OPINIÓN de Ollantay Itzamná, Guatemala.- La histórica intervención norteamericana en Bolivia no ha sido ninguna novedad en su historia. Lo novedoso o asombroso es que los famélicos por dicha intervención macabra, ahora revitalizados gracias a la primera década del proceso de cambio, sigan creyendo/gustando de la bondad o inocuidad de la pócima norteamericana. De cara al próximo referéndum nacional, del 21 de febrero (21F), para decidir la reforma o no del contenido constitucional relativo a la reelección presidencial, Bolivia soporta otra abierta y documentada injerencia norteamericana, mediante el denominado Plan Estratégico para Bolivia, 2015, del Instituto Interamericano para la Democracia junto a otras ONGs norteamericanas [1] . Dicho plan en ejecución, contiene 23 acciones concretas interdependientes entre sí (con roles, responsables, modalidad de financiamiento, plazos, etc.), para en 150 días “generar un desgaste acelerado del régimen” de Evo Morales y Álvaro García. Hace unos