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Presentan un plan para erradicar violencia infantil en Costa Rica

El país registra 100 denuncias diarias de maltrato infantil



Una iniciativa aborda la exposición temprana a la violencia y desarrolla estrategias para prevenir factores de riesgo.



Costa Rica reporta que diariamente se atienden cerca de 100 denuncias por algún caso de agresión infantil, ya sea en contra de niños o niñas.

Los datos los proporciona el Patronato Nacional de la Infancia, institución que llama a fortalecer valores familiares, a no desatender la denuncia y a mejorar el trato diario hacia los hijos e hijas.

George Rodríguez.- La violencia infantil en Costa Rica tiene una tendencia al alza como lo evidencian los registros del Hospital Nacional de Niños (HNN) que señalan un aumento de 9 a 26 casos diarios de niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso físico atendidos en ese centro médico público en el periodo 2006-2013. La violencia infantil adopta diferentes formas de abusos que van desde el maltrato físico hasta la violencia intrafamiliar, e incluye negligencia y maltrato emocional o psicológico.

Precisamente, hace cuatro años, conforme esta creciente tendencia se volvía una realidad obvia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamó la atención a Costa Rica sobre el fenómeno y recomendó tomar acciones incluyendo un plan para prevenir la violencia contra niños, niñas y adolescentes.

El gobierno de esta nación centroamericana, encabezado por la entonces presidenta Laura Chinchilla (2010-2014) —la primera y hasta ahora única mujer en ocupar ese cargo en la historia del país— comenzó a trabajar en esa dirección con iniciativas como la Red Nacional del Cuido y Desarrollo Infantil para los hijos de madres trabajadoras.

Y la administración de su inmediato sucesor, el actual presidente Luis Guillermo Solís (2014-2018), reforzó esta línea de trabajo al crear una nueva herramienta: el Plan de Acción Nacional para el Desarrollo de Estrategias de Prevención y Erradicación de la Violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes.

Desarrollado por el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), institución pública que vela por el bienestar de la niñez, con apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el documento de 130 páginas contiene cinco ejes estratégicos y ocho acciones prioritarias para ser llevadas a cabo durante el periodo 2017-2019.

Los ejes son: Familia y protección; Salud integral y prácticas saludables; Educación y oportunidades para la vida; Paz y convivencia; y Territorio y desarrollo local.

El primer eje aborda el ambiente en el hogar, “donde se da una exposición temprana a la violencia”, enfocándose en “desarrollar la doctrina de la protección integral (…) de derechos en las personas menores de edad”, señala el plan dado a conocer el 8 de setiembre.

El segundo eje tiene como objetivo un “enfoque de salud pública en la prevención” de la violencia a través de proyectos que promuevan estilos de vida saludables. Igualmente pone énfasis en “la necesidad de desarrollar estrategias para (…) incidir en el embarazo adolescente, la violencia sexual y la trata [de personas], como factores de riesgo en la violencia contra las niñas, los niños y los adolescentes”.

Acciones dirigidas a la prevención
El eje sobre Educación resalta el rol del ambiente escolar en la prevención de la violencia que incluye la responsabilidad compartida con las familias, mientras que el componente paz y coexistencia está dirigido a “resolver diversos procesos de violencia cotidiana e interpersonal”, a través de “proyectos para la implementación de procesos de diálogo y convivencia”.

El eje Territorio y desarrollo local se refiere a la mejora del ambiente comunitario mediante la implementación de iniciativas a través del “diseño de espacios seguros buscan impedir las oportunidades delictivas e interrumpir los diversos tipos de violencia depredatoria que sufren las niñas, los niños y los adolescentes”.

Las acciones prioritarias para ser implementadas en cada eje incluyen prevención en aspectos tales como violencia infantil en centros educativos, violencia sexual, explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes, e iniciativas para la protección de los derechos de la niñez y adolescencia frente al hacinamiento en las viviendas, promoción de procesos de diálogo, apoyo a proyectos preventivos comunitarios, entre otras iniciativas.

En un país de poco más de 4.6 millones de habitantes, donde alrededor de 1.3 millones (alrededor de 30.5%) son niños, niñas y adolescentes, los casos más frecuentes de violencia infantil reportados el año pasado al PANI a través la línea de emergencia 911 incluyeron agresión física (8,200), negligencia (7,677) —principalmente negligencia en la salud—, abuso sexual (1,915), uso de drogas (1,802), abuso psicológico (2,563).

La amplia gama de tipos de violencia ha llevado a UNICEF a referirse a “las diferentes violencias contra la niñez”, tal como Gordon Jonathan Lewis, representante de la organización en Costa Rica, dijo a Noticias Aliadas.

“Una de las cosas que estamos promoviendo es un cambio de paradigma en el lenguaje que estamos utilizando”, explicó. “En vez de utilizar el gran marco de ‘la violencia contra la niñez’, ya los estudios están especificando, digamos, de una manera más específica, ‘las diferentes formas de violencia contra la niñez’: la negligencia, el maltrato, el abuso físico, mental y psicológico, el abuso sexual, la violencia en base a género”.

“Esto nos permite, entonces —y como se documenta muy bien en ese plan—, especificar estrategias que vayan acordes a las diferentes formas de violencia. Por lo tanto, una estrategia para la erradicación de la violencia en base a género no es la misma cosa que una estrategia para erradicar la violencia psicológica y la violencia emocional”, precisó.

Violencia sexual infantil
La preocupación de la ONU sobre la situación local fue dada a conocer a principios de este año por Alice Shackleford, representante residente de la ONU en Costa Rica, Paula Antesana, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y Lewis, específicamente sobre la violencia sexual infantil.

“Hacemos un llamado a la sociedad, a las instituciones del Estado y a las familias para ejercer sus obligaciones dentro del marco legal y normativo del país para prevenir y sancionar cualquier manifestación de violencia contra niños, niñas y adolescentes”, manifestaron en un comunicado de UNICEF emitido el 25 de febrero.

“Es imprescindible que Costa Rica asegure el cumplimiento del derecho de toda niña, niño y adolescente a vivir en un ambiente sano y sin violencia de ningún tipo, máxime dentro de su familia y comunidad, que deberían ser espacios de crecimiento, confianza, respeto y protección contra las diferentes violencias hacia esta población”, agregaron.

El comunicado de prensa también incluyó datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos según los cuales en el 2014 y 2015 al menos 1,000 niñas menores de 14 años dieron a luz. Según cifras oficiales cerca de 500 personas habían sido condenadas en 2014 por algún tipo de violencia sexual contra menores.

En este sentido, Lewis indicó a Noticias Aliadas que “estamos dando cuenta de situaciones de aumentos de abuso sexual —contra las niñas, particularmente—, y eso lo vemos en un aumento de las tasas de embarazo adolescente”.

“Entonces, nuestra observación y nuestra recomendación es: este es el momento, fundamentalmente, para actuar, para que, todos, nos pongamos las pilas, porque es una situación que, tanto el Hospital Nacional de Niños como el PANI, caracterizan como una epidemia”, dijo el funcionario de UNICEF. “Nosotros, estamos diciendo: ‘falta poco, si no se hace mucho, para que esto se convierta en una emergencia social’”.

En relación sobre cómo abordar ese riesgo, Lewis dijo que el plan nacional es obviamente un primer paso que “es muy importante por el hecho de que documenta estrategias a corto, a mediano plazo, para un período del 2017 al 2019, en diferentes ámbitos de intervención”.

“Estamos proponiendo que tiene que existir un proceso de transformación social”, manifestó. “Las actitudes que llevan al comportamiento violento de un adulto hacia un niño, o de un adolescente hacia otro niño, están fundamentadas en prácticas y valores sociales. Hay que cambiarlos”. —Noticias Aliadas.




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