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Hacia d贸nde ha de ir Unidos Podemos

OPINI脫N de Alberto Garz贸n.- El bar贸metro de enero del CIS ha sorprendido a propios y a extra帽os. Estos d铆as ven铆a hablando con gente habituada a trabajar con encuestas, y pr谩cticamente hab铆a unanimidad en la creencia de que Unidos Podemos se desplomar铆a como consecuencia, fundamentalmente, de las acaloradas disputas en el seno de Podemos. Normalmente la permanente discusi贸n interna penaliza, y mucho, la imagen hacia fuera de la organizaci贸n. Sin embargo, el CIS que se ha publicado hoy destaca una cierta consolidaci贸n del espacio pol铆tico de Unidos Podemos en el entorno del 21-22%. Sobrevuelan algunas preguntas al respecto, pero la que me parece la m谩s sugerente es la siguiente: ¿no estaremos desaprovechando una oportunidad de oro en nuestro pa铆s?
El crecimiento de nuestro espacio pol铆tico tiene mucho que ver con la situaci贸n de crisis que se vive en Espa帽a. Crisis en general, no s贸lo econ贸mica. Desempleo, precariedad, desigualdad, p茅rdida de poder adquisitivo, deterioro en la calidad de los servicios p煤blicos, privaciones fundamentales, autoritarismo, etc. Todos esos elementos han contribuido en nuestro pa铆s a una crisis de r茅gimen que contin煤a abierta, y por tanto a una impugnaci贸n consciente o inconsciente del sistema en su conjunto por parte de importantes sectores de la poblaci贸n. No en vano, la percepci贸n subjetiva de la poblaci贸n espa帽ola acerca de la situaci贸n pol铆tica y econ贸mica est谩 en niveles de 2011, cuando estall贸 el 15-M tras varias huelgas generales. La gente no cree, por lo general, en la recuperaci贸n econ贸mica de la que habla el Gobierno. Mucho menos se ha cre铆do eso de la recuperaci贸n pol铆tica. Este clima es desde luego un escenario de oportunidades para una fuerza capaz de ofrecer un proyecto pol铆tico en positivo, riguroso y eficaz frente a los problemas de las clases populares.

Al mismo tiempo, probablemente –al menos yo estoy convencido de ello- las peleas internas alejadas de un sosegado debate pol铆tico en torno a diferentes proyectos, suele ser un un elemento que no suma y a帽ade frustraci贸n. En Izquierda Unida hemos sabido mucho de eso, y hemos luchado duro por corregirlo. Estas disputas internas y de esta forma, que vistas desde dentro de la burbuja partidista pueden ser apasionantes, normalmente no importan a quienes esperamos soluciones y propuestas de mejora para nuestras precarias vidas. Hay una distancia abismal entre la percepci贸n del insider, metido en peleas internas, y del outsider, que vive como un drama que sus referentes no hagan otra cosa que autorreferenciarse.

Yo soy optimista, porque hay condiciones para serlo. El 13 de febrero se abre una nueva fase para Unidos Podemos. Hay mucho que hacer y nosotros lo tenemos muy claro: dar un salto cualitativo, ampliando y enriqueciendo este espacio. La gente espera mucho de los dirigentes y de la militancia, y ello va desde la pr谩ctica hasta las formas pol铆ticas.

Los representantes de Unidos Podemos debemos bajar desde el Olimpo de la instituci贸n hasta el infierno en que quieren convertir la cotidianeidad de nuestros barrios. En la pr谩ctica pol铆tica, en 铆ntima conexi贸n con los problemas de hoy en d铆a, es como seremos capaces de construir alternativa y elevar el cortafuegos ante la extrema derecha. Por eso nuestro discurso ha de ser claro e inteligente, no dogm谩tico ni lit煤rgico sino enraizado en los problemas de las gentes trabajadoras.

Y en t茅rminos de formas, Unidos Podemos no puede ser una suma de siglas en perpetua negociaci贸n sino que ha de transitar hacia un funcionamiento m谩s horizontal y democr谩tico, m谩s abierto, con la implicaci贸n directa de los movimientos sociales, con un nuevo impulso que ahora s铆 consiga que la ciudadan铆a protagonice la pol铆tica por venir, con espacios innovadores de participaci贸n y mecanismos para evitar la consolidaci贸n de 茅lites burocr谩ticas. La democracia que queremos para el pa铆s debemos ponerla en marcha desde el propio espacio pol铆tico de transformaci贸n. Al fin y al cabo Unidos Podemos, desde la autonom铆a de cada cual, tiene que ser mucho m谩s que unos cuantos partidos pactando citas electorales. Y precisamente para facilitar ese trabajo, en la calle y en las convocatorias electorales que est谩n por venir, hay que trabajar desde ya y colectivamente en acuerdos-marco que establezcan los par谩metros generales de coordinaci贸n.

Si optamos, por el contrario, por un s谩lvese quien pueda, por competir entre nosotros y nosotras o por encerrarnos en patriotismos de siglas o faccionalismos de diverso tipo, estaremos recorriendo una v铆a muerta. Que es tanto como decir que estaremos tirando por la borda lo construido colectivamente en estos a帽os. Estamos aqu铆, situados frente a la historia, gracias al esfuerzo de mucha gente an贸nima que no tiene ambici贸n de reivindicarse continuamente sino de algo tan revolucionario como es mejorar su vida y combatir la injusticia. Si nos equivocamos, si nos empe帽amos en creernos h茅roes y hero铆nas, o si dejamos que nuestro ego individual o partidista nos ahogue en sus ensue帽os narcisistas, el bipartidismo y su cultura pol铆tica lo van a saber aprovechar.

En suma, lo que tiene que construirse a partir de las pr贸ximas semanas es m谩s y mejor Unidos Podemos, no menos y peor. Donde m谩s quiere decir participaci贸n y mejor quiere decir organizaci贸n y claridad de proyecto.

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