Lisa Herzog: La salvación del trabajo

Un llamamiento a tomar las riendas del futuro del trabajo

Herder Editorial. 

Fecha de lanzamiento: 23 de septiembre de 2025

¿QUIÉNES SERÁN LOS TRABAJADORES DEL FUTURO?

Si el trabajo es nuestro medio de subsistencia, es natural que, cuando se habla de inteligencias artificiales, nuestras mayores preocupaciones tengan que ver con él. ¿Nos vamos a quedar sin trabajo? ¿Cómo va a transformarse nuestro puesto? ¿Qué nueva formación necesitamos?

Desde que la IA pasó de la ciencia ficción a la realidad más inminente y cotidiana, los debates en torno a sus efectos sobre el trabajo no han parado. Para algunos, la IA ha venido para librarnos de las tareas más tediosas y para abrirnos las puertas de la libertad creativa. Según otros, va a terminar con casi la mitad de los puestos de trabajo.

Como dice Lisa Herzog, autora de La salvación del trabajo, «aún no está claro cuáles serán los cambios que traerán los robots, los algoritmos y la inteligencia artificial». Es por eso que su libro no es ningún ejercicio de futurología, sino un llamamiento político de lo más tangible: no podemos abandonar el trabajo a su suerte; debemos tomar las riendas de su futuro y encauzarlo por la vía de los valores y los derechos democráticos.


PUESTOS DE TRABAJO SOCIALES Y POLITIZADOS

Desde el primer capítulo, Herzog deja clara la finalidad de su ensayo: «El propósito de este libro es volver a poner la mirada en la dimensión social del trabajo, preguntar por los retos y las posibilidades de un mundo laboral solidario y elaborar propuestas para el futuro».

Herzog combate distintos mitos que invisibilizan el carácter social del trabajo, como la idea del genio emprendedor solitario (Steve Jobs, Mark Zuckerberg, Bill Gates) o la concepción del trabajo como un mero mal necesario para poder vivir. El ser humano, recuerda Herzog, es un animal social, y la parte social es fundamental en cualquier puesto de trabajo. «El trabajo nos pone en un contexto social: gracias a él, nos relacionamos con otras personas y nos integramos en la red de nuestros sistemas basados en la división del trabajo».

El trabajo, piensa Herzog, nos engrana con la sociedad: es un lugar desde el que tomar conciencia de nuestro papel, de nuestra aportación al mundo, con lo que reforzamos nuestra autoestima. Pero al resaltar el carácter social del trabajo, «se resalta su carácter público y, con él, la necesidad de su regulación política». No en vano el subtítulo de La salvación del trabajo es «Un llamamiento político».

Herzog no cree en determinismos incontrolables ni en «manos invisibles» que arreglarán los problemas por sí mismas. El futuro del trabajo, la implantación de las IA, de los robots y los algoritmos, dependen de personas concretas y de decisiones políticas. Pese a su aparente inmaterialidad, el mundo digital debe regularse para que, por ejemplo, no se utilicen algoritmos discriminatorios en la selección de personal, no se permitan falsos autónomos como los conductores de Uber ni se reduzca la relación entre médico y paciente a una llamada telefónica o a un cuestionario con un contestador automático.


DEMOCRATIZAR LA EMPRESA

Como acabamos de ver, La salvación del trabajo no es en absoluto un libro catastrofista que nos aboque al paroxismo. Herzog nos conmina a tomar las riendas del futuro del trabajo, y por eso no faltan en su libro las propuestas constructivas. Una de las más importantes es la democratización de la empresa.

Incluso los estudios académicos se suelen detener ante la puerta del funcionamiento interno de las empresas. Es la misma actitud por lo que se deja que, «de puertas para adentro», mientras no infrinja la legalidad, cada cual haga lo que quiera. Herzog, sin embargo, se opone a esta mentalidad y aboga por modernizar unas relaciones jerárquicas que, a menudo, tienen más tintes feudales que democráticos.

Para la autora, la transformación digital ayuda a remar en esta dirección. La comunicación se ha vuelto muy ágil y sencilla, lo que contribuye a su descentralización. Aspectos como la consulta de los stocks, que antes requerían un cierto gasto de tiempo y recursos, ahora puede hacerla cualquier asalariado en un momento. Es decir, la digitalización puede favorecer las relaciones horizontales y directas. Otro ejemplo es la facilidad para crear votaciones (a través de encuestas online, en grupos de chat internos, en foros, etc.) en las que tomar decisiones con efectos colectivos.

En este sentido, Herzog defiende firmemente que sean los propios trabajadores quienes deciden la forma y el ritmo de implantar nuevas tecnologías. Nadie mejor que el propio trabajador para saber si determinada funcionalidad digital va a aliviarle de una tarea tediosa o si, por el contrario, va a ser un agente más de burocratización.

En definitiva, La salvación del trabajo hace un llamamiento a no abandonar el trabajo a su suerte, sino a conducirlo a través de una corriente democrática que también pide a gritos una salvación.


EXTRACTO DEL LIBRO

¿Estamos asistiendo a una transformación digital que, con el más puro espíritu neoliberal, solo obedece al «mercado» y por tanto, en definitiva, a los intereses de las empresas digitales? ¿O se trata de una transformación digital que permite que las sociedades democráticas aprovechen la oportunidad de organizar el mundo laboral y económico más justa y humanamente? ¿A quiénes benefician materialmente los cambios? Además, ¿qué sentido podría tener aún el trabajo en el mundo feliz y perfecto de los robots y los algoritmos? ¿Y quién podría determinar cuál es ese sentido? ¿Quién tiene acceso a qué formas de trabajo? ¿El trabajo cohesiona la sociedad o la divide? Yo no digo que la política deba gobernar plenamente el mundo laboral hasta en sus últimos resquicios. Lo que digo es que son los propios afectados por los cambios políticos quienes deben organizarlos «desde abajo», pero que, «desde arriba», la política puede ayudar a encauzarlos.


LA AUTORA

Desde 2019, Lisa Herzog es profesora de Filosofía en el Centro de Filosofía, Política y Economía de la Universidad de Groningen. Anteriormente fue profesora de Filosofía y Teoría Política en la Escuela Superior de Politología de la Universidad Técnica de Múnich.

Sus investigaciones se centran, entre otros temas, en la justicia económica, la ética en las organizaciones y la democracia económica. Por su libro La salvación del trabajo fue galardonada en 2019 con el Premio Tractatus de Ensayo y el Premio Alemán de Filosofía y Ética Social.