Carmen Men茅ndez. Euronews.- Las vacaciones a bordo de una de estas ciudades flotantes siguen siendo el sue帽o de muchos, mientras otros solo sue帽an con hacerlos desaparecer para siempre de los mares. En la ciudad francesa de Marsella, activistas luchan para prohibir los cruceros. En junio, bloquearon la entrada en el puerto del Wonder of the Seas, un descomunal nav铆o de 362 metros de eslora, con 15 piscinas, un simulador de surf y una pista de hielo.
Para los defensores del medioambiente, estos gigantes son una aberraci贸n en el mundo actual.
Mich猫le Rauzier ha instalado sensores de part铆culas en su casa, situada junto a puerto, para medir las emisiones.
"Como estamos en un acantilado, a la altura de las chimeneas, sufrimos una contaminaci贸n excepcional -explica Mich猫le-. En este barrio hab铆a algunas personas sanas y en buena forma, no fumadoras, que murieron de c谩nceres en las v铆as respiratorias, y cada vez es m谩s frecuente. As铆 que estamos muy preocupados".
Culpables del 39 % de las emisiones de di贸xido de nitr贸geno
Las actividades mar铆timas son responsables del 39% de las emisiones de di贸xido de nitr贸geno en el 谩rea metropolitana de Marsella, solo por detr谩s del tr谩fico rodado (45%), seg煤n AtmoSud, el observatorio que vigila la calidad del aire en la regi贸n.
"Un nav铆o atracado una hora en Marsella equivale a 30 000 veh铆culos circulando a 30 km/h durante esa hora", afirma el portavoz del observatorio, Damien Piga.
"Dan trabajo a bares, restaurantes, taxis y autobuses"
Los operadores tur铆sticos responden al enfado de los marselleses destacando los beneficios econ贸micos que suponen los cruceros para la ciudad.
"Los restauradores me dicen que, desde que volvieron los cruceristas y las tripulaciones, el negocio ha aumentado en un 20 %. Suponen realmente un impulso econ贸mico, dan trabajo a los taxis y a los autobuses. Cuando hay un d铆a importante, con muchas escalas, los taxis obtienen 100.000 euros de beneficio al d铆a", asegura Alain Mistre, presidente de la Uni贸n Mar铆tima y Fluvial de Marsella.
En otras ciudades mediterr谩neas, como Niza, Barcelona o Venecia tambi茅n se han iniciado acciones contra los cruceros. Los detractores de este modelo tur铆stico dicen que no quieren que el Mediterr谩neo se convierta en el basurero del mundo.