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400 familias regresan a sus casas tras año y medio refugiadas en una iglesia

REPÚBLICA CENTROAFRICANA

•elmercuriodigital ▫ Durante los últimos 18 meses, 400 personas han vivido un exilio autoimpuesto dentro de su propia ciudad buscando escapar de la violencia. Han estado refugiados tras las altas paredes y las puertas cerradas del recinto obispal de Berberati, República Centroafricana. La mayoría son familias de comerciantes musulmanes que, en las últimas semanas, han decidido finalmente que regresar a casa era suficientemente seguro.







Dentro del recinto, las condiciones de vivienda eran desesperadas. Las familias recibieron atención médica básica de un equipo de MSF, que puso en marcha una clínica móvil dentro del lugar. Aquellos que requerían atención especializada fueron referidos al hospital de la Universidad de Berberati, en donde también trabaja MSF.

Los equipos de MSF también brindaron comida a la gente refugiada en el recinto con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos.

En julio de este año, un primer grupo de personas desplazadas regresó a sus hogares, en el barrio de Poto Poto de Berberati , después de que las autoridades locales, con el apoyo de organizaciones de ayuda locales e internacionales, lanzaran un “proceso de cohesión social” entre diferentes comunidades de la ciudad. A principios de agosto, el resto de las familias dejaron el recinto y regresaron a sus hogares.

“El regreso de las personas desplazadas es bien recibido por la población”, dijo Ben, un líder de una comunidad en el barrio de Poto Poto. “Este es el resultado de un largo trabajo en equipo entre las autoridades locales y las organizaciones asociadas”.

Mientras salían, MSF abasteció a cada familia con un suministro de alimentos suficiente para subsistir durante un mes. La mayoría de las personas refugiadas en el recinto lo ha perdido todo,  y reconstruir sus vidas y establecerse de nuevo, como comerciantes, no será sencillo. Amadou, uno de los repatriados, dijo: “estamos muy felices de estar de nuevo en el barrio. Sin embargo, todavía faltan muchas cosas por hacer para poder recuperar la calidad de vida que teníamos”.

Tras 18 meses asistiendo a la gente dentro del recinto obispal, el equipo de MSF celebra el regreso de estas familias a sus hogares. “Tras vivir año y medio en condiciones precarias y aisladas del mundo exterior estas familias finalmente pueden regresar a casa”, dijo Geraldine Duc, coordinadora médica de MSF en Berberati. “Aun así, tendrán que superar sus miedos y reconstruir aquello que fue destruido. Sus vidas finalmente están regresando lentamente a la normalidad”.

En otros lugares de República Centroafricana la situación no es tan positiva. MSF está preocupada por la situación que viven las personas que, temiendo por sus vidas, siguen refugiándose en estos recintos. En Carnot, por ejemplo, unas 500 personas están viviendo, desde febrero de 2014, dentro de las instalaciones de la iglesia.

Una de cada cinco ciudadanos de la República Centroafricana esta, o bien desplazada dentro del país, o  viviendo como refugiado en países vecinos. En julio de 2015 había 368000 personas desplazadas de sus hogares en la República Centroafricana, incluyendo 30000 en Bangui, la capital; mientras tanto, 460000 refugiados centroafricanos están viviendo en Camerún, Chad y en la República Democrática del Congo.




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