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Se cumplen 86 años de la aprobación del voto femenino en España


Madrid, AmecoPress. Con la proclamación de la II República en 1931, España experimentó cambios muy innovadores para su tiempo. En las elecciones a las Cortes Constituyentes en Junio de 1931, aunque se realizaron por sufragio universal masculino, a las mujeres se les reconoció el derecho del sufragio pasivo, es decir, pudieron presentarse como candidatas. Así que fueron tres las mujeres elegidas: Margarita Nelken en el Partido Socialista Obrero Español, Clara Campoamor en el Partido Republicano Radical y Victoria Kent en el Partido Republicano Radical Socialista. Estas dos últimas mujeres consiguieron llevar a las Cortes la consulta del sufragio femenino.






El 1 de Octubre de 1931 fue presentada a trámite la ley del sufragio femenino mediante un debate histórico entre Clara Campoamor y Victoria Kent, las cuales presentaron posturas muy distintas. Campoamor defendía el derecho de voto de las mujeres, y por el contrario, Kent pensaba que era mejor aplazar el voto femenino, ya que consideraba que las mujeres presentaban un pensamiento más conservador y esto afectaría negativamente a la República.

En su discurso, Victoria Kent señaló: “Si las mujeres españolas fueran todas obreras, si las mujeres españolas hubiesen atravesado ya un periodo universitario y estuvieran liberadas en su conciencia, yo me levantaría hoy frente a toda la Cámara para pedir el voto femenino. Pero en estas horas yo me levanto justamente para decir lo contrario y decirlo con toda la valentía de mi espíritu, afrontando el juicio que de mí puedan formar las mujeres que no tengan ese fervor y estos sentimientos republicanos que creo tener. Es por esto por lo que claramente me levanto a decir a la Cámara: o la condicionalidad del voto o su aplazamiento; creo que su aplazamiento sería más beneficioso, porque lo juzgo más justo”.

De esta forma, Kent pensaba que sería mejor que las mujeres se formaran un pensamiento crítico para poder votar, una idea que discriminaba a las que no podían llegar a ese aprendizaje. En cambio, Campoamor planteó las siguientes preguntas en el debate como respuesta a Kent: “¿Cómo puede decirse que cuando las mujeres den señales de vida por la República se les concederá como premio el derecho a votar? ¿Es que no han luchado las mujeres por la República? ¿Es que al hablar con elogio de las mujeres obreras y de las mujeres universitarias no está cantando su capacidad? Además, al hablar de las mujeres obreras y universitarias, ¿se va a ignorar a todas las que no pertenecen a una clase ni a la otra? ¿No sufren éstas las consecuencias de la legislación? ¿No pagan los impuestos para sostener al Estado en la misma forma que las otras y que los varones?". También hay que destacar la fuerte crítica que hizo a la postura de los hombres ante la polémica: “Si afirmáis que la mujer no influye para nada en la vida política del hombre, estáis –fijaos bien– afirmando su personalidad, afirmando la resistencia a acatarlos. ¿Y es en nombre de esa personalidad, que con vuestra repulsa reconocéis y declaráis, por lo que cerráis las puertas a la mujer en materia electoral? ¿Es que tenéis derecho a hacer eso? No; tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el derecho natural fundamental, que se basa en el respeto a todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo”.

Tras esta discusión, la nueva ley de sufragio femenino fue aprobada con 161 votos a favor frente a 121 en contra. Y se pudo establecer el artículo 36 de la Constitución: “Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes”. Aunque la polémica del voto se alargó hasta diciembre, ya que se hizo un último intento para conseguir el aplazamiento del sufragio femenino mediante una votación que no salió adelante por solo 4 votos de diferencia.
El voto de las mujeres fue esencial para conseguir igualdad

El 19 de noviembre de 1933 tiene lugar el sufragio femenino, y alrededor de 6.800.000 españolas pudieron elegir a sus representantes. Aunque, el voto de la mujer, supuso un cambio conservador en el gobierno, ya que la victoria fue de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Aún así, fueron muchas las medidas igualitarias que se promovieron hasta 1936. Se aprobaron artículos como estos:
Art. 40. Admitía tanto a hombres y mujeres a los empleos y cargos públicos según su mérito y capacidad. Aquí había algunos trabajos prohibidos para el colectivo femenino.
Art. 43. Aprobaba la ley del matrimonio civil y el divorcio, esta última fue impulsada por Clara Campoamor.
Art. 53 Daba la posibilidad de que todos los ciudadanos, sin distinción de sexo ni de estado civil, fueran candidatos para Diputados.

Fotos de Tribunafeminista.org y de Mujeresenred.net




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