OPINIÓN de Carlos Ayala Ramírez. - En 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata de Personas. En la resolución, se señala que la conmemoración es necesaria para “concienciar sobre la situación de las víctimas del tráfico humano y para promocionar y proteger sus derechos”. En el protocolo de la ONU para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente de Mujeres y Niños, se define la trata como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”. En definitiva, la trata de seres humanos constituye una forma moderna de esclavitud. Según la ONU, combinando el tráfi