda está en las últimas existencias.
Necesitamos urgentemente un acceso humanitario seguro y sostenido, así como ayuda inmediata para restablecer la producción local de alimentos y los medios de subsistencia, es la única manera de evitar más muertes. El derecho a la alimentación es un derecho humano básico.