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Demasiada podredumbre, la pestilencia es insoportable y la moci贸n obligada

OPINI脫N de Joan del Alc脿zar.- El d铆a a d铆a es crecientemente f茅tido. Personajes corruptos, instituciones carcomidas por los sobornos, cinismo de los responsables en dosis letales, y deshonestidad continuada en el desempe帽o del partido que sustenta al Gobierno de Rajoy. Adem谩s, dudas m谩s que severas respecto a las posibilidades de alcanzar acuerdos desinfectantes entre aquellos que debieran saber conciliar sus diversos intereses para evitar que la gangrena siga avanzando. La pestilencia anuncia la cercan铆a de un precipicio que se sabe nefasto para todos, ciudadanos e instituciones.


La sentencia del llamado Caso G眉rtel es demoledora, brutal, aunque no por ello ha causado sorpresa. Ni siquiera el p谩rrafo en el que se puede leer que el PP form贸 parte de “un aut茅ntico y eficaz sistema de corrupci贸n institucional”. Sin soluci贸n de continuidad, como resultado de la larga plaga judicial que afecta al PP, el ingreso en prisi贸n de un hombre que lo ha sido todo en el escenario pol铆tico y partidario, como Eduardo Zaplana, lejos de propiciar la contrici贸n de su dirigencia, les ha movido a la consabida letan铆a que invocan desde hace a帽os: son casos absolutamente aislados achacables a esas personas de las que usted me habla que ya no son del partido y los hechos ocurrieron hace muchos, muchos a帽os.

El presidente del Gobierno, de quien la sentencia establece que sus declaraciones en sede judicial son inveros铆miles [nada sab铆a, nada recordaba, nada sospechaba, nada le dijeron], no solo no ha dimitido como respuesta autom谩tica, l贸gica, de forma consecuente e irrevocable, ante el dictamen de los jueces, sino que tras el anuncio de una moci贸n de censura por los socialistas ha acusado a estos de “perjudicar la estabilidad de Espa帽a y debilitar al pa铆s” [sic]. Resulta imposible saber, una vez m谩s, si M. Rajoy es un falsario que deber铆a medicarse o un mit贸mano que toma por imb茅ciles quienes le escuchan.

La moci贸n de censura de los socialistas, que parec铆an dedicados a sus labores internas en exclusiva, ha dinamitado la tranquilidad alcanzada por el PP tras la aprobaci贸n de los Presupuestos. El pragmatismo may煤sculo del PNV y la fidelidad perruna de su electorado le permite decir hoy una cosa y su contrario ma帽ana, y eso le sirve para poner en el m谩ximo valor sus cinco esca帽os en la Carrera de San Jer贸nimo. Tras la ef铆mera euforia de la aprobaci贸n de las cuentas del Estado, tanto en G茅nova como en Moncloa se percibe claramente que Rajoy est谩 tocado, quiz谩 hundido.

Ciudadanos tendr谩 que posicionarse. Rivera ha dicho que “la corrupci贸n del PP ha liquidado esta legislatura, la ha asfixiado. Espa帽a no puede permitirse seguir con este gobierno d茅bil”. Habr谩 que ver c贸mo gestiona esa firmeza ret贸rica regeneracionista, la que en demasiadas ocasiones hemos visto diluirse por su ambici贸n de recoger votos a cualquier precio.

Podemos, todav铆a sigue con pron贸stico reservado tras que su pareja dirigente decidiera pegarse un tiro en el pie, explicar despu茅s que haberlo hecho era cosa de pura l贸gica y, rizando el rizo, convocar a su militancia a refrendar su absurdo ataque de soberbia. Pablo Iglesias ha declarado que apoyar谩n la moci贸n sin contrapartidas. Una buena decisi贸n, aunque no le redimir谩 de la lamentable abstenci贸n de Podemos hace unos a帽os en la fracasada investidura de Pedro S谩nchez. Duele pensar que pod铆a habernos ahorrado este calvario con Rajoy al frente del gobierno.

Los independentistas catalanes tambi茅n se han sumado a la operaci贸n. Enrocados en su bucle melanc贸lico, enfrentados a la pinza vengativa del PP y Ciudadanos, la iniciativa de Pedro S谩nchez ofrece a los m谩s realistas del PDCat y de ERC la posibilidad de creer en la posibilidad de reconducir un proceso que nunca debi贸 llegar al punto en el que se encuentra.



Falta saber qu茅 har谩 el PNV. Otra vez en pocos d铆as, los nacionalistas vascos se erigen como los 谩rbitros que decidir谩n el resultado de la moci贸n. Que bien juegan sus cartas, y cu谩ntas bazas saben ganar con tan pocos triunfos. Veremos si se suman o no al desalojo de Rajoy y su corrupto partido del Gobierno. Como no se puede esperar nada de los Ciudadanos de Albert Rivera, los nacionalistas vascos tienen en su mano el interruptor del ventilador que permitir铆a acabar con el clima p煤trido en el que el PP nos instal贸 desde 2011.

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