OPINI脫N de Carlos Taibo
Durante los dos 煤ltimos meses, los de la guerra ucraniana, he procurado mantenerme lejos del ruido de los medios. Si mis c谩lculos son correctos, he concedido un par de entrevistas, y he rehuido algo as铆 como un centenar, he depositado en mi p谩gina web -nadie la lee- una decena de art铆culos y, en fin, corre por ah铆 un libro modesto del que soy -dicen- autor. No he conseguido esquivar, sin embargo, dos obst谩culos. Si el primero es el de la manipulaci贸n, com煤nmente bien intencionada, de mis textos, o de mis intervenciones orales, el segundo es el del encasillamiento que tanto gusta a quienes se entregan a los juegos maniqueos y al presentismo m谩s hilarante. Quien no est谩 conmigo, quien no le r铆e las gracias a esa filantr贸pica organizaci贸n que es la OTAN, est谩 irremediablemente -sabido es- con Putin y sus tanques.
La manifestaci贸n m谩s reciente de esto 煤ltimo, de lo del manique铆smo que me voy a permitir tildar de desinformado, es, en lo que a m铆 respecta, un art铆culo de David Sarias titulado "Putin, Occidente y los debates necesarios", publicado en El Independiente (https://www.google.es/amp/s/www.elindependiente.com/opinion/2022/04/16/putin-occidente-y-los-debates-necesarios/amp/). Lo gloso ahora de forma r谩pida, no porque tenga mayor relieve lo que en 茅l se dice o se sugiere sobre m铆, sino porque ilustra el vigor de un fen贸meno que, no por conocido, alcanza en estas horas cotas inquietantes.
Sarias, que me emplaza en una lista de la que participan Noam Chomsky, Tariq Ali, Hasel-Par铆s 脕lvarez y Beatriz Taleg贸n, me atribuye con tino la condici贸n de antisistema -eludir茅 las disputas sem谩nticas, por lo dem谩s ricas, que arrastra este delicioso adjetivo- empe帽ado en rechazar lo que significa "Occidente" . En su esfuerzo de categorizaci贸n de aberraciones olvida, sin embargo, que las razones que justifican mis iras hacia Occidente -ignoro cu谩les ser谩n las de los dem谩s aludidos- son en la mayor铆a de los casos las mismas que me invitan a rechazar la Rusia putiniana. A saber, y por ejemplo, la jerarqu铆a, la explotaci贸n de los seres humanos, la desigualdad, la represi贸n, la militarizaci贸n y las querencias imperiales. As铆 de raro soy.
En esas condiciones lo c贸modo es, claro, que a los 谩cratas, y en este caso a Chomsky y a m铆, se nos haga pasar por vergonzantes, y m谩s bien tontorrones, partidarios del camarada Putin. Afirma Sarias que los antisistema, de izquierdas como de derechas, apreciamos en el presidente ruso una v铆ctima y se atreve a adelantar, m谩s a煤n, que a nuestros ojos Putin ser铆a, "en el fondo", un saludable "elemento de cambio para Occidente". ¡Caramba! Llevo 22 a帽os criticando con denuedo a Putin para tener que descubrir que -en el fondo, eso s铆- no soy sino un admirador del criticado. C贸mo disimulaba yo, dos d茅cadas atr谩s, cuando pretend铆a aparentar que contestaba la barbarie putiniana en Chechenia mientras nuestros gobiernos y nuestros empresarios hac铆an negocios con la Federaci贸n Rusa. Y c贸mo disimulo ahora cuando, en una finta ingeniosa, me permito afirmar que Putin es, entre otras cosas, pero en medida nada despreciable, el producto de la prepotencia y la ignominia de los pa铆ses occidentales, y de sus maravillosas alianzas militares. Qu茅 desverg眉enza la m铆a, en suma, cuando aparento interesarme por quienes, en Rusia y en Ucrania, dan la cara frente a los poderosos de un lado y del otro de la frontera.
Supongo, por lo dem谩s, que Sarias, que por lo que intuyo aprecia en m铆 un tod贸logo opinador -tres d茅cadas de trabajo en la universidad y una quincena de sesudos, y prescindibles, libros de nada me sirven-, da por descontado que respaldo, siquiera sea a rega帽adientes, la intervenci贸n militar rusa en Ucrania. Pues vaya por donde, no es as铆. Me repugna y rechazo esa intervenci贸n, como me repugnan y rechazo las protagonizadas por las potencias occidentales en busca de la preservaci贸n de sus intereses y privilegios. Admitir茅, aun as铆, que nunca es tarde para percatarse de lo que uno, en el fondo, defiende.
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