EFE Cádiz, 28 mar (EFE).- Entre los trabajadores que ni en una pandemia mundial pueden dejar sus tareas y cumplir con el confinamiento al que está obligada toda la población, están los pastores y cabreros. Acostumbrados a ser invisibles y a vivir casi aislados, han puesto en marcha en Cádiz la campaña "yohoytrabajo". "La gente no se da cuenta de la labor que hacemos los que estamos en el campo. Si los agricultores y los ganaderos nos hubiéramos paralizado ahora, si hubiéramos dejado de producir, ni los sanitarios que están en la primera línea de la lucha contra el coronavirus podrían estar haciendo su labor", asegura a Efe Pepe Millán. A punto de cumplir 63 años, a Millán, que cuida de unas 400 cabras y 300 ovejas en Zahara de la Sierra (Cádiz), el estado de alarma apenas le ha cambiado la vida, salvo que los hombres que cada dos o tres días van a su majada, a un kilómetro y medio del pueblo, para llevarle gasóleo o recoger la leche que ordeña aparecen con guan