Ir al contenido principal

CHILE - El cuento de la derecha

OPINIÓN de Álvaro Cuadra.- 

Las recientes elecciones primarias, verdadera encuesta directa, muestran la dimensión del fracaso de la derecha política en Chile. Los síntomas que señalan una derrota política son variados y distintos en cada caso, pero podemos resumirlos en tres aspectos fundamentales, a saber: La incapacidad de crear ideas nuevas, la pérdida de la capacidad de seducción y, por último, asumir el papel defensivo de lo vetusto.

La derecha chilena ha optado, en efecto, por la defensa de un modelo político cristalizado en la constitución autoritaria de los ochenta, y, consecuentemente, de un modelo económico privatizador que la ha enriquecido hasta el hartazgo. El triunfo de la “derecha dura” marca, precisamente, una estrategia defensiva ante los vientos de cambio que anuncian nuevos tiempos para el país. Pablo Longueira pertenece a un partido que estuvo ligado estrechamente a la dictadura militar y que selló en Chacarillas su lealtad hacia el sátrapa y su legado. Hoy uno de sus líderes obliga a todo el sector a alinearse en las trincheras del conservadurismo populista, cerrando filas en defensa del actual estado de cosas. Asumir un rol defensivo del modelo se inscribe en una lógica de miedo al cambio, verdadera parálisis, que es significado como amenaza.

Nuestra derecha criolla es fiel a una “cultura gramatical” que convierte un texto constitucional en dogma. De este modo, se cierra la puerta a la “creación” permanente de ideas políticas nuevas, jugadas inéditas en el decurso de la historia. Durante tres décadas logró estabilizar su “ficción hegemónica” en nombre del crecimiento económico y la paz social, construyendo un pastiche republicano ajeno y distante de los movimientos sociales que se agitaban soterradamente. La falta de creatividad política no es, necesariamente, una característica de derechas, basta observar el desarrollo en el mundo del liberalismo en todos sus matices, pero si es un rasgo inequívoco de cualquier fundamentalismo.

El conservadurismo extremo que prevalece en la derecha criolla ha triunfado sobre cualquier matiz liberal lo que la obliga a insistir en el mismo relato aprendido hace treinta años. La consecuencia de esta estrategia discursiva al servicio del poder no podría ser sino el hastío, la pérdida de la capacidad de seducción. Volver a repetir que “nosotros los buenos” vamos a “salvar al pueblo” de la “amenaza de los malos” (comunistas, chavistas) no logra convencer a las mayorías que ven desmentida una y otra vez la “justicia” y las “oportunidades” prometidas. Ni todo el poder mediático que multiplica al infinito la narrativa del miedo de quienes detentan el poder logra disimular la falsedad de un cuento privatizador repetido hasta el cansancio. Finalmente, frente a la opulencia de unos pocos, los salarios de los muchos son bajos, las pensiones miserables…y el precio de una vida digna, inalcanzable.





">


ARCHIVOS

Mostrar más


OTRA INFORMACIÓN ES POSIBLE

Información internacional, derechos humanos, cultura, minorías, mujer, infancia, ecología, ciencia y comunicación

El Mercurio Digital (elmercuriodigital.es) se edita bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra información es posible




AI FREE: DIARIO LIBRE DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL