ONU: Algunos menores fueron agredidos sexualmente en presencia de otros soldados. Las Fuerzas Armadas tienen la orden de "tirar a matar" y de disparar, de manera indiscriminada, en la cabeza y en el pecho La organización Amnistía Internacional (AI) ha exigido a los Estados miembros de la ONU que remitan la situación de Siria al Tribunal Penal Internacional (TPI) tras la difusión del informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas en el que se acusa a las fuerzas de seguridad sirias de haber cometido crímenes contra la Humanidad en la represión de las manifestaciones antigubernamentales.
"Este informe confirma lo que llevamos diciendo desde hace meses, que las fuerzas de seguridad sirias han cometido crímenes contra la Humanidad", declaró el director interino para Oriente Próximo y Norte de África de AI, Philip Luther. El informe, que fue presentado ayer lunes en Ginebra, ha sido entregado al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
La Comisión Independiente para Investigar la situación en Siria ha reunido pruebas sustanciales sobre crímenes contra la humanidad perpetrados por el Ejército y las fuerzas de seguridad del país árabe. Esas violaciones se han producido desde que el 11 de marzo empezaron las protestas para pedir reformas democráticas.
En un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos, la comisión señala haber recogido testimonios de asesinatos, agresiones sexuales y violaciones de los derechos de los niños.
Paulo Pinheiro, coordinador del informe, indicó que Siria debe asumir la responsabilidad por lo que está ocurriendo.
“Para la comisión es impensable que esas violaciones y crímenes se hayan cometido sin conocimiento o autorización del Gobierno”.
Pinherio añadió que la medida más urgente es el envío de una misión de observadores, como ha propuesto la Liga Árabe, lo que en su opinión evitaría que continuaran las violaciones.
El informe insta a Damasco a poner fin a "las flagrantes violaciones de los Derechos Humanos" --como ejecuciones sumarias, detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, torturas y agresiones sexuales--, a liberar a las personas detenidas en las redadas y a permitir la entrada en el país de los medios de comunicación, los trabajadores humanitarios y los observadores de Derechos Humanos.
Asimismo, el informe exige al régimen sirio la apertura de "investigaciones independientes e imparciales sobre estas violaciones" y que "lleve a los perpetradores ante la Justicia".
"Los acontecimientos de los últimos meses dan pocos motivos para creer que las autoridades sirias vayan a investigar y a perseguir a los perpetradores de estos crímenes", advirtió el investigador de AI. Por tanto, "la ONU y sus Estados miembros deben actuar para garantizar la rendición de cuentas", agregó.
"La comunidad internacional debe dar los pasos necesarios para acabar con la impunidad reinante en Siria", advirtió Philip Luther. El Consejo de Seguridad de la ONU debe remitir la situación de Siria "al fiscal del Tribunal Penal Internacional", manifestó.
Alrededor de 3.500 personas han muerto en Siria, en su gran mayoría a manos de las fuerzas de seguridad, desde que comenzaron las movilizaciones a mediados del pasado mes de marzo, según datos de la ONU.
MENORES
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| Reuters |
El comité de expertos encargado de este estudio no pudo ingresar a Siria, pero la comisión dijo que pudo entrevistar a 223 víctimas y testigos, incluso a desertores del servicio militar y de las fuerzas de seguridad del Gobierno.
Entre los testimonios, se cuenta el de un soldado desertir que dijo estar presente cuando un oficial disparó contra una niña de dos años en Latakia, y que luego que el soldado afirmó a continuación que la había matado para que no se convirtiera en una manifestante cuando creciera.
La ONU afirma que las Fuerzas Armadas del Ejecutivo han recibido la orden de "tirar a matar", y que suelen disparar "indiscriminadamente contra manifestantes desarmados", mientras que también hay francotiradores que disparan en la cabeza y en la parte superior del cuerpo.
Casi 4.000 personas han muerto desde el comienzo de la revolución a mediados de marzo pasado, y se calcula además que más de 30.000 personas fueron arrestadas, entre ellas familiares de disidentes.
Siria es clave en Medio Oriente. Se trata, en su mayoría es un país sunnita, pero la dinastía Al Assad pertenece a la secta alawí, una rama de los chiítas.
Bashar Al Assad asumió su cargo frente al Gobierno en el año 2000. Sustituyó a su padre, que falleció después de gobernar el país durante 39 años, desde que diera un golpe de Estado en 1971. Gobernó gracias al partido único de Baaz, que estableció un candidato único para las elecciones y que se entregó a la dinastía Al Assad para gobernar el país.
