Sergio Alvez. (APe).- En la provincia de Misiones, como en otros distritos del país profundo, postergado y olvidado, aniquilado por un neoliberalismo de vieja data, es sabido que miles de niñas y niños deben desandar extensos kilómetros para poder llegar a escuelas rancho, donde muchas veces además de ser la única posibilidad que tienen de acceder a la educación formal, encuentran la chance de recibir un desayuno o una merienda. La niñez a pie o a caballo, sorteando picadas, montes y rutas peligrosas. Pero aquí, en la tierra colorada, la que desde los suplementos turísticos de los diarios nacionales se presenta como un oasis de bellezas exhuberantes y riquezas infinitas, descubrimos que hay niños que para ir a la escuela deben cruzar todos los días un arroyo, a nado. Sí, nadando. Esta situación, penosa y surrealista, tiene lugar exactamente entre los municipios de San Vicente y El Soberbio, y afecta a 45 niñas y niños Mbya Guaraní que asisten a la Escuela Intercultural Bilingüe 905. Es