OPINIÓN de Elvira De Luis.- En una noche en urgencias uno piensa que va a llegar, va esperar unos minutos y le va atender un/una médico cansado, con sueño y posiblemente harto de haber atendido a una veintena de personas en el poco tiempo que lleva de guardia -es cierto, falta personal-. Pero a veces la vida sorprende y nuestra sanidad, si, la sanidad pública tan denostada brinda una atención que muchos otros centros querrían tener. Hay médicos y médicos, como en todos los oficios; hay quienes lo saben hacer y quienes no. Pero en esta profesión que ellos han elegido, quizá la más vocacional y la menos valorada, la humanidad es tan o más importante que el conocimiento.