Por Julio Ortega Fraile
Mis hijos comprenden el concepto de la muerte. Saben que alg煤n d铆a llegar谩 la de sus padres y tambi茅n lo har谩 la suya. Nunca les he ocultado una realidad que es absurdo tratar de ignorar, ni se la he edulcorado con promesas tan dif铆ciles de formular por quien no cree en ellas, pero si de algo me he preocupado es de inculcarles el respeto a la vida haci茅ndoles entender que no se la pueden quitar a nadie, y que es su obligaci贸n – y derecho – luchar para evitar que otros, abusando de su fuerza o poder, se la arrebaten a alguien o le inflijan sufrimiento.
Por tal motivo, como padre, no consentir铆a que se presentasen unos individuos en su Colegio para explicarles que, "como la muerte en la Naturaleza es consustancial al ser vivo", est谩 justificado que el hombre mate animales por placer. Sin embargo, aquellos cuyos hijos estudian en centros de Castilla y Le贸n, van a tener, a menos que lo impidan, que transigir con que el Presidente de la Federaci贸n de Caza de esa Comunidad, acompa帽ado de colegas de afici贸n, se pasee por las aulas para trasladar a los alumnos un mensaje que niega el derecho a la vida de ciertos seres y ensalza su eliminaci贸n. Afirman estos escopeteros no estar dispuestos a seguir admitiendo que en las escuelas se imparta lo que ellos denominan una "cultura de Bambi".
¿Qu茅 hay detr谩s de este proyecto de incursi贸n en las clases para que con sus manos manchadas de sangre y con sus ojos 谩vidos de contemplar la agon铆a ajena, esta gente se siente ante los cr铆os dici茅ndoles que disparar a un animal es algo divertido, necesario y natural, y lo hagan present谩ndose no como lo que son, unos ejecutores, sino como ecologistas que juran amar a quienes matan? Pues est谩 su malestar por la progresiva disminuci贸n de licencias y por la ley que afectar谩 a las armas, as铆 como el deseo de que aumente el n煤mero de batidas de lobos permitidas en Castilla y Le贸n. Aseguran que es una especie "emblem谩tica" y que autorizar la muerte de m谩s "favorecer铆a la llegada de cazadores de otras comunidades". Todo un llamamiento a un turismo sanguinario para aniquilar a una criatura que sin duda, les supera en nobleza.
Se帽or Santiago Iturmendi, no s茅 qu茅 har谩n esos padres, pero le garantizo que si ustedes irrumpen en el Colegio de mis hijos para intentar arrancarles su respeto por los animales y envenenarles con su pasi贸n por exterminarlos, yo no me iba a quedar de brazos cruzados. Y le vendr铆a bien saber que mis ni帽os no creen en Bambi, pues no necesitan que un animal hable para respetar su derecho a la libertad y a la vida. Tal vez sea Usted quien precisa aprender.
Por tal motivo, como padre, no consentir铆a que se presentasen unos individuos en su Colegio para explicarles que, "como la muerte en la Naturaleza es consustancial al ser vivo", est谩 justificado que el hombre mate animales por placer. Sin embargo, aquellos cuyos hijos estudian en centros de Castilla y Le贸n, van a tener, a menos que lo impidan, que transigir con que el Presidente de la Federaci贸n de Caza de esa Comunidad, acompa帽ado de colegas de afici贸n, se pasee por las aulas para trasladar a los alumnos un mensaje que niega el derecho a la vida de ciertos seres y ensalza su eliminaci贸n. Afirman estos escopeteros no estar dispuestos a seguir admitiendo que en las escuelas se imparta lo que ellos denominan una "cultura de Bambi".
¿Qu茅 hay detr谩s de este proyecto de incursi贸n en las clases para que con sus manos manchadas de sangre y con sus ojos 谩vidos de contemplar la agon铆a ajena, esta gente se siente ante los cr铆os dici茅ndoles que disparar a un animal es algo divertido, necesario y natural, y lo hagan present谩ndose no como lo que son, unos ejecutores, sino como ecologistas que juran amar a quienes matan? Pues est谩 su malestar por la progresiva disminuci贸n de licencias y por la ley que afectar谩 a las armas, as铆 como el deseo de que aumente el n煤mero de batidas de lobos permitidas en Castilla y Le贸n. Aseguran que es una especie "emblem谩tica" y que autorizar la muerte de m谩s "favorecer铆a la llegada de cazadores de otras comunidades". Todo un llamamiento a un turismo sanguinario para aniquilar a una criatura que sin duda, les supera en nobleza.
Se帽or Santiago Iturmendi, no s茅 qu茅 har谩n esos padres, pero le garantizo que si ustedes irrumpen en el Colegio de mis hijos para intentar arrancarles su respeto por los animales y envenenarles con su pasi贸n por exterminarlos, yo no me iba a quedar de brazos cruzados. Y le vendr铆a bien saber que mis ni帽os no creen en Bambi, pues no necesitan que un animal hable para respetar su derecho a la libertad y a la vida. Tal vez sea Usted quien precisa aprender.
Mis hijos comprenden el concepto de la muerte. Saben que alg煤n d铆a llegar谩 la de sus padres y tambi茅n lo har谩 la suya. Nunca les he ocultado una realidad que es absurdo tratar de ignorar, ni se la he edulcorado con promesas tan dif铆ciles de formular por quien no cree en ellas, pero si de algo me he preocupado es de inculcarles el respeto a la vida haci茅ndoles entender que no se la pueden quitar a nadie, y que es su obligaci贸n – y derecho – luchar para evitar que otros, abusando de su fuerza o poder, se la arrebaten a alguien o le inflijan sufrimiento.
Por tal motivo, como padre, no consentir铆a que se presentasen unos individuos en su Colegio para explicarles que, "como la muerte en la Naturaleza es consustancial al ser vivo", est谩 justificado que el hombre mate animales por placer. Sin embargo, aquellos cuyos hijos estudian en centros de Castilla y Le贸n, van a tener, a menos que lo impidan, que transigir con que el Presidente de la Federaci贸n de Caza de esa Comunidad, acompa帽ado de colegas de afici贸n, se pasee por las aulas para trasladar a los alumnos un mensaje que niega el derecho a la vida de ciertos seres y ensalza su eliminaci贸n. Afirman estos escopeteros no estar dispuestos a seguir admitiendo que en las escuelas se imparta lo que ellos denominan una "cultura de Bambi".
¿Qu茅 hay detr谩s de este proyecto de incursi贸n en las clases para que con sus manos manchadas de sangre y con sus ojos 谩vidos de contemplar la agon铆a ajena, esta gente se siente ante los cr铆os dici茅ndoles que disparar a un animal es algo divertido, necesario y natural, y lo hagan present谩ndose no como lo que son, unos ejecutores, sino como ecologistas que juran amar a quienes matan? Pues est谩 su malestar por la progresiva disminuci贸n de licencias y por la ley que afectar谩 a las armas, as铆 como el deseo de que aumente el n煤mero de batidas de lobos permitidas en Castilla y Le贸n. Aseguran que es una especie "emblem谩tica" y que autorizar la muerte de m谩s "favorecer铆a la llegada de cazadores de otras comunidades". Todo un llamamiento a un turismo sanguinario para aniquilar a una criatura que sin duda, les supera en nobleza.
Se帽or Santiago Iturmendi, no s茅 qu茅 har谩n esos padres, pero le garantizo que si ustedes irrumpen en el Colegio de mis hijos para intentar arrancarles su respeto por los animales y envenenarles con su pasi贸n por exterminarlos, yo no me iba a quedar de brazos cruzados. Y le vendr铆a bien saber que mis ni帽os no creen en Bambi, pues no necesitan que un animal hable para respetar su derecho a la libertad y a la vida. Tal vez sea Usted quien precisa aprender.
Por tal motivo, como padre, no consentir铆a que se presentasen unos individuos en su Colegio para explicarles que, "como la muerte en la Naturaleza es consustancial al ser vivo", est谩 justificado que el hombre mate animales por placer. Sin embargo, aquellos cuyos hijos estudian en centros de Castilla y Le贸n, van a tener, a menos que lo impidan, que transigir con que el Presidente de la Federaci贸n de Caza de esa Comunidad, acompa帽ado de colegas de afici贸n, se pasee por las aulas para trasladar a los alumnos un mensaje que niega el derecho a la vida de ciertos seres y ensalza su eliminaci贸n. Afirman estos escopeteros no estar dispuestos a seguir admitiendo que en las escuelas se imparta lo que ellos denominan una "cultura de Bambi".
¿Qu茅 hay detr谩s de este proyecto de incursi贸n en las clases para que con sus manos manchadas de sangre y con sus ojos 谩vidos de contemplar la agon铆a ajena, esta gente se siente ante los cr铆os dici茅ndoles que disparar a un animal es algo divertido, necesario y natural, y lo hagan present谩ndose no como lo que son, unos ejecutores, sino como ecologistas que juran amar a quienes matan? Pues est谩 su malestar por la progresiva disminuci贸n de licencias y por la ley que afectar谩 a las armas, as铆 como el deseo de que aumente el n煤mero de batidas de lobos permitidas en Castilla y Le贸n. Aseguran que es una especie "emblem谩tica" y que autorizar la muerte de m谩s "favorecer铆a la llegada de cazadores de otras comunidades". Todo un llamamiento a un turismo sanguinario para aniquilar a una criatura que sin duda, les supera en nobleza.
Se帽or Santiago Iturmendi, no s茅 qu茅 har谩n esos padres, pero le garantizo que si ustedes irrumpen en el Colegio de mis hijos para intentar arrancarles su respeto por los animales y envenenarles con su pasi贸n por exterminarlos, yo no me iba a quedar de brazos cruzados. Y le vendr铆a bien saber que mis ni帽os no creen en Bambi, pues no necesitan que un animal hable para respetar su derecho a la libertad y a la vida. Tal vez sea Usted quien precisa aprender.