OPINIÓN de Luis Varese.- Es triste el papel del Estado de Israel en el mundo. En 1948, le entregaron al pueblo judío una porción de tierra, quitando a los palestinos parte de su espacio histórico de vida. Debían compartir el sueño de convivir dos de las principales religiones monoteístas. En muy poco tiempo el sueño de los justos desapareció y se transformó en la pesadilla infernal que hoy viven los palestinos y todos los que amamos la paz.
El estado de Israel es el fiel caballo de ajedrez en el juego de la conquista del mundo impuesta por los petroleros, los fabricantes de armas y las grandes corporaciones que controlan nuestro destino. La mayoría de los votantes eligen a Netanyahu y él ha profundizado el camino sin retorno hacia la barbarie destructiva contra todo aquello que no se someta a los intereses de los dueños del poder.
En el 21° período extraordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos del 23 de julio pasado, se alcanza la resolución S-21/1 denominada, Garantía del respeto del derecho internacional en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental. En la votación de dicha Resolución se dan 29 votos a favor, 17 abstenciones (diez países europeos cínicamente se abstienen de condenar a Israel) y por supuesto 1 voto en contra, el de los Estados Unidos. Pobre ONU tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos (parafraseo a Porfirio Díaz) aunque sigue siendo esperanza de multilateralismo.
Lo que hay
Siria atacada por los mercenarios fundamentalistas, Irak destruido todos los días, Libia exprofesamente ingobernable, los vecinos países árabes complacientes con la masacre de niños y niñas, Egipto con el nuevo gobernante que hace silencio cómplice. Es el inicio de la gran ofensiva bárbara por la captura definitiva del petróleo. El próximo objetivo será Irán y luego el cerco a China y Rusia. Terminó la guerra fría, el mundo que quisieron unipolar se volvió multinestable y nos anuncia riesgos cada vez más grave.
Lo que se necesita
La urgencia del acuerdo BRIC, del Banco de UNASUR, de la consolidación de la CELAC y del MERCOSUR no pueden tardar ni un minuto. Queda en manos de los gobiernos progresistas y revolucionarios del Continente, acelerar estos procesos, retardados por burócratas incompetentes o malintencionados o tal vez vendidos al Imperio.
No hay tiempo que perder. ¡Basta Ya! Claman nuestras conciencias y la humanidad entera. Detener a la bestia feroz del Imperio que se va mostrando de manera cada vez más descarnada.
Aquí en Ecuador, nos toca la tarea de consolidar la Revolución Ciudadana sin demora alguna. Hoy son los niños de Siria, Irak, Libia y Palestina. Son los niños y niñas de África masacrados. Mañana serán los nuestros, por el petróleo de Venezuela y el agua de la Amazonía.
Recuerden los ciudadanos y ciudadanas, recuerden los burócratas encaramados en las conquistas de los pueblos, recuerden los gobernantes, el Imperio no tiene escrúpulos. Para la gente que distribuye y controla las armas y las drogas 1 o 100 mil niños muertos, son solo estadísticas. Que no sea por nuestra desidia, por nuestra inoperancia, por las pequeñas y grandes ambiciones, que los próximos muertos sean “nuestros muertos”. La Revolución Ciudadana es peligrosísima porque es repetible. Cuidarla y consolidarla con las alianzas correctas y jamás con la “Restauración Conservadora” (sea como sea que se disfrace) es nuestra tarea. Dormirse en los laureles del Presidente Correa es traicionar a las generaciones venideras.
*Luis Varese ha sido representante adjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Ecuador y funcionario de la ONU por 20 años.
