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De Italia a España; que todo cambie para que todo siga igual

OPINIÓN de Adolfo Ferrera Martínez/ El mirador.

Tras los resultados de las elecciones italianas se pueden sacar varias conclusiones, pero me surgen también muchas dudas cuando trato de encontrar las semejanzas entre lo ocurrido en Italia y lo que puede ocurrir en España en el futuro más próximo.

Las conclusiones parecen claras: la mayoría de los ciudadanos en Italia, al igual que en España, no aceptan las "políticas de austeridad" impuestas por la Troika. La rotunda derrota del banquero enviado por "los mercados", Mario Monti, lo ha dejado claro. La "tecnocracia" es incompatible con la democracia. Y para evitar esas políticas los ciudadanos son capaces de agarrarse a cualquier tipo de populismo que proponga algo nuevo, aunque no se sepa muy bien qué es y qué pretende ("ni de derechas ni de izquierdas"), como el Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, que ha resultado ser el partido más votado en las elecciones italianas; o bien al populismo más rancio y conocido que representa el corrupto Silvio Berlusconi. La vuelta al oscuro pasado cuando no se ve el futuro claro. Grave error este. Cuando todo se cambia para que todo siga igual el remedio puede ser peor que la enfermedad. También la coalición de centro-izquierda (sigo sin saber qué es esto del "centro") "Italia. Bien Común", de Pier Luigi Bersani, recibe un fuerte respaldo y logra una mayoría por la mínima en la Cámara de Diputados y en el Senado italiano. La mayoría de Bersani, aunque fuera suficiente para gobernar, no cambiaría radicalmente las cosas. ¿Acaso las cambió la llegada de Hollande en Francia? El llamado centro, o la socialdemocracia capitalista no puede ser, por razones obvias, la alternativa al capitalismo. Las clases trabajadoras y populares en Europa seguirán empobreciéndose mientras no exista una alternativa real al capitalismo europeo, que es en el fondo lo que hace falta.

El escenario en España tiene algunas similitudes, y deja muchas incógnitas en el aire. El bipartidismo se desploma pero todavía es hegemónico en España. El PP, primo hermano del Berlusconismo, sufre un fuerte retroceso debido a la corrupción y al daño que provocan sus políticas neoliberales, pero inexplicablemente conservarían el poder si hoy se celebrasen elecciones, gracias en parte al descrédito que se ha ganado a pulso entre los ciudadanos el PSOE de Rubalcaba. Pero aunque éste superara al PP, como Bersani en Italia, la balanza del poder seguiría siendo favorable a los mismos poderes económicos que ahora gobiernan de facto en España y en Europa. Repito, ¿acaso cambió algo con la victoria en Francia de la esperanza socialdemócrata Francois Hollande?

Ante esta situación de hundimiento bipartidista, los beneficiados son Izquierda Unida (IU) y Unión, Progreso y Democracia (UPyD). Izquierda Unida podría ser la alternativa, pero parece evidente que no podrá conseguirlo en solitario, a pesar de su espectacular crecimiento. Necesitaría formar parte de una gran coalición de izquierdas, un frente anticapitalista y antineoliberal, que pueda ilusionar y captar a esa mayoría social cansada y con ganas de cambios reales que por el momento no ve a IU como esa alternativa necesaria. Su cercanía y sus pactos de gobierno con el PSOE, pasados y presentes, no ayudan a ver a IU como algo diferente y nuevo. Tampoco estaría mal que IU aclarara de una vez algunas cuestiones que son fundamentales; por ejemplo, ¿apoyarán o formarán gobierno con el PSOE neoliberal de Rubalcaba para impedir que gobierne "la derecha" del PP? ¿cómo piensan aplicar su programa, si es que llegan al gobierno, dentro de una Europa que impone políticas totalmente contrarias a las suyas? ¿creen de verdad que puede haber un gobierno anticapitalista y antineoliberal, que arrebate el poder al capital y se lo entregue al Pueblo, dentro del Euro y la Europa del capital? Es imprescindible contestar a estas preguntas para cargarse de credibilidad. En cuanto a UPyD, supone el ascenso del populismo españolista, el resurgimiento del falangismo de toda la vida. Este partido de Rosa Díez, la misma que se fotografía junto a Esperanza Aguirre en actos de apoyo a la extrema derecha anticomunista, que habla de progreso y regeneración democrática, no dudará en apoyar al PP si este necesitara sus votos para seguir gobernando.

Más allá de estos partidos no hay, al menos a día de hoy, ningún otro que pueda cambiar este escenario político. Quizás lo más significativo sea el amplio espacio que ocupa la abstención. Hay un sector social muy importante, que está en las calles protestando contra los recortes y la situación económica y política actual, que no confía en ningún partido. En este sentido, y viendo lo ocurrido en Italia, cabe preguntarse si veremos en España un movimiento ciudadano, quizás surgido del 15M, como el M5S de Beppe Grillo, que aparezca con fuerza en la escena política futura.

Sea como fuere, mientras no surja un frente anticapitalista, amplio y creíble, que de verdad sea visto por la mayoría de las clases populares y trabajadoras como una alternativa real al capitalismo neoliberal europeo, las elecciones no serán mas que un ritual inocuo políticamente que sólo servirá para legitimar la continuidad del viejo régimen y la dictadura de "los mercados". Lo ocurrido en Italia así lo demuestra.




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