Ir al contenido principal

CHILE. La derecha y sus charlatanes

OPINIÓN de Álvaro Cuadra.-  

Los dos precandidatos de la derecha, Longueira y Allamand, han protagonizado una puesta en escena que dista mucho de lo pudiera llamarse un “debate” Se trató más bien del encuentro de dos “charlatanes de barrio alto” tratando de convencer al resto de los chilenos lo bien que se puede pasar en una sociedad de mercado. Ambos son defensores del “modelo” y se reclaman como continuadores del actual gobierno. Los dos aspirantes a la Moneda representan al quintil más rico del país y se oponen a cualquier cambio sustancial a la constitución heredada de la dictadura militar.

Cualquiera de los dos que resulte triunfador en las primarias de la derecha tiene la tarea de asegurar los votos suficientes en el parlamento para impedir el cambio democrático. Una cuestión más fácil de lo que parece, pues el sistema binominal les asegura un equilibrio suficiente para evitar que se materialicen las aspiraciones de una amplia mayoría de chilenos. Por eso, lo que debió ser un “debate” se convirtió en un soso encuentro entre iguales, una suerte de “kermese” de colegio caro en la que solo faltaron los globos y las golosinas.

Los precandidatos de la derecha han memorizado ya un discurso para justificar lo injustificable, así, destacan las virtudes del sistema privado de pensiones, el sistema privado en educación y en salud. Mientras una gran mayoría de las familias chilenas viven endeudadas y con salarios que no alcanzan para llegar a fin de mes, estos dos “charlatanes de barrio alto” pretenden convencer a sus compatriotas de las virtudes del modelito creado por Pinochet y sus “chicago boys” Ambos voceros de la derecha chilena nos hablan de “libertad” y “democracia”, posando de cuello y corbata, cuando todos sabemos que representan a aquellos poderes que detrás de una constitución ilegítima nos han negado, precisamente, la libertad y la democracia.

La mala noticia para estos “caballeros” de la derecha es que en Chile corren vientos de cambio. Los trabajadores, los estudiantes, muchos compatriotas en regiones, han comenzado a protestar frente a los abusos del que han sido objeto por décadas. Como siempre en nuestra historia, se trata de largos procesos sociales que no encontrarán una fácil solución en el corto plazo, por el contrario, estamos ante una cuestión compleja de difícil solución y de largo aliento. Nuevos rostros, nuevos lenguajes, un mismo anhelo, un país más justo y equitativo.

El malestar ciudadano es todavía difuso, pero el diagnóstico del presente es cada día más claro. En el Chile del siglo XXI, la falsa democracia oligárquica creada por una derecha extrema por medio de una dictadura militar y consagrada en una constitución espuria ya es inaceptable. En el Chile del siglo XXI, que la suerte de la mayoría esté a merced de la codicia de un mercado voraz para el enriquecimiento de unos pocos y la vida miserable de la mayoría es inaceptable. Contra lo que afirman los charlatanes de la derecha chilena, una asamblea constituyente para cambiar la constitución no es ni comunismo, ni extremismo ni “chavismo”, lisa y llanamente democracia.

*Álvaro Cuadra es investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS




">


ARCHIVOS

Mostrar más


OTRA INFORMACIÓN ES POSIBLE

Información internacional, derechos humanos, cultura, minorías, mujer, infancia, ecología, ciencia y comunicación

El Mercurio Digital (elmercuriodigital.es) se edita bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra información es posible




AI FREE: DIARIO LIBRE DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL