OPINI脫N de Pu帽o en Alto
Joaqu铆n Sabina se ha ganado a pulso el t铆tulo de trovador de la calle y de lo mundano. Sus letras descarnadas han reflejado esa calle con sus virtudes y vicios de la que pocos han querido o no se han atrevido cantar, algunas de ellas no exentas de pol茅micas que 茅l ha sabido torear con soltura. Su voz rota desde hace tiempo no ha hecho m谩s que acrecentar su figura como trovador de lo m谩s vil e hip贸crita de nuestra sociedad.
Su larga trayectoria como cantante y su irrenunciable estilo de vida le ha llevado a estar muy por encima de las cr铆ticas provenientes del espectro ideol贸gico antag贸nico con su pensamiento, sortear con maestr铆a los se帽uelos que le pusieron por delante y asumir con entereza la marginaci贸n frustrada que sufri贸 por su alineamiento ideol贸gico. Cantar, expresar libremente lo que piensa, sin mirar si es pol铆ticamente correcto o no, solo est谩 al alcance de unos pocos y Sabina se lo ha ganado por m茅ritos propios.
Joaqu铆n Sabina reciente y, seguramente, no a su pesar, ha estado en boca de todos despu茅s de hacer unas declaraciones en las que confesaba que ya no era de izquierdas, o por lo menos no tanto como lo era antes, porque tiene “ojos y o铆dos”.
No creemos, como alguien lo ha tachado de forma gratuita, que su situaci贸n ideol贸gica est谩 al albur de que de repente, si la gente es de izquierdas yo tambi茅n. No lo creo y es injusto que eso se pueda pensar sobre el cantante porque as铆 lo ha demostrado en el pasado.
Sin embargo, yo tan admirador de Sabina como cantante, como poeta y como personaje p煤blico tengo que decirle que, a pesar de todo, sigo siendo de Izquierdas porque, precisamente tengo ojos y o铆dos. Ojos para ver que los errores de la izquierda y de sus l铆deres no restan un 谩pice a la vigencia de sus postulados y la necesidad de que hayan quienes los defiendan con sus virtudes y defectos. O铆dos para escuchar como se pretende manipular a la gente con cortinas de humo y pronunciamientos grandilocuentes insustanciales sobre cuestiones que no est谩n en el centro de su inter茅s y necesidades para que no piensen en sus verdaderos problemas y no exijan soluciones dignos a los mismos.
Perder calidad en la percepci贸n en los o铆dos y los ojos, seg煤n para quien, puede ser propio de la edad, lo que no puede ser propio de la edad es perder la conciencia de lo que por m茅ritos propios representa o ha representado para mucha gente, incluso, generaciones. Da帽a los ojos y los o铆dos ver y escuchar a quien dice que ya no es lo que era en calidad o cantidad porque tiene, precisamente, ojos y o铆dos.
Sabina, pr贸fugo y fugitivo, salvado del pelot贸n de los perdedores por su arte, sensibilidad y maestr铆a, con sus ojos y o铆dos ha sido y es el ejemplo puro de canci贸n inconclusa, de la noche, los excesos, del perdedor, de las putas, de hacer lo prohibido, romper protocolos y no callarse ante nada ni nadie.
Esperamos y deseamos que siga si茅ndolo y su descreimiento sea una manera m谩s para provocar necesarias reacciones a quienes corresponda para bien de nuestros ojos y o铆dos.
Pu帽o en Alto
Joaqu铆n Sabina se ha ganado a pulso el t铆tulo de trovador de la calle y de lo mundano. Sus letras descarnadas han reflejado esa calle con sus virtudes y vicios de la que pocos han querido o no se han atrevido cantar, algunas de ellas no exentas de pol茅micas que 茅l ha sabido torear con soltura. Su voz rota desde hace tiempo no ha hecho m谩s que acrecentar su figura como trovador de lo m谩s vil e hip贸crita de nuestra sociedad.
Su larga trayectoria como cantante y su irrenunciable estilo de vida le ha llevado a estar muy por encima de las cr铆ticas provenientes del espectro ideol贸gico antag贸nico con su pensamiento, sortear con maestr铆a los se帽uelos que le pusieron por delante y asumir con entereza la marginaci贸n frustrada que sufri贸 por su alineamiento ideol贸gico. Cantar, expresar libremente lo que piensa, sin mirar si es pol铆ticamente correcto o no, solo est谩 al alcance de unos pocos y Sabina se lo ha ganado por m茅ritos propios.
Joaqu铆n Sabina reciente y, seguramente, no a su pesar, ha estado en boca de todos despu茅s de hacer unas declaraciones en las que confesaba que ya no era de izquierdas, o por lo menos no tanto como lo era antes, porque tiene “ojos y o铆dos”.
No creemos, como alguien lo ha tachado de forma gratuita, que su situaci贸n ideol贸gica est谩 al albur de que de repente, si la gente es de izquierdas yo tambi茅n. No lo creo y es injusto que eso se pueda pensar sobre el cantante porque as铆 lo ha demostrado en el pasado.
Sin embargo, yo tan admirador de Sabina como cantante, como poeta y como personaje p煤blico tengo que decirle que, a pesar de todo, sigo siendo de Izquierdas porque, precisamente tengo ojos y o铆dos. Ojos para ver que los errores de la izquierda y de sus l铆deres no restan un 谩pice a la vigencia de sus postulados y la necesidad de que hayan quienes los defiendan con sus virtudes y defectos. O铆dos para escuchar como se pretende manipular a la gente con cortinas de humo y pronunciamientos grandilocuentes insustanciales sobre cuestiones que no est谩n en el centro de su inter茅s y necesidades para que no piensen en sus verdaderos problemas y no exijan soluciones dignos a los mismos.
Perder calidad en la percepci贸n en los o铆dos y los ojos, seg煤n para quien, puede ser propio de la edad, lo que no puede ser propio de la edad es perder la conciencia de lo que por m茅ritos propios representa o ha representado para mucha gente, incluso, generaciones. Da帽a los ojos y los o铆dos ver y escuchar a quien dice que ya no es lo que era en calidad o cantidad porque tiene, precisamente, ojos y o铆dos.
Sabina, pr贸fugo y fugitivo, salvado del pelot贸n de los perdedores por su arte, sensibilidad y maestr铆a, con sus ojos y o铆dos ha sido y es el ejemplo puro de canci贸n inconclusa, de la noche, los excesos, del perdedor, de las putas, de hacer lo prohibido, romper protocolos y no callarse ante nada ni nadie.
Esperamos y deseamos que siga si茅ndolo y su descreimiento sea una manera m谩s para provocar necesarias reacciones a quienes corresponda para bien de nuestros ojos y o铆dos.
Pu帽o en Alto