OPINIÓN de Fernando Buen Abad ¿Usurpación semántica para derrotarnos con nuestras propias banderas? Transformar al mundo es una consigna de los pueblos. Está en disputa (renovada) la hegemonía semántica sobre la idea de “Nuevo Orden”. No es la primera vez que una “crisis” internacional produce el antojo de esconder la basura, generada por la opresión, bajo la alfombra de lo “Nuevo”. Como si fuese un conjuro para saltar, sin solución de continuidad, de una estadio económico-político-social a “otro” idéntico pero desmemoriado∫. Aunque la vida no se comporte así. Un personaje de teleserie dijo: “el pasado nunca se queda donde lo dejas”. Por ejemplo, las viejas manías reformistas, pertinaces e irritantes, pretenden anestesiarnos con una invocación “reloaded” hacia un “Nuevo Orden”. Añejo truco desvencijado que sólo tiene seguidores a sueldo o desprevenidos. Si los poderes fácticos hablan de otro “Nuevo Orden” hay que fijarles una agenda de mínima y de máxima, con los pies bien puesto