Gustavo Varela: 'Mal de tango'
•elconventillo.elmercuriodigital ▫ Los orígenes del tango están relaciones con el surgimiento de la libertad sexual y el estado democrático. Así al menos lo cree el músico y filósofo argentino Gustavo Varela que ha publicado el libro 'Mal de tango', en el que desde la perspectiva filosófica de Michel Foucault analiza el origen de este género musical que data de 1880.
"¿Por qué el tango, música del instinto sexual y la algarabía prostibularia a fines del siglo XIX, se convierte en tan pocos años en un discurso que afirma valores morales tan opuestos a los que le dieron origen? ¿Por qué el placer se transmuta en condena y el regocijo en melancolía? Como dice Tomás Abraham en el prólogo, son varias las entradas que ofrece este libro: puede leerse como una historia del puritanismo argentino; pueden leerse los vaivenes y rupturas que ha tenido la música en relación con el baile y la poesía, y puede leerse también el modo en que se imbrican vidas y obras tal como se analiza en la segunda parte del libro. Arolas, De Caro, Cobián, Troilo, Piazzolla ?vidas que se escriben en partituras? y Celedonio Flores, Contursi, Manzi, Discépolo, Cadícamo, Castillo ?fantasmas que ladran en versos? son los compositores y poetas que Varela eligió, en un recorte deliberadamente personal pero no caprichoso, para dar cuenta de las transformaciones en el espíritu del tango."
"Además de los prostíbulos, en esa época se habla de sexo en los diarios anticlericales y en los discursos de la criminalidad, hay fotografías de travestis -que eran conocidos como 'invertidos'- y discursos respecto a las anomalías sexuales. Se habla de sexo en las novelas y también en el tango", ha asegurado Varela al diario mexicano 'Milenio'.
Eran los inmigrantes y los argentinos más pobres los que comenzaron a bailar una música que fue rechazada por los sectores más privilegiados de la población. Sin embargo, fue a partir de las primeras décadas del siglo XX cuando comenzó a convertirse en el género musical por antonomasia del país sudamericano.
"En 1884 se sanciona una ley que obliga a todos a acceder a la escuela primaria. En ese momento los inmigrantes italianos o españoles y los argentinos pobres reciben una enseñanza. Muchos de los hijos de los inmigrantes, que son lo que escriben las letras de los tangos, tienen un fuerte espíritu patriótico. Muy pocos de ellos regresan a su país, y entonces hay un asentamiento que produce la cultura del tango", ha destacado el filósofo.
Una música que acerca el dolor de un hombre, tras ser abandonado por una mujer y que comienza a expandirse gracias la apertura moral que se da a comienzos del siglo XX, cuando en Argentina nace el estado moderso y se comienza a mirar al resto del mundo.
"Emerge una nueva realidad con una apertura distinta hacia el mundo, producto de la distribución internacional del trabajo y de las relaciones internacionales. Esto hace que en Argentina aparezca una concepción de Estado que antes no existía, que haya una apertura a la inmigración muy fuerte, y la transformación de Buenos Aires en una ciudad cosmopolita".
Una música que forma parte ya de la tradición argentina pero que sus orígenes fueron contestatarios. (Notimérica/EP)
Mal de Tango: Historia y Genealogia Moral de La Musica Ciudadana
El tango como enfermedad, como mal contagioso. Así fue visto en sus orígenes, cuando aparece como una danza lasciva en medio de la sociedad higienista de fines del siglo XIX. Música del encuentro sexual que merece la condena moral y el rechazo de las clases dirigentes. Pero años después, cuando se extiende a toda la ciudad y se convierte en la música de Buenos Aires, cuando proliferan compositores y poetas, es el mismo tango el que dice de sí mismo ser un veneno que fascina, capaz de llevar a las almas más nobles por el camino del mal. La pregunta que se impone, entonces, y que articula la primera parte del libro, es: ¿por qué el tango, música del instinto sexual y de la algarabía prostibularia se convierte en tan pocos años en un discurso que afirma valores morales tan opuestos a los que le dieron origen? ¿Por qué el placer se transmuta en condena y el regocijo en melancolía?
Interrogante que implica encontrar rupturas y discontinuidades en el origen, buscando las fuerzas en tensión. Por ello genealogía, y no historia. Varela no intenta narrar una esencia que deviene en el tiempo, considerando al tango como una entidad metafísica que tiene un origen en el que está escrita toda su identidad, ni tampoco le interesa abordarlo en tanto ¿música de Buenos Aires¿, ¿modo del sentir porteño¿, expresiones que lo circunscriben a definiciones afectivas de encierro y cuidado. El problema de la mirada puramente emotiva volcada hacia la historia es que clausura toda otra interpretación. Y lo que el texto se propone es precisamente abrir sentidos, proponer interrogantes. Como dice Tomás Abraham, son varias las entradas que ofrece este libro: puede leerse como una historia del puritanismo argentino; pueden leerse los vaivenes y rupturas que ha tenido su música en relación con el baile y la poesía, y puede leerse también el modo en que se imbrican vidas y obras tal como se analiza en la segunda parte del libro. Arolas, De Caro, Cobián, Troilo, Piazzolla ¿vidas que se escriben en partituras ¿ y Celedonio Flores, Contursi, Manzi, Discépolo, Cadícamo, Castillo ¿fantasmas que ladran en versos¿ son los compositores y poetas que Varela eligió, en un recorte deliberadamente personal pero no caprichoso, para dar cuenta de las transformaciones en el espíritu del tango. Pues es en la singularidad de cada vida, de cada obra, donde se aloja una fuente de sentidos, donde el tango puede decir su idea particular sobre el destino, el lenguaje, el tiempo.
