OPINIÓN de Eduardo Madroñal Que España sea líder mundial durante 28 años consecutivos es algo para celebrar institucional y popularmente a lo largo y a lo ancho de toda España, como si fuera un día festivo. No debemos acostumbrarnos, no debemos dejar que aparezca como una noticia más en la vorágine informativa que oculta lo importante. Porque el prolongado liderazgo español no algo fortuito, secundario o inexplicable, sino que reposa en valores históricos y capacidades profundas de nuestro pueblo y de nuestro país.