Por Gustavo Duch Como si fuera un matrimonio –de conveniencia–, durante estas semanas la Unión Europea y Marruecos tienen prevista la renovación de sus votos, o no. En concreto, se está dilucidando en mesas separadas si se mantienen los acuerdos pesqueros y agrícolas que tantas repercusiones tienen sobre los sectores rurales de Marruecos, del Sáhara Occidental y de algunos países europeos, fundamentalmente España. Por un lado, a finales de mes finaliza el acuerdo vigente en pesca que permite a 119 licencias de pesca de barcos europeos faenar en las aguas de Marruecos. De entre ellas, cien le corresponden a la flota española. Europa, paga –pagamos– 36,1 millones de euros para que los buques puedan pescar en esos caladeros, incluyendo las aguas territoriales del Sáhara Occidental. Las últimas informaciones explican que la Comisión Europea ha propuesto formalmente prorrogar el acuerdo de pesca por un año, tiempo necesario para evaluar y analizar sus consecuencias. Ahora queda la ratif