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Ya sé para qué sirve el Tribunal de Cuentas

OPINIÓN de Rafael García Almazán / Kabila.- Sólo me queda pedir disculpas. Han sido varias las veces que he negado la eficacia y validez de este Tribunal. He llegado a pedir un cambio radical o su disolución, puesto que no servía para nada. Me retracto, ahora me he dado cuenta de qué y a quién sirve.

Esta institución que controla las cuentas de los organismos públicos, entre ellos los partidos políticos, actúa con un retraso de cinco año, así es que si descubrieran algo raro ya habría prescrito (lo hace a los cuatro años). Pero es que además sólo tiene posibilidad de controlar la contabilidad oficial, y que yo sepa, si alguien hace algún chanchullo lo hará fuera de esas cuentas.

Total que todo esto me llevó a pensar en la inutilidad de tal ente. Pero no, ahora sé que tiene una finalidad, lo que ocurre es que estaba un poco escondida. Me lo ha descubierto El País. Y es que sirve de agencia de colocación, una agencia de empleo para los que están dentro.

O sea, que tú eres uno de los 700 componentes de este Tribunal, y tienes un familiar o un amigo en paro, y… por arte de magia aparece colocado. Eso sí, superando un examen ante un tribunal de cinco miembros, de los que tres, la mayoría, son de la casa. Y no, no piensen mal, simplemente es suerte, no vayan a creer que es nepotismo .

Total que al día de hoy de los 700 trabajadores del Tribunal de Cuentas, 100 son familiares de altos cargos actuales o pasados, y de los representantes sindicales de UGT. O sea que el 14% de los empleados han sido agraciados con el premio gordo de trabajar en una institución que paga de media 3000 euros a sus trabajadores, y entran a convivir con familiares que ya están dentro. Vamos, su segunda familia.

No me dirán ustedes que no es una agencia de colocación de primera. Desde el presidente que tiene trabajando dentro a una concuñada y a un sobrino, hasta otros más cuyos buenos manejos les han llevado a llegar a cien trabajadores unidos familiarmente con ellos. ¿No es una maravilla? ¿o quizá un milagro?

Y es que además de que tres de los cinco miembros del tribunal examinador son personal del Tribunal de Cuentas, son también los que deciden qué preguntas se harán en el examen. Vamos otra maravilla más. Y van…

No damos abasto, una detrás de otra. No es que se reproduzcan casos infumables, es que además nos creen gilipollas. Ahora resulta que Ramón Alvarez de Miranda y sus secuaces se escudan en que todos pasan un examen. Hay que tener cara dura.

Total, un organismo inútil, que no sirve para nada, que en vez de tratar de hacerse eficaz, se dedica a revisar cuentas oficiales, cuando si hubiera algún delito ya habría prescrito, pero que, sin embargo, tiene una probada exitosa gestión como agencia de colocación familiar. La primera agencia pública de colocación familiar. Como tal, es todo un éxito y como siempre, con el dinero de los ciudadanos. Y éste podría ser el eslogan:

En el Tribunal de Cuentas, si tienes un familiar: entras.

Salud y República

*rafa-almazan.blogspot.com




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