Sí, aunque lo nieguen, vivimos en comunismo y con libreta de racionamiento sin libreta, porque ni para libretas tienen, sino que ponen cartelitos en los anaqueles: “Cuatro pollos por persona”. ¡Cuatro! ¿Y si a mi me da la gana de comprar veinte porque veinte puedo pagar? El gobierno no me deja porque regulan el precio al pollo para que el empresario no lo quiera producir… y, para colmo, la pendeja de Maria Alejandra no quiso venir a agarrar otros cuatro porque “y que” ya no le cabe un pollo más en la nevera.
Y este calorón porque ya ni el aire nos dejan prender. Que si ahorro energético, como si uno se chupara el dedo. Ahorro nada, incapacidad. Solo en Venezuela, porque yo, en los años que llevo viajando a Miami, jamás he visto a nadie ahorrar energía. Ellos ponen su aire acondicionado heladito y ya. Eso es libertad, eso es tener patria…
¿Que en Miami la electricidad es carísima? Sí, pero prestan un buen servicio a los que lo podemos pagar. Sería el colmo que aquí nos subieran la luz, mejor dicho, ojalá la subieran para que sepan lo que es una explosión social.
Porque eso es lo que necesitamos para acabar con este comunismo: una explosión social. El problema es que este pueblo se conforma con poco y nosotros, la gente decente y pensante de este país, no podemos salir a explotar por ahí, a lo sumo montamos algunas guarimbas que no tienen el impacto de un montón de chavistas saqueando, eso sí, allá donde ellos viven, para que nosotros, aquí donde vivimos, recuperemos la libertad democrática de hacer lo que nos dé la perra gana.”