OPINIÓN de Ilka Oliva Corado. - En estos momentos de alegría y fiesta en Latinoamérica por el triunfo de Alianza País, es preciso recordar que todo en la historia contemporánea inició con la ilusión de un Niño Arañero, vendedor de dulces de papaya en las calles de su natal Venezuela; reseño su origen porque estamos hechos de Memoria Histórica e identidad. Niños como Chávez nacen uno cada quinientos años y pasan por la tierra para marcar la historia de los pueblos.