Juan Nicastro desde Córdoba.- En Argentina hay señales positivas y hechos concretos en el camino de la transición energética para abandonar el petróleo, pero se corre el riesgo de innovar sin atacar el problema de fondo. Una clave es debatir para qué se necesita la energía: ¿para satisfacer la gigantesca demanda de la sociedad de consumo o con la aspiración de cambiar de matriz energética y de modelo de sociedad, buscando consumir menos? El debate recién comienza. En la matriz energética argentina más del 90% de la energía es de origen fósil, esencialmente gas, petróleo y un pequeño volumen de carbón mineral. La electricidad se genera principalmente vía combustión (usinas térmicas), 30% de represas, 6% nuclear y menos del 2% por fuentes renovables, según datos de la Secretaría de Energía. Campesinos, investigadores, técnicos y estudiantes trabajan juntos en un prototipo de heladera solar. (Foto: Juan Nicastro) De acuerdo con la Asociación Argentina de Energías Renovables y Am