En colaboración con el Ministerio de Salud turco y el Centro de Coordinación de Crisis de la ciudad de Van, epicentro de los seísmos, los equipos de MSF se disponen a responder a las principales necesidades en materia de salud mental en la zona.
“Muchas personas están todavía en estado de shock tras vivir la terrible experiencia que es un terremoto. Muchas de ellas han perdido a miembros de su familia y a amigos, y a algunas no les queda nadie. Sus casas están destruidas, han perdido todas sus pertenencias y tienen que hacer frente a una nueva y dura realidad, además de unas temperaturas extremadamente bajas que tardarán meses en volver a subir”, explica Patrick Wieland, coordinador general de MSF en Turquía. “Cada día vemos la clara necesidad de responder a las consecuencias psicológicas de este terremoto, que ha afectado profundamente a la población”.
Un equipo de cinco psicólogos y tres piscoeducadores empezarán a trabajar en aldeas alrededor de Van, organizando sesiones de grupo e individuales para adultos y niños. MSF también ofrecerá atención psicológica a los refugiados y solicitantes de asilo que han resultado afectados por el terremoto y que viven en campamentos y asentamientos provisionales de Van. En el hospital del distrito, el equipo de MSF establecerá un plan de respuesta a emergencias psicológicas para que dicho centro esté mejor preparado para hacer frente a eventuales incidentes con gran número de víctimas en el futuro.
Un equipo de emergencias de MSF llegó a las zonas afectadas por el terremoto de Van y Ercis el 25 de octubre. Desde entonces, en colaboración con dos organización turcas, Hayata Destek y Helsinki Citizens’ Assembly (hCa), otras contrapartes y autoridades locales, MSF ha distribuido 2.000 tiendas de campaña adaptadas para bajas temperaturas y 2.000 kits de cocina a 12.000 personas en 37 aldeas de la zona de Van.
