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#15M de 2014, mirando al pasado desde el naufragio

OPINIÓN de Rosa María Artal.- Me adhiero a vuestras reivindicaciones, hago mío el manifiesto, me solidarizo y deseo un clamoroso 15-M. Pero sobre todo, os animo a avanzar en la lucha hacia una vida más humana. Los medios oficiales no se van a volcar con vosotros y encontraréis muchos obstáculos en el camino, pero está en juego vuestro futuro. El 15 de mayo ha de ser algo más que un oasis en el desierto; ha de ser el inicio de una ardua lucha hasta lograr que, efectivamente, ni seamos ni nos tomen por “mercancía en manos de políticos y banqueros”. Digamos NO a la tiranía financiera y sus consecuencias devastadoras”.

Es un fragmento de la carta de José Luis Sampedro animando al 15M que, hoy hace tres años, leyó en la Puerta del Sol de Madrid, Lourdes Lucía, una de las fundadoras de ATTAC y coautora de Reacciona, un libro que entonces volaba en ventas. Sobre el escenario voces que no solían escucharse, la gente. En la explanada, la gente también sin pancartas oficiales. Una cincuentena de ciudades y pueblos al unísono. Lo había conseguido Democraciarealya al aglutinar infinitos descontentos, algunos de las cuales podían parecer hasta antagónicos. Es la única solución: unirse por encima de lo que nos separa. El lema: “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Y estas propuestas consensuadas.

Grandes periódicos internacionales se hicieron eco. Hasta en primera noticia de portada. Se acuñó un hashtag que recorrió el mundo #spanishrevolution. España se llenó de acampadas que una policía dura pero democrática, no arrasó. Salvo en Barcelona, los mossos del convergente Felipe Puig hicieron mucho daño. Multitud de periodistas internacionales acudieron. Todos querían ver el fenómeno. Amigos de los que huyen de las multitudes se aprestan a decirte les acompañes, jefes que piden a sus empleados les lleven a contemplar el espectáculo. Las asambleas, los debates, la explosión de imaginación. Allí se discute de economía y hasta de urbanismo. Muchas personas acuden simplemente a informarse, porque entienden que no lo estaban por los medios tradicionales. Cualquiera puede hablar, pidiendo turno. “Vamos despacio porque vamos lejos”. La pesada y casposa carcundia española, con sus medios a la cabeza, traga a regañadientes, aunque yasembrando mucha basura. Lo importante para ellos es conservar el control del chiringuito.

*http://rosamariaartal.com/2014/05/15/15m-de-2014/




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