Por Mauricio Casta帽o H
Historiador
Colombiakr铆tica
Cada cuerpo se articula en un sistema so pena de quedar por fuera y ser tildado de inadaptado. M谩s que producir un rostro, nos introducimos en 茅l, las m谩scara y los tatuajes nos desvelan m谩s de lo que nos ocultan. Es la formaci贸n de una trama de subjetividades. Los rostros son los que eligen a los sujetos, no a la inversa. Y as铆 se producen las formaciones sociales.
La rostrocidad es multiplicidad. «Es una cuesti贸n de velocidad, incluso in situ. ¿No es eso tambi茅n deshacer el rostro? o como dec铆a Miller, ya no mirar a los ojos ni mirarse en los ojos, sino atravesarlos a nado, cerrar los ojos y convertir el propio cuerpo en un rayo de luz que se mueve a una velocidad cada vez mayor... Ya no miro a los ojos de la mujer que tengo en mis brazos, los atravieso a nado». Ac谩 de soslayo, insinuamos el deseo no como carencia sino como m谩quina de producir relaciones, movimientos de fuerza que nos ponen en marcha por los caminos que se van haciendo con el andar.
No importa el sistema que nos abriga, no importa qu茅 tanto se plane茅, la vida se define m谩s por el caos, los devenires, lo contingente, las hacceidades que se van dando en cada momento con sus l铆neas que se fugan. Bien se dice que lo propio del plan es el fracaso, es tan s贸lo un derrotero que emulan los 贸rdenes divinos, todo lo que se hace de manera r铆gida, esquivando desv铆os o equivocaciones, pero ello tan s贸lo es una ilusi贸n porque a diario nos la tenemos que ver con el desorden, con lo in茅dito, cada d铆a, cada atardecer se repite pero de manera diferente.
«Estar solo, sin esp铆ritu, sin memoria, cerca del mar. (...) Tan solo y ausente y presente como un ind铆gena, oscura sombra en la arena dorada. (...) Lejos, muy lejos, como si hubiese tocado tierra en otro planeta, como un hombre que pisa tierra firme despu茅s de la muerte. (...) ¿El paisaje? Se burlaba del paisaje. (...) ¿La humanidad? No exist铆a. ¿El pensamiento? Hundido como piedra en el agua. ¿El inmenso, el brillante pasado? Empobrecido y deteriorado, endeble, endeble y transl煤cida concha arrojada a la playa» «Lawrence citado por Deleuze en Mil Mesetas.
La multiplicidad desborda cualquier plan y mucho m谩s los sistemas binarios, nada de significante y significado, cada cuerpo es tomado por devenires intensos. Incluso los deseos son producci贸n de devenires m煤ltiples.
Todo gesto, todo movimiento implica traducciones, no hay nada inocente en el lenguaje, todo habla, nadie est谩 a t铆tulo personal en su propio cuerpo. Ante tanta producci贸n de flujos, de significados, existen capturas que unifican y producen sentidos de conveniencia, los mass media son ejemplos de manipulaci贸n de la opini贸n p煤blica. Habitar el devenir, dejar fluir la multiplicidad para que advenga una identidad fugaz, la vida como obra de arte libre de lo homog茅neo del Poder.

