OPINIÓN de Emilio Marín Estados Unidos siempre consideró a América Latina como su “patio trasero”. Hoy ve con preocupación que muchos de los gobiernos de la región tienen posiciones soberanas. Y que, además, comercian mucho con China. Además de muchos otros hilos conductores entre la oligarquía venezolana y la embajada gringa en Caracas, ahora sólo con encargado de negocios, uno de los más patentes es su odio al presidente Hugo Chávez. Tal enemistad tiene muchos motivos políticos. Uno, que hace a la política internacional, es la estrecha relación que el mandatario bolivariano ha establecido con Beijing. Eso quita el sueño a la partidocracia de MUD en la Caracas burguesa y también a la Washington imperial. Esa preocupación de la derecha continental es porque Chávez ha viajado hasta el momento seis veces a la capital china. Y el comercio bilateral alcanza los 10.000 millones de dólares, que van en aumento. De Caracas salen todos los días 400.000 barriles de petróleo y está p