OPINIÓN de Ollantay Itzamna. - Dña. Margarita Choc, maya q’echí, con su niño de 6 meses en la espalda, tiene los ojos puestos en las puertas cerradas y vigiladas del Congreso de la República. Junto a otras decenas de miles de manifestantes (organizados en el Comité de Desarrollo Campesino, CODECA), espera pacientemente a que salga de dicho hemiciclo con algún mensaje positivo la comisión de portavoces de la masiva manifestación indígena campesina. Ella, al igual que el resto de manifestantes, salió de su comunidad casi a la media noche del día anterior para arribar al amanecer a la ciudad de Guatemala. Con los aportes de los miembros de la comunidad en resistencia lograron contratar los buses que los trasladó. Sin desayuno, sin almuerzo, protestaron estas defensoras/es anónimos en las calles racializadas de la ciudad capital, el día miércoles 10 de febrero, ante la incomodidad de citadinos/as estresados. ¿Qué demandan estos empobrecidos y despojados sobrevivientes mayas? · Que pa